Porqué la hora de comer también importa
Siempre se habla de la importancia del tipo y la cantidad de alimentos que ingerimos, pero hay mucho más. Se ha demostrado que el horario en que comemos influye significativamente en el procesamiento y asimilación de los nutrientes.
¿La razón? Nuestros ciclos naturales (celulares y hormonales) están ajustados a un ritmo natural conocido como ciclo circadiano, y al igual que un reloj, tiene una duración aproximada de 24 horas siendo controlado por varios procesos fisiológicos: sueño – vigilia, secreción hormonal y otras funciones metabólicas.
Asimismo, el funcionamiento de nuestro organismo está regulado por un reloj central (hipotalámico) y sincronizadores periféricos a nivel de otros órganos y tejidos de nuestro cuerpo.
Sin embargo, el estilo de vida moderno – caracterizado por el constante sometimiento a distintas situaciones estresantes, desordenes horarios y falta de sueño – produce disrupciones de este sistema, impactando de manera negativa en nuestra salud.
La crononutrición es la ciencia que estudia la relación entre el sistema circadiano, la alimentación y la regulación metabólica. En términos prácticos estudia el efecto de la ingesta de comida sobre la secreción de hormonas relacionadas con hambre y saciedad, sueño y vigilia, la tolerancia a la glucosa, por nombrar algunos.
Así, cambios externos ambientales, como por ejemplo ciclos de luz – oscuridad y el consumo de alimentos, afectarán directamente el equilibrio y homeostasis celular. En términos generales, la fase lumínica (diurna) se caracteriza por ser metabólicamente más activa, mientras que en fase nocturna predominan los procesos de reparación y descanso.
En las mañanas tendemos a ser más tolerantes a la glucosa: aumenta el cortisol y la secreción de insulina (hormona encargada facilitar el paso de glucosa a la célula para metabolizarla, reduciendo niveles de azúcar en sangre).
Pero mientras avanza el día, vamos reduciendo nuestra tolerancia y nos acercamos al momento de descanso para darle paso a la secreción y activación de melatonina (hormona inductora del sueño).
Como vemos, la ingesta de alimentos a distintas horas del día provoca diferentes consecuencias en nuestro organismo: el momento de la comida puede afectar directamente nuestros tiempos de descanso, la temperatura corporal, el estado de alerta, el rendimiento y diferentes niveles hormonales.
Se ha estudiado una directa relación entre la hora en la cual nos alimentamos y el desarrollo de ciertas condiciones y/o enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, síndrome metabólico y obesidad.
Te dejo algunos consejos que te ayudarán a sincronizar tu reloj biológico:
- Aprovecha las horas de mayor actividad durante el día para realizar tus comidas principales.
- Cena al menos dos horas antes de acostarte.
- Evita comidas muy densas y/o abundantes antes de dormir.
- Mantente en movimiento durante el día.
- Exponte a la luz solar a diario.
- Hidrátate bien durante el día.
- Evita uso de dispositivos y pantallas por la noche.
- Utiliza velas o luz roja para inducir el sueño y la relajación antes de irte a dormir.
Dra. Natalia Delorenzo C
Medicina de estilos de Vida
Nutrición integrativa
Alimentación basada en plantas