Desde tiempos inmemoriales las incontables virtudes del bambú fascinan a quienes lo han cultivado o trabajado. Leyendas japonesas refieren esta planta para enseñarnos sobre la perseverancia, y algunas culturas indonésicas creen que deben contraer matrimonio en presencia del bambú como augurio de buena suerte. Ecológicamente, es un recuperador de terrenos erosionados y degradados al devolver a la tierra sus nutrientes, mientras que en el área de construcción es un recurso estructural, superior al acero normal en fuerza tensión y al concreto en compresión.
Más de 1.500 especies repartidas en todo el mundo pertenecen a la familia Bambusoideae, mientras que en Chile se cultivan 11 especies desde la quinta a la undécima región. “Esta planta ha sido un material de subsistencia por cientos de años. Los mapuches la consumían por ser altamente nutritivos y medicinales”, menciona Maira Bisquett Chang, arquitecta socia en Bamboobiz, emprendimiento que busca visibilizar y valorizar el bambú a través del diseño y la arquitectura, presentando a la sociedad un material lleno de beneficios y aportes al medio ambiente.
En China, Tailandia o Vietmán, el bambú tiene numerosas utilidades en la vida diaria. Por ejemplo, muchas casas están construidas íntegramente con bambú, sin cementos ni ladrillos.
También nos lleva a Asia la fuerte influencia del estilo japonés. Sus jardines minimalistas con bambú fresco, la energía Zen o los sencillos y cálidos interiores revestidos de madera y caña de los hogares nipones.
RÍGIDOS & FLEXIBLES
Además de entregarnos una sensación de relajo y paz oriental, los paneles hechos de bambúes poseen el punto exacto de rigidez y flexibilidad, dos características difíciles de encontrar en un mismo elemento. La belleza en sus entramados y figuras geométricas aportan un elemento decorativo que avanza a pasos agigantados.
Otra opción para incluir el bambú en tu patio, balcón o terraza es confeccionar un cerco con este material, el cual aportará no sólo un ambiente fresco y natural, sino que te protegerá del viento y te brindará un poco de sombra. Cabe señalar, que al ser una especie muy resistente al viento y a la lluvia, el bambú es probablemente la planta más utilizada para la construcción de cercos y casas en todo el mundo.
Maira es una apasionada de esta planta utilizada para toldos y terrazas, mobiliarios o paisajes, para eventos y revestimientos. Al terminar de estudiar arquitectura decidió hacer un magíster en el país de sus ancestros. Viajó a China en el año 2.000 donde se empapó de la rica cultura en torno al bambú así como sus inmensas y valiosas propiedades. “Soy una apasionada de este material, asisto a cada congreso que puedo. Tenemos nuestro sueño como empresa de comunicar esto tan potente, que nos pertenece y de todo lo que nos puede dar. En pocas palabras, la idea es reencontrarnos con nuestras raíces materiales aprovechando el tremendo potencial del acero vegetal”, agrega la arquitecta y fundadora de Bamboobiz.
Además de confeccionar todo tipo de construcciones de bambú – en especial terrazas para hogares y mobiliario para ferias o eventos – Maira ha adoptado la práctica de la arquitectura efímera como un espacio que permite la convergencia de energías individuales vertidas en un objetivo común. “A través de un mancomunado trabajo en equipo unimos y armamos con varas de colihue una gran pirámide o arco que refleje la potencia de la labor de muchos en una sola estructura”, menciona la arquitecta sobre el espíritu de la técnica constructiva que aprendió del escultor holandés Antoon Versteegde.
Además de la belleza de una aparente fragilidad, que termina siendo una sólida estructura, el objetivo de la arquitectura efímera o muestra urbana itinerante, es implementar un proceso integrador en grupos humanos a través de la intervención y construcción colectiva de una obra arquitectónica, que sorprenda y represente la unidad, el trabajo en equipo, la comunicación efectiva y el liderazgo positivo.