Al observar detenidamente las fotografías de Anna Melnikova percibimos en cada una de ellas un estado de ánimo único: belleza, libertad, naturalidad, espontaneidad, amor genuino… Sus capturas transitan en la delgada línea de lo profesional y lo artístico, con un trabajo que cuantificado en rublos logra plasmar una puesta en escena de profundas emociones. Admirados por sus cuadros quisimos contactarla y conocer a la mujer que desde Rusia conquista a gran parte de Europa.
Como muchos fotógrafos en Rusia, Anna adquirió una Canon réflex 1100 D 18-55 cuando nació su hijo en 2011. “Lo hacía solo para fotografiar a mi familia, a mi bebé”, relata. Ni siquiera imaginaba su futuro. Pronto el negocio la capturó en una época en que los Photo Projects eran muy populares en su tierra.
“Son proyectos vinculados a las fechas festivas como navidad, año nuevo o Halloween. Consiste en asignar dos días en cierta localidad para fotografiar durante 30 minutos a una gran cantidad de personas que desean pararse frente a la cámara con motivo de las fiestas”, comenta Anna como parte de su inicio profesional, aunque al tiempo se decepcionó por la poca creatividad implicada en tal formato.
Así, durante tres años estudió los aspectos técnicos del rodaje y procesamiento de imágenes, mientras en paralelo mantenía ciertos clientes. “Al comienzo de mi viaje fotográfico, filmé todo en una fila: bodas, vacaciones, eventos corporativos, niños, niñas, familias, parejas jóvenes y mucho más, cada una de las cuales tiene sus propios matices, sus propias reglas. Y, como dicen en Rusia: si persigues a 7 conejos, no atraparás a ninguno”, añade Anna.
Entonces decidió reducir su enfoque eligiendo fotografiar familias, niños y el retrato de una mujer. “Todo funcionó en mi cabeza alrededor de 2015, cuando finalmente me di cuenta de qué fotos quería crear. En ese momento – dice – ya tenía suficiente conocimiento, y comencé a pensar en cada imagen, dándole un estado de ánimo”.
“Tengo un hijo maravilloso. Además de la fotografía infantil y familiar, me gusta mucho la fotografía macro, los viajes, el senderismo”.
¿Por qué niños? “Son espontáneos, naturales y alegres. Sus emociones son genuinas. Se relacionan con la vida con gran curiosidad y están abiertos a todo lo nuevo. Son maravillosos. Y me encanta fotografiarlos”.
Padres e hijos. “Las familias son una conexión entre padres e hijos, aquí también hay emociones sinceras, reales”.
¿Lugares escogidos y por qué? “Hay lugares maravillosos de la naturaleza, ya sea un bosque mágico o un campo, flores al costado del camino, o aldeas rusas, un viejo roble o un porche donde pasaste tu infancia jugando. En todas partes, absolutamente en cualquier lugar donde puedas crear una obra maestra, ¡lo más importante es la luz!”
Cómo describes la «belleza» “La belleza para mí es naturalidad. Si hablamos de un hombre, estos son pies descalzos, cabello despeinado por el viento. Esta sensación de libertad en el interior; una alegría sincera cuando corres por el campo y te encuentras con los primeros rayos de sol. Es un reflejo en los ojos de un cielo despejado, es luz desde adentro. ¡Naturalidad, la armonía es belleza!
Desde 2016 Anna Melnikova ha entrenado a fotógrafos de Rusia, Europa y Asia en habilidades de captura y procesamiento de imágenes.
melnikovaphoto.ru
Instagram @anka.melnikova
Entrevista de Cristian M. Caces