Relevar el oficio de la cestería, pero desde una mirada contemporánea que emerge desde la exploración y la investigación, ha permitido a Mylene Delaveau y Carolina Vidal explorar en una técnica que, como ellas manifiestan, es un mundo de constante descubrimiento.
- IG @mylenedelaveau_art
- Por Marcela Cademartori
Un minucioso y prolijo trabajo es el que va dando vida a cestos y diversos objetos que nacen como productos del tejido con fibras. Se trata de la cestería, una técnica ancestral que, de la creatividad de Mylene Delaveau y Carolina Vidal, se traduce en objetos con un sello más contemporáneo.
El tejido a partir de fibras que son diferentes a las que comúnmente se utilizan marcan una impronta única en el trabajo de ambas artistas. “En mi caso personal, comencé con el tejido de la cestería en fibra de yute que es lo que comúnmente se ve; sin embargo, quise indagar en algo diferente y ahí descubrí la pita o Manila, una planta que se encuentra en abundancia en la Costa de Chile y se utiliza comúnmente en la cestería chilena”.
De sus hojas se extraen las fibras con las cuales se va armando el tejido. “Es una planta que puedes incluso cultivar en tu propia casa. Y eso es lo lindo de esta técnica, ya que puedes ser parte del cultivo de ella hasta que terminas el objeto. Es un proceso que se va cargando de emociones y sensaciones”.
A su vez, las artistas trabajan con materiales que no se usan comúnmente en cestería, sumando un carácter original y novedoso cada obra. ¡Imposible no sorprenderse con lo mágico que puede resultar un proceso creativo a partir de un elemento extraído de la naturaleza en su estado más puro!
Cada objeto guarda un relato, que lleva la narración de un momento, un estado de ánimo, una historia, todo lo cual se combina en un pensamiento que le da el carácter a cada trabajo. “Y esto es lo mágico. Es el descubrimiento que vas teniendo a lo largo de todo el proceso”.
En opinión de las artistas, puedes tener claro lo que vas a hacer, pero en el recorrido es posible que la idea cambie, entregando un carácter de absoluta espontaneidad artística al resultado.
EXPLORAR SIN LÍMITES
Para Mylene y Carolina la cestería contemporánea, como definen a su trabajo, es un viaje que apela a una exploración constante que no tiene límites. “Es un camino sin fronteras. Cada vez se abren nuevos mundos que nos llevan a descubrir y seguir sorprendiéndonos con esta técnica ancestral que ha estado presente en muchas comunidades alrededor del mundo y a lo largo de la historia de la humanidad”.
Crear esa conexión con el valor de lo hecho a mano es otro de los puntos que estas dos artistas destacan como relevante en sus trabajos. “Es el real valor de lo hecho a mano. Se entiende que detrás de esto hay tiempo y dedicación. Que son trabajos lentos y que toma tiempo hacerlos”.
Reconocen estar muy contentas con lo que está pasando en Chile y también en Latinoamérica en relación a la cestería. “Hay un interés de las personas por adquirir estos objetos, por aprender estas técnicas ancestrales, y por dar valor e importancia a nuestra artesanía”.
Encontrar y enamorarse de este mundo, llevó a Mylene y Carolina a realizar workshops en donde se enseñan varias técnicas y se diseñan diferentes objetos. A la fecha son varios los que han desarrollado.
Como cestería itinerante realizan talleres en Concón, Viña del Mar y Santiago, pero les escriben de todo el país. Ahora mismo están invitadas a Frutillar y se encuentran organizando un taller para un grupo que viene de Argentina en agosto.
“Es una linda experiencia la que surge en estos talleres, porque se logra reunir a mujeres, quienes terminan compartiendo historias y vivencias. Sentimos que lo que se produce en torno al tejido trasciende una obra como resultado material”.
Mientras ambas tienen en agenda varios workshops, en paralelo buscan seguir explorando e investigando por todos los caminos que la cestería les va abriendo, en un recorrido que, punto a punto, se va cargando de nuevas sensaciones y relatos que se entretejen, y que terminan convertidos en objetos con sentido y emoción.