La acuarela es esa técnica en pintura que siempre te sorprenderá con el resultado final. Es desde acá que la artista Paulina Werth nos habla de un trabajo que se traduce en una búsqueda sin límites y sin fronteras. Junto a Acualina nos adentramos en un camino de posibilidades.
IG @acualina_paulinawerth
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En su vida siempre estuvo presente su pasión por la pintura. Sin embargo no fue sino hasta fines del 2019 que la artista Paulina Werth se dedicó completamente a desarrollar esta disciplina, específicamente la técnica de la acuarela. Desde acá nos relata cómo fue su proceso de aterrizaje en este ámbito que le hace hoy sentido, la conecta con las emociones y la lleva a desplegar un trabajo que trasmite y evoca diferentes experiencias.
“Mi vida profesional la puedo relatar desde tres tercios. Estudié obstetricia y me desempeñé como matrona y enfermera matrona. Cuando nació mi tercera hija, sentí que debía hacer algo diferente. Luego de hacer algunos diplomados de Gestión de Empresa, trabajé en el ámbito de las telecomunicaciones. Ahí se comienza a escribir lo que yo considero que es el otro tercio de mi vida. Finalmente, tuve la oportunidad de entrar al área de finanzas en un banco. Pero hacia el 2019 comencé a sentir que esto de encasillarme en una suerte de tarjeta de identificación, ya no me gustaba. Dicho de otro modo, necesitaba algo que me hiciera experimentar libertad”.
Fue el momento en el cual Paulina se atrevió a volcar todas sus energías en la pintura, un ámbito que desde siempre había estado presente en su vida. Se aventuró a dar un paso, dejar atrás algunos prejuicios y adentrarse en un mundo que la ha llevado a recorrer diferentes dimensiones creativas, que hoy la tienen tremendamente motivada.
PROCESOS
Tomada la decisión de dedicarse a la pintura, Paulina relata cómo se produjo su transitar artístico. “A través de las redes sociales conocí el trabajo de otros artistas y a personas con quienes comencé a relacionarme. Además tuve la oportunidad de estar con diferentes profesionales, conocimiento del cual me nutrí para desarrollar mi propio proceso creativo”.
Si bien el óleo y el acrílico son las técnicas más usadas, Paulina se inclinó por la acuarela, una técnica bastante más compleja, ya que no da espacio para el error. “Por casualidad conocí el trabajo que exponían unos alumnos de un taller, y ahí me encanté. Poco a poco descubrí las cualidades de la acuarela como su versatilidad y las miles de posibilidades que esta te entrega”.
EL RELATO DE UN INSTANTE
La figura humana ha sido para Paulina el motivo de inspiración en sus obras. “La verdad es que los paisajes no me motivan mucho, sí los retratos de personas. Poder captar un momento, un instante o una emoción; en fin, creo que eso es maravilloso”.
Desde cada instante que Paulina registra, nace una narrativa de emociones y sentimientos que luego el espectador es capaz de interpretar. “Hay un relato, un significado, una expresión, la obra transmite energía. Esto es lo que me encanta del proceso creativo. Se trata de la interpretación que se realiza desde que se capta una imagen hasta que se llega al resultado final. Hay un camino que nunca sabes cómo termina. Siempre digo que es el agua la que finalmente te guía en este recorrido”.
Cada trazo de Paulina en el papel comunica un mensaje que hace de su trabajo una obra viva y expresiva a través de un proceso de búsqueda incansable.
Su próximo desafío es abrir su propio taller, un lugar donde las personas puedan crear algo propio y con un resultado inmediato, pues si hay algo que identifica a la acuarela son los tiempos bajo los cuales una obra se debe terminar. “A diferencia del óleo, el trabajo en acuarela debe ser rápido, más instantáneo, por eso quizás es algo un poco más exigente, pero a la vez es maravilloso”.
Acualina es como mejor se resume el trabajo creativo de una artista cuyo proceso de inspiración y desarrollo no tiene fronteras. Simplemente navega bajo las directrices que el agua va pauteando. Libre de estereotipos, libre de etiquetas, tan libre como Paulina se animó a ser cuando asumió el desafío de convertirse en una artista de la acuarela.