Entre miles de lagos distribuidos por todo el planeta, hay algunos que presentan características verdaderamente asombrosas. Uno de los más extraordinarios es, sin lugar a dudas, el descomunal lago Baikal el cual alberga casi un cuarto de las reservas mundiales de agua dulce y que en 1996 fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
Lo primero que debemos comentar del lago Baikal es que se encuentra situado al sur de la región rusa de Siberia, uno de los sitios más aislados y enigmáticos del mundo. Cubre más de 30 mil kilómetros cuadrados de superficie y su profundidad es estimada en 1637 metros, lo que lo convierte por mucho, en el lago más profundo de la Tierra. Se ha calculado que si se retiraran los sedimentos del fondo, su profundidad podría llegar a los 9 kilómetros.
Con una edad aproximada de 25 millones de años, el Baikal es uno de los lagos más antiguos que se conocen. Durante siglos fue un lugar considerado santo por los asiáticos, y aún sobreviven alrededor del lago las tallas y partes de los edificios rituales de las tribus que peregrinaban al Baikal para investirse de su energía. Todavía hoy se usan sus aguas, ricas en oxígeno y con escasa presencia de sales minerales, para algunos tratamientos médicos.
RIQUEZA ENDÉMICA
Esta antigüedad también ha permitido que hoy se registren cifras altísimas de endemismo, es decir, especies únicas de este ecosistema. Entre ellas posiblemente la más popular sea la foca del Baikal (pusa sibírica), la única foca de agua dulce del mundo, el pez golomjanka y el cangrejo epishura, un animal diminuto cuyo papel resulta fundamental en la cadena alimenticia, pues filtra el agua a través de su organismo.
También son impresionantes los “bosques” de esponjas de agua dulce que posee, algo bastante inusual en este medio dulceacuícola. Esta fauna se ha adaptado perfectamente a las duras condiciones climáticas del sitio, que soporta temperaturas de hasta 45 grados bajo cero en invierno y se pasa varios meses del año con su superficie congelada.
Toda esta riqueza y las extraordinarias oportunidades de estudiarlo, han hecho que este lago se conozca también como “Las Galápagos de Rusia” o “La perla de Asia”. De hecho, su nombre proviene de la lengua tártara y significa “Lago rico”. Con una edad aproximada de 25 millones de años, el Baikal es uno de los lagos más antiguos que se conocen.
Durante siglos fue un lugar considerado santo por los asiáticos, y aún sobreviven alrededor del lago las tallas y partes de los edificios rituales de las tribus que peregrinaban al Baikal para investirse de su energía. Todavía hoy se usan sus aguas, ricas en oxígeno y con escasa presencia de sales minerales, para algunos tratamientos médicos.
TELESCOPIO BAJO EL LAGO
Las severas condiciones climáticas y las características geológicas del lago impidieron durante mucho tiempo que el hombre pudiera explorar el fondo del mismo, el cual permaneció como una incógnita hasta el año 2008, cuando los batiscafos (embarcación submarina) rusos Mir-1 y Mir-2 se posaron en él ofreciendo imágenes que dieron la vuelta al mundo, convirtiéndose en un hito de la exploración.
El interés en este cuerpo de agua ha aumentado considerablemente en los últimos años ya que se ha comprobado que resulta ser un sitio muy apropiado para las investigaciones sobre los neutrinos, partículas de gran importancia ya que pueden dar mucha información sobre la estructura del espacio, pero que resultan muy esquivas para los científicos.
Por ello, se ha instalado recientemente en el fondo un supertelescopio llamado Telescopio de Neutrinos Subacuático de Baikal, el cual debe contribuir de manera significativa a estos estudios. Se espera en particular que este instrumento óptico permita comprobar en el futuro la existencia de la materia oscura, lo cual permitiría descifrar algunos de los grandes misterios del Universo.