¿ADIÓS AL ÚLTIMO PULMÓN VERDE DE CONCÓN? LOS ROMEROS

Quienes habitan Los Romeros no son ajenos al histórico problema de inundación, barriales, polvo en suspensión, complicaciones en el desplazamiento de vehículos o de personas con discapacidad y  de la tercera edad. Todas dificultades reales en un sector que comenzó a ser habitado desde los años cuarenta en casas estilo balneario.

¿Solución inmediata? Pavimento asfáltico u hormigón. Cierto, este tipo de carpetas aprobada por el Serviu y financiadas por el Gobierno Regional en nuestro país, han sido durante años sinónimo de progreso o desarrollo dirigidas a “mejorar” la calidad de vida de los ciudadanos.

Pero ¿se aplica la misma regla para Los Romeros?, ¿significaría la pavimentación el fin del último pulmón verde del Concón urbano?

FRACTURA SOCIAL

“Nosotros no podemos hacer pavimento para una clase de gente y para otra”, aclara Soledad Rubio, Directora de la Secretaria de Planificación Comunal de Concón, añadiendo que se podría generar un problema social si se cambia el estándar de materialidad para sectores específicos de la comuna.

Y acaso, ¿las manifestaciones de un grupo considerable de residentes, las acciones  judiciales en contra del municipio o encuestas vecinales de amplio rechazo, no han sido  muestra evidente de la fractura social de Los Romeros?

Fractura que orbita en torno al reconocimiento histórico de un barrio concebido como Parque Urbano a partir de los años sesenta, según documentos reguladores del municipio viñamarino, donde se emplazaba en ese entonces.

“ESA IDENTIDAD YA NO EXISTE”

Pero para el grupo pro pavimentación Los Romeros Inclusivo, esa identidad ya no existe. El concepto de Barrio Parque de los años ’60 no puede ser el mismo hoy – arguyen -. “¿Qué bosque o mini bosque hay en Los Romeros? Ninguno”, afirman.

“La identidad histórica es una construcción dinámica, seguramente los primeros habitantes, los que tenían acá su segunda vivienda, dirán con justa razón que esa identidad ya no existe; los que hemos llegado hace 20, 15 o menos años diremos que no es lo mismo (sic)”, declaran.

Nada más alejado de la realidad, constata la especialista en investigación urbana, María Eugenia Gómez,  quien lideró  en 1998 un estudio encargado por el incipiente municipio de Concón, con el propósito de preservar la identidad de esta zona.

“El equipo multidisciplinario de profesionales determinó que un sector que contiene una amplia diversidad de especies, concebido con características geomorfológicas únicas y un entramado orgánico de calles debía ser protegido”, refuta la arquitecta que reside desde hace 23 años en Los Romeros.

 

El 72% de los 274 encuestados – de 502 casas en Los Romeros –   se opone a la pavimentación (encuesta de Los Romeros Natural).

 

AGUAS LLUVIAS

A lo anterior, se suma el problema histórico de anegamientos, pozas o barriales en Los Romeros. Por lo mismo, quienes solicitaron la pavimentación insisten que esta iniciativa debe ser vista como un mega proyecto “de solución de aguas lluvias que incluye un colector subterráneo, además de pavimentación”.

Ahora bien, y bajo este mismo criterio ¿debería pavimentarse todos Los Romeros con tal de evitar los barriales o anegamientos? Para Carlos Meyer, Arquitecto y Consultor MOP, miembro del comité técnico de  Los Romeros Natural, la solución al problema de anegamiento no es el pavimento, ya que el asfalto tiene una absorción de agua casi nula.

“Caminos de tierra naturalmente tratados, con productos como los que se usan en la minería, y que se complementan a un buen sistema de recolección de aguas lluvias, acabaría con los inconvenientes generados por las precipitaciones”, recalca.

SE FRACTURA UNA COMUNIDAD

Hernando González, presidente del colectivo que se levantó en rechazo al proyecto de pavimentación – Los Romeros Natural – lamenta la nula mediación del alcalde para consensuar posiciones y lograr una salida democrática por el bien de toda una comunidad.

“Pese a las propuestas que hemos sustentado en base a múltiples estudios y que buscan solucionar los problemas de polvo en suspensión, de anegamientos, de desplazamiento, pero a la vez conservan nuestro entorno natural como Parque Urbano, el alcalde Sumonte reafirmó la pavimentación el día 4 de agosto”, señala González, quien vive en Los Alerces y nunca fue informado ni consultado respecto a la pavimentación de su calle.

 

Pinos, eucaliptos y altos cipreses conformaban la flora nativa de Los Romeros, con más de 20 especies de aves.

 

NO PAVIMENTARÉ SI SE OPONEN

Contando con las atribuciones de reestructurar el controversial proyecto que ha dividido a los romeranos, fue el propio Óscar Sumonte quien manifestó en sesión de concejo municipal en enero de este año:  respetar la decisión de quienes rechazaran la pavimentación.

“Entendiendo a los vecinos que no están de acuerdo, los voy a recibir, y, miren, es tan fácil, si hay sectores de Los Romeros que no quieren pavimentar, yo voy a respetar lo que dicen los vecinos (sic)”, declaró en la ocasión la máxima autoridad de Concón.

En la práctica las palabras se las llevó el viento, pues un 90 por ciento de los propietarios de calle Los Alerces rechaza el pavimento (Recuadro verde “Calle de sacrificio»).

 

CALLE DE SACRIFICIO

En el año 2016 un grupo de vecinos reunió 130 firmas para pavimentar las calles Los Peumos, Central, Los Quillayes y Violeta. De acuerdo al estudio de ingeniería se necesitaba añadir Los Alerces para conectar estar arterias al colector principal. Cuatro años después, se enterarían por la prensa que su calle sería asfaltada.

Viendo gravemente amenazada su vida de barrio parque, encuestaron minuciosamente a la mayoría de los residentes. ¿Resultado? De las 41 propiedades involucradas en el tramo a pavimentar, se logró catastrar a 30 propietarios, de los cuales 27 rechazan el pavimento.   

 

¿Desaparecerá en un mediano plazo el último pulmón verde de Concón? Es de esperar que las autoridades sean capaces de elevar la mirada hacia un desarrollo acorde al medio ambiente, donde los árboles son protagonistas de la descontaminación y las soluciones naturales requieren de voluntad y de un compromiso de la comunidad.

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