Reencontrándose después de 25 años, Claudia y Adolfo han transformado su pasión por el bienestar en un centro de pilates que combina el método tradicional con innovadoras técnicas y máquinas de vanguardia en un ambiente más que familiar.
IG @be_pilatesbycmb
Con reformers y cientos de implementos para facilitar las posiciones de este método de entrenamiento, Be Pilates ofrece clases que permiten a cada alumno disfrutar de una experiencia renovadora. La personalización y la flexibilidad son pilares fundamentales en el funcionamiento de este centro, un sello que ha tenido como efecto que hoy sean entre 50 y 60 alumnos los que rotan a diario.
Claudia comenzó impartiendo clases en la intimidad de su hogar en Los Romeros, pero la creciente demanda la impulsó a buscar un espacio más adecuado. Lo que comenzó en un cuarto de su domicilio y con horarios anotados en una hoja de cuaderno, ha evolucionado hasta convertirse en un centro profesional que refleja su pasión y dedicación.
A pesar de esta expansión y con el gran equipo que cuentan, Claudia y Adolfo mantienen su compromiso y están muy presentes en el proyecto que vieron nacer. “Una de las cosas más importantes que nos caracteriza como dueños, es que estamos las 24 horas en comunicación con nuestros instructores y alumnos”.
Esa misma personalización se extiende a la flexibilidad que ofrecen. A diferencia de muchos gimnasios tradicionales, en Be Pilates entienden que los imprevistos ocurren, por lo que permiten cancelar y reagendar clases con facilidad. “Si alguien no puede asistir, tiene la opción de reagendar sin problemas. Y si un alumno falta por un periodo prolongado, nos aseguramos de contactarlo para ver si todo está bien,” explican.
ORIGEN
Y es que es inevitable que no se genere una atmósfera así, cuando es un centro de entrenamiento surgido desde el amor. Claudia y Adolfo habían pololeado muchos años en su adolescencia y luego tomaron caminos completamente separados.
Fue después de 25 años que Adolfo, quien tenía un gimnasio de fierro, vio en una publicidad a Claudia con sus clases de pilates, a lo que pensó “¿por qué no asociarnos?”. Fue a través de un mensaje de Messenger que la contactó, y aquella insinuación no solo reavivó su relación, sino que con la misma pasión de su juventud, comenzaron a construir lo que hoy es Be Pilates.
La pareja que había congeniado tan bien en un pasado, lo hizo una vez más y se ve reflejado en su negocio. Claudia como educadora física hizo clases mucho tiempo, y una vez que inauguró el centro, formó un equipo de instructores cien por ciento capacitados, mientras que Adolfo construyó cada reformer con el que se llevan a cabo las sesiones.
“Son los mismos ejercicios que en el suelo, es decir, la base es la misma, pero el hecho de asistirte con resortes o de que tengas anillas de las que puedas agarrarte, facilita mucho más el ejercicio y se trabajan los mismos músculos”, afirma la experta en el tema.
¿POR QUÉ BE PILATES?
En este sistema de entrenamiento físico y mental existen dos tendencias, el clásico y el contemporáneo. Este último es el que se practica en Be Pilates pero se presenta como adaptado.
“En el clásico las sesiones deberían ser sin música y accesorios. En cambio en el contemporáneo o adaptado puedes incorporar todos los accesorios que ves acá. Desde las toning ball, la softball, el bosu, la banda elástica o cualquier otro”, aclara la dueña.
El centro también ofrece pilates terapéutico, donde se realizan ejercicios de bajo impacto, y se trabaja todo el fortalecimiento de la musculatura profunda, la reeducación postural y la respiración con consciencia. Un sinfín de elementos que hacen que la clase se convierta en una terapia. Y por si fuera poco, han incorporado el pilates hit, ya disponible en la página web, donde se mezcla el reformer con un sistema de intervalo. “Diría que somos el primer centro en la región en ofrecer este tipo de clase” manifiesta Claudia.
En cuanto a los instructores, se destacan por su formación constante en las últimas tendencias y métodos. Esto garantiza que las clases no solo mantengan la esencia del método, sino que también integren avances en técnicas. “Nosotros como centro, les hacemos capacitaciones por lo menos, dos veces al año, con el fin de que actualicen su conocimiento y así poder ofrecer la mejor experiencia a nuestros alumnos”, recalcan los fundadores.
Pero lo más importante es que en Be Pilates el cuerpo se escucha. Una vez que los clientes llegan, los encargados los observan, y en caso de necesitar modificaciones en la rutina planeada, esta se modifica con el objetivo de que todas y todos se sientan parte del equipo.
DERRIBANDO MITOS
Este sistema de entrenamiento promueve fuerza, flexibilidad, equilibrio y control corporal. Y si bien hace un tiempo era un método de entrenamiento más conocido por los adultos mayores, hoy se encuentra en su auge.
“Yo nunca lo he practicado pero he hecho algunas clases con Claudia, y yo que era de gimnasio de fierro, te digo que esto es diez veces más fuerte”, asegura Adolfo.
A pesar de su dificultad, en Be Pilates no existe un rango etario definido, pues van personas desde los 20 hasta los 80 años, creándose así una gran comunidad. “A veces llegan jóvenes que no podrían hacer ni la mitad de lo que hace nuestra alumna más longeva”, aseguran los fundadores.