Por Isabel M. Saieg
Conocida por sus bolsos, accesorios perfumería y vestuario, Chanel es una de las marcas de alta costura más grandes a nivel mundial. Fue fundada hace 111 años y continúa estando muy presente en los desfiles de modas, los galardones más importantes de la industria y en los armarios de la élite. Pero pocos conocen la historia de la mujer detrás de la marca, la de aquella mujer joven que creció en la pobreza y comenzó en la industria de la moda diseñando sombreros para tiendas pequeñas, para terminar viviendo en uno de los hoteles más lujosos de Francia y creando una empresa multimillonaria.
No fue difícil adivinar que ella sería el tipo de mujer que levantaba el meñique al tomar café. Poseía una elegancia que hoy es considerada muy común, irradiando empoderamiento y confianza, pero que, en los tiempos post primera guerra mundial, nadie además de Gabrielle Bonheur Chanel poseía.
La ex cantante de cabaret se enamoró del oficial de caballería y textil francés Étienne Balsan, quién formaba parte de la élite francesa. Por esto, él fue el responsable de la mejoría de la situación socio-económica de Gabrielle (que apenas comenzaba a utilizar el sobrenombre Coco), lo que la llevó a interesarse por la moda y relacionarse con la gente que la llevó al éxito.
Comenzó confeccionando sombreros por diversión y terminó siendo una de las diseñadoras de moda más grandes de la historia. Me contaba que esa era la vida que había creado para sí misma. “No estaba conforme con quien era antes, no me sentía auténtica. Por eso me renové, luché por mis sueños, me presenté como alguien única y con ideas diferentes a todas las demás. La belleza comienza en el instante en que decides ser tú misma, y así fue para mí. Ahí fue cuando empezó todo.”
Además del renombrado perfume Chanel Nº5 que creó junto al perfumista Ernest Beaux, Coco fue la creadora del conocido Skirt Suit, el cual consistía de un blazer y una falda, asimilándose así al traje que usaban los hombres de la época, pero embellecido y feminizado. De esta forma la mujer se podría mostrar elegante pero cómoda al mismo tiempo, dejando atrás el vestido y atuendo acorsetado que se usaba en aquellos tiempos.
“Quería que las mujeres se sintieran cómodas, que fueran libres, pero sin dejar de lado la elegancia”, me decía, mientras se volvía a poner unos delgados guantes de encaje negro. “El lujo no es lujo si no es cómodo. Así diseñé un traje que permitiese a las mujeres sentirse confiadas, bellas y elegantes al mismo tiempo, y me parece que me he lucido.”
A la edad de 88 años, falleció en el Hotel Ritz de París, lugar en el que residía hace ya un tiempo. Dejó en la tierra su legado, un cambio drástico e increíble para el mundo de la moda: en una época donde la comodidad y la elegancia no estaban relacionadas en absoluto, Chanel llegó para cambiar las reglas del juego, y hoy el Skirt Suit es uno de los trajes elegantes más usados, a pesar de que haya sido diseñado hace más de un siglo.