En las últimas décadas hemos sido testigos de enormes cambios en la manera en que producimos y procesamos los alimentos, desconectándonos cada vez más de la naturaleza cíclica de los cultivos.
Gracias al desarrollo de técnicas avanzadas podemos consumir alimentos que se producen tanto en diversas regiones del planeta como bajo diferentes climas y estaciones. Por tal motivo, hoy en día podemos comer durante todo el año las mismas frutas y verduras, disponibles en las vitrinas de los supermercados.
¿Cuál es el problema? Cuando los alimentos se cultivan fuera de temporada no pueden seguir sus ritmos naturales de crecimiento y maduración: para que estos estén disponibles todo el año se utilizan grandes cantidades de productos químicos como fertilizantes y se someten a constantes procesos térmicos.
Alimentación Estacional
La alimentación estacional significa poder consumir alimentos durante su época natural de cultivo y recolección. Consumir alimentos poco después de su cosecha en el área local, generalmente en el mismo país – o híper local (alimentos producidos a menos de 100 km a la redonda de su lugar de consumo).
La alimentación estacional (AE) nos recuerda cómo funcionábamos como seres interdependientes y conectados con la tierra y la naturaleza, y cómo a lo largo de nuestra evolución y desarrollo hemos acelerado y manipulado los procesos naturales, olvidando que todo tiene un sentido y un ritmo propio.
Hemos olvidado que lo natural es tener una dieta ampliamente variada. Estacionalidad significa variedad, y esto, a su vez, significa salud.
Beneficios de la alimentación estacional:
1. Consumir alimentos recién cosechados y en su punto preciso de madurez ayuda a optimizar la concentración de micro y macronutrientes necesarios para mantener una buena salud.
2. Los alimentos estacionales y locales no debiesen ser sometidos a procesamiento o adición de químicos y preservantes, por lo que su sabor y textura serán los originales.
3. La AE permite ampliar la variedad nutricional, protegiéndonos así de sobrecargas y/o deficiencias nutricionales provocadas por dietas poco balanceadas o “mono dietas” repetidas durante las diferentes estaciones del año.
4. Aceptar y conocer nuestra ciclicidad nos conecta con nuestros reales requerimientos, por ejemplo: frutas cítricas en invierno para aumentar el consumo de vitamina C, frutas con alto porcentaje de agua en verano para mantenernos hidratados.
5. Los ingredientes y alimentos de temporada estarán abundantemente disponibles, lo que consecuentemente significará un menor costo económico.
6. Es más sustentable y contribuye también a la salud planetaria: comprar productos que no tengan que viajar grandes distancias disminuye notablemente las emisiones de combustibles y los costos de transporte asociados.
7. Al consumir productos locales ayudarás los pequeños y medianos agricultores de la región donde vives.
Es necesario que empecemos a relacionarnos de manera más consciente con la naturaleza y sus ritmos para cuidar de nuestra salud y la de nuestro planeta.
Y tú, ¿qué esperas para considera una alimentación estacional?