En las últimas semanas ha estado en la agenda noticiosa la implementación de la reforma a la malla curricular de la educación media en todas sus modalidades. Lo primero que hay que decir para evitar suspicacias, es que la iniciativa no es obra de este Gobierno en particular, ni tampoco del actual Ministerio de Educación. Es el resultado de un trabajo de varios años que ha llevado a cabo el Consejo Nacional de Educación (CNED), órgano técnico y el único con atribuciones sobre el currículo académico.
Aclaración de suma importancia, pues se ha destacado que Historia y Educación Física ya no serán asignaturas obligatorias, sin explicar cómo se han desarrollado los cambios, en qué niveles se implementan y cuál es el fundamento de esas modificaciones. Tampoco se ha explicitado los contenidos de cada asignatura ni se le ha dado cobertura al hecho de que la malla hoy será flexible, con asignaturas electivas y obligatorias siguiendo las nuevas tendencias curriculares y que se aplicará sólo en II y IV medio y no en toda la enseñanza media como la mayoría cree. En síntesis para el lector común la noticia ha aparecido bastante reducida, dándole un carácter más bien negativo “lo que no está” sin contextualizarla ni curricular ni social e históricamente.
No hay espacio en esta columna para analizar todos los pro y contra de esta propuesta, sin embargo, me gustaría señalar algunos elementos importantes a considerar. Primero, me parece necesaria una readecuación curricular acorde a los tiempos, que flexibilice el currículo y reponga el valor de la Filosofía. Esta disciplina nos enseña a pensar, hoy más necesario que nunca, formar el pensamiento crítico y reflexivo en los jóvenes. Segundo, es enseñarles a vivir en el espacio social en que se mueven, porque sabemos comportarnos como consumidores exigiendo nuestros derechos, pero no tenemos mucha idea de cómo comportarnos como ciudadanos. Un efecto de ello es que no sabemos movernos en el espacio público donde el respeto por el otro es fundamental. Esta debería ser la gran tarea de una asignatura como la que propone el nuevo currículo, Educación Ciudadana.
Con ello no estoy desconociendo el valor de la Historia ni de la Educación Física que por demás siguen presentes en I y II Medio y en las asignaturas electivas. Tampoco digo que este cambio es la panacea puesto que las mallas curriculares son apenas una parte del sistema curricular, el que incluye además docentes, metodologías de aprendizaje, clima escolar en el aula y evaluaciones, sólo por mencionar algunos aspectos a considerar.
Sólo llamo a un debate serio y profundo acerca de estos temas que son muy importantes porque pueden afectar el futuro de nuestros jóvenes. También sugiero que se dé más información pública, ya que estos temas son claves para el futuro de nuestro y nos involucran a todos.