Marcelo Hernán
Médico Veterinario
Especialista en Alimentación Natural
@dachshundsalud
La agresividad es un problema muy frecuente y a veces grave en los perros. Debido a ella cada vez son más personas las que buscan ayuda con etólogos y especialistas en conducta.
La agresión, incluye una serie de comportamientos como gruñidos y mordiscos, los que tu perro puede usar para definir su territorio, protegerse, mantener el orden y definir la jerarquía social.
Esto puede traer graves consecuencias – como heridas punzantes, laceraciones y mutilaciones en otras personas y animales – si nuestro perro adopta la agresividad como un código de comunicación. Por eso, es importante conocer las causas que producen agresividad para evitarla.
En general, la agresión comienza con una advertencia y termina en un ataque. Las siguientes son manifestaciones de conducta agresiva, que debes aprender a identificar y evitar en tu perro:
- Se muestra tenso, quieto y rígido
- Realiza sonidos amenazantes
- Muestra un pelaje “engrifado”
- Golpea fuerte con su nariz
- Gruñe y muestra los dientes
- Marca rápido con sus dientes, pero sin morder
- Muerde de diferentes formas, produciendo diferentes tipos de lesiones
A veces, un perro puede mostrar algunos de estos signos, o más de uno, sin un orden lógico. Lo importante es aprender a identificar si manifiesta estas conductas para consultar al veterinario o etólogo y evitar que progrese.
Estas son las 8 causas más comunes que pueden hacer que nuestro perro tenga conductas agresivas:
- Agresión territorial: algunos perros atacan y muerden a un intruso, si perciben que su territorio está siendo invadido.
- Agresión por protección: los perros pueden mostrar un comportamiento agresivo cuando piensan que uno de sus miembros de la familia o amigos está en peligro.
- Agresión posesiva: muchos perros muestran la tendencia a proteger sus pertenencias de los demás, tanto si las necesitan como si no.
- Agresión por miedo: un perro miedoso o ansioso puede llegar a ser agresivo si se siente inseguro, acorralado o atrapado.
- Agresión defensiva: motivada por el miedo, los perros agresivos – defensivos deciden que la mejor defensa es un buen ataque.
- La agresión social: un perro que se percibe a sí mismo como dominante en jerarquía, puede mostrarse agresivo para conservar su estatus o posición social.
- Agresión por dolor: un perro de carácter apacible y amable puede mostrarse agresivo si siente dolor.
- Agresión por competencia sexual: los perros pueden competir entre ellos por la atención de una hembra en celo, y del mismo modo las hembras pueden competir por el acceso a un macho.
Saber cuál es la causa exacta que hace agresivo a nuestro perro, es esencial para solucionar el problema. A veces basta con algunos cambios como pasearlo más y no dejarlo solo, o en casos más graves, puede ser necesaria la intervención de un profesional.
Si no somos claros al establecer límites desde un principio a nuestro perro, es probable que sea muy dominante y termine siendo agresivo. Debes procurar que siempre sea el último en la escala jerárquica de tu familia.
Si lo dejamos solo todo el día, no interactúa con otras personas y animales, no hace ejercicio y no juega, canalizará la tensión y frustración en agresividad. De hecho, un 70% de las conductas agresivas se reducen haciendo que tu perro realice más ejercicio.
Por eso, es importante que seas responsable con tu perro, ya que tenerlo no sólo implica darle comida y pasearlo. Debes aprender a comunicarte con él de forma asertiva para que te reconozca como líder. El ejercicio, la disciplina y el afecto son los pilares de la salud física, mental y emocional de tu perro.