CASA TEUPA

A orillas de un camino rural, un frondoso renoval, rústico, impenetrable, sin huella, sin camino”. Había que trabajar en descubrir el  lugar. La invitación a desarrollar un encargo comenzaba por entender dónde y cómo.

Desde su etapa inicial, esta vivienda diseñada por el estudio chileno Ortúzar Gebauer Arquitectos en el sector de Teupa, en Chiloé, buscó acomodarse al terreno, reconociendo la posición del sol y las vistas que ofrece su entorno. La obra se presenta como un  volumen hermético, absolutamente negro que se camufla en el bosque y se hace parte de él, revelando su identidad interior solo al momento de cruzar el zaguán.

“La búsqueda del lugar para emplazar el proyecto se hizo usando una larga escalera para asomarnos a la altura de la copa de los árboles, así descubrimos con asombro las privilegiadas vistas hacia el Canal de Yal y la Isla de Lemuy”, mencionan Tania Gebauer y Eugenio Ortúzar, ambos arquitectos de la Universidad del Desarrollo y casados desde hace una década. El asombro, esa capacidad de encontrarse y sorprenderse por algo inesperado fue lo impactante del lugar y debía ser parte importante del proyecto.

Ortúzar – Gebauer Arquitectos se funda como oficina y taller de oficios en la isla grande de Chiloé el año 2009, bajo la convicción de crear nuevas experiencias y buscar respuestas al habitar humano y de cómo la obra se relaciona directamente con su entorno cultural y geográfico de forma sustentable. Desde aquel entonces su trabajo se han enfocado en un campo de acción dividido entre la rehabilitación de palafitos del olvidado barrio Pedro Montt en Castro, el diseño de nuevos prototipos de vivienda donde se rescata la tradición constructiva de la isla y la docencia.

 

Ubicación: Teupa, Chiloé, Chile

Año diseño: 2016

Año construcción: 2016 -2017

Superficie construida: Interior 320 m2 – Terrazas 120 m2

Arquitectos a cargo: Eugenio Ortúzar, Tania Gebauer,

Otros participantes / colaboradores: Tal Sustiel, Iñigo Resa

 

 

RECORRIDO DEL SOL

Tal como se consigna al comienzo del artículo, el encargo de Casa Teupa  se reducía a una vivienda de encuentro familiar, con el propósito de acoger a la familia cuando venía completa, o solo a una fracción de ella. Debía ser un lugar íntimo, que transmitiera paz y tranquilidad reuniendo a la familia en torno a la naturaleza, y en donde las vistas del lugar se asomen en cada recinto.

El proyecto desde su etapa inicial fue acomodándose al terreno, reconociendo el recorrido del sol, los niveles del terreno y las vistas, permitiendo también mantener la mayor cantidad de árboles existentes sin limpiar el terreno por completo.

Desde el acceso la obra se presenta como un volumen hermético, a dos aguas, lineal, como un galpón, absolutamente negro, que se camufla en el bosque y se hace parte de él. Se accede desde el volumen central, a través de un zaguán, que no da albor a las vistas que tiene el lugar, las cuales sorpreden al momento de descubrirlas accediendo a su interior.

 

«En un principio los detalles constructivos los aprendíamos de libros, después de los carpinteros y, desde esa lógica, con nuevas técnicas los repensamos».

Tania Gebauer.-

 

BLANCO & NEGRO

El interior en contraste con el negro del exterior es un espacio blanco, iluminado, orientado a su exterior. Desde adentro el proyecto se organiza en tres volúmenes: uno central, amplio común, en donde está el espacio de encuentro – living, comedor, cocina y terraza principal    y  dos adyacentes a cada extremo,  uno con el dormitorio principal independiente y el otro, un volumen colectivo de tres dormitorios y un estar familiar.

Los volúmenes independientes entre sí, son integrados por un corredor común, extendiéndose formal y funcionalmente en el terreno. El corredor, comunicador de toda la vivienda se extiende longitudinalmente por la casa y se proyecta hacia afuera, al terreno, creando espacios externos vinculados con la vivienda. De esta forma,  la residencia no termina en su interior, termina en su exterior, organizando diversas situaciones paisajísticas con el bosque.

 

“En Chiloé descubrimos una arquitectura sin autor, espontánea, prístina, que nace de una forma de habitar, de una cultura, y eso nos instó a conocer, a investigar”,

Eugenio Ortúzar.-

Construida íntegramente en madera de pino impregnado, su exterior en tingle negro y su interior con aguada de color blanco que deja entrever la veta de la madera, la cual contrasta, con las estructuras mayores que quedan a la vista en madera de Mañio en secciones de 3 pulgadas por 12 pulgadas, en su color natural.

Esta estructura se planteó como elementos ornamentales y funcionales, que están al servicio de la arquitectura, como las fachadas vidriadas, y el corredor central, en donde la estructura es también mueble, repisa, soporte, configuradora de espacios y recintos.

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