Con tan solo un año y ocho meses, Santino enfrenta un neuroblastoma, una rara y agresiva forma de cáncer. Sus padres, Carolina y Cristóbal, luchan incansablemente para reunir los recursos necesarios para el costoso tratamiento. A través del amor incondicional y el apoyo de todo un país, este pequeño guerrero demuestra una valentía que inspira a todos en su camino hacia la curación.
DATOS SANTINO
1. Rifa rifaxsantino
2. Donaciones Nacionales:
Isidora Edwards
Rut: 16.940.786-k
Banco Consorcio
CUENTA VISTA
N°4011388069
3. Donaciones desde extranjero
Carolina García Bruner
Rut 16.864.355-1
Banco Itau
Cuenta corriente
Nº205311713
Código Swift ITAUCLRM
Caro.garciabruner@gmail.com
Con tan solo un año y cuatro meses, el valiente Santino inició una dura batalla contra el cáncer. En marzo de este año, de forma inesperada e insospechada, su organismo alertó de que algo malo ocurría. Desde su nacimiento – en noviembre de 2021 -, nunca había presentado problemas de salud, hasta que empezaron a manifestarse los virus respiratorios propios de la época.
Carolina, su madre, notó que Santino se encontraba decaído y vomitaba ocasionalmente. Preocupada por su bienestar, consultó con una amiga pediatra que sospechó que podría tratarse de un adenovirus, una infección respiratoria común en niños. Siguiendo su consejo, esperaron hasta el quinto día para ver cómo evolucionaba.
Sin embargo, las cosas tomaron un giro desalentador cuando Santino mostró un malestar cada vez mayor y empezó a rechazar la comida. Tras una ecografía abdominal, se descubrió un tumor de 13 centímetros en su riñón que se extendía hasta su espalda y llegaba hasta el ombligo.
“Esa misma noche nos instalamos en otra clínica. Por la forma del tumor, y por el hecho de que Santino no tenía metástasis, compromiso medular ni óseo, se pensó que era un tumor de Wilms, uno super común en niños de hasta cinco años y con muy buen pronóstico. Necesitábamos la biopsia, pero no podíamos esperar, así que en ese intertanto empezamos a hacer unas quimioterapias que eran de 15 minutos y ambulatorias. Se alcanzó a hacer dos”, relata Carolina, madre de Santino.
Pero el panorama se tornó aún más sombrío cuando el tumor seguía creciendo a pesar de las terapias. Los médicos advirtieron que no podían hacer mucho más, pero Carolina García y Cristóbal Rojas se negaban a rendirse.
NEUROBLASTOMA
Decididos a encontrar una solución, enviaron los exámenes de Santino a un hospital en Nueva York, donde una especialista en tumores de adultos identificó que se trataba de un neuroblastoma, una forma rara y agresiva de cáncer en los niños. El equipo médico en la Clínica se movilizó y se formó un comité de urgencia para el caso de Santino. Gracias a un tratamiento especializado, el tumor comenzó a reducirse.
El proceso de tratamiento ha sido arduo y costoso. Santino necesita un autotrasplante de médula y seis ciclos de inmunoterapia, cuyo costo se estima en alrededor de 600 millones de pesos. La familia ha tenido que enfrentar la realidad de lidiar con la enfermedad y, al mismo tiempo, buscar los recursos económicos necesarios para darle a su hijo la oportunidad de vivir.
GRANDE PA!
“Yo adoro a Santino y él a mí, desde el día uno. Pero me cuesta mucho mirarlo a la cara y explicarle que no merece estar pasando por esto. Que los responsables de sacarlo de esta pesadilla somos nosotros. Cómo le transmito esa tranquilidad, y la certeza de que pese a todo lo voy a sacar caminando. No porque me crea alguien súper bacán; la verdad no sé cómo juntaremos la plata para el tratamiento, pero lo vamos a lograr”, asegura Cristóbal.
Y es que el cáncer es una enfermedad indigna, que te obliga a pedir plata. “Y en mi caso, nunca lo había necesitado, pues, sin ser una familia con grandes lujos, ganamos bien. Ambos tenemos buenos trabajos, hasta logramos ahorrar algo de dinero pensando en el jardín infantil de Santino. No vengo a llorar la carta, somos gente con buena pega, con Isapre, pero qué haces cuando te enfrentas a tratamientos de cientos de millones de pesos para salvar la vida de tu hijo. O sea, hay un porcentaje mínimo en nuestro país que puede cubrir semejante cifra con un cheque”.
La Isapre ha cubierto parte del tratamiento. La GES se ha ocupado de la quimioterapia, pero la inmunoterapia no hay como pagarla. Por lo pronto, Santino debe completar el ciclo de cuatro sesiones de quimioterapia. Lleva tres. Al terminar las quimios, se debe someter a un procedimiento sumamente delicado: un trasplante de médula ósea, para lo cual no necesita donante pues se le sacan células madre, se le borra el sistema inmunológico para volver a colocar sus propias células.
CRUZADA SOLIDARIA
De salir todo según lo esperado, en diciembre este pequeño valiente debería comenzar el tratamiento millonario de inmunoterapia. “Hemos armado una rifa a través de redes sociales para que gente de todo el país nos pueda ayudar”
Conscientes del apoyo y de la red de amigos que los han sostenido y les han brindado soporte y asesoría en diversos ámbitos, no pueden dejar de pensar en todas aquellas familias que no cuentan con la misma asistencia. “¿Acaso la vida de un niño depende de los contactos de sus padres? ¡Es brutal!”
“Esto no se trata sólo de Santino. En diez años más mi hijo va a estar jugando en el patio. Y después, ¿nos vamos a hacer los desentendidos? No podemos seguir así. Lamento que debamos recurrir a un bingo, a una rifa, o a arreglárnoslas como podamos para que nuestros hijos accedan a tratamientos de costos prácticamente inmorales”.
Hoy por hoy, Cristóbal que es periodista de Canal 13 se refugia en su trabajo, donde lo tratan como un miembro de la familia. “Muchas veces vuelvo a mi hogar y prefiero estar solo y desconectarme, pero sé que la Caro sigue conectada 100% a Santino. Por ella nuestro hijo está vivo. Yo peleo a veces como papá, o veo trámites, cosas domésticas… pero es ella quien tiene la capacidad y el instinto de supervivencia que necesita nuestro hijo”.
Aquellas palabras de Cristóbal, el padre de Santino, reflejan la admiración que siente por su pareja Carolina. Sabe que con la fuerza de su mujer y su apoyo, su hijo pronto estará sano y salvo. Pero también se alimenta de la valentía de su pequeño, quien con lleva cuatro meses luchando contra un agresivo cáncer, soportando el dolor hasta el punto de romperse los dientes.
“Me quiebra ver su dolor hasta el punto de perder toda energía – confiesa Cristóbal -. Pero cuando Santino me mira con un amor inquebrantable y me regala una sonrisa, la esperanza renace y me siento aún más convencido de que rendirse no es opción”.
La vida de Santino ha sido tocada por la empatía y el cariño de muchas personas, y su valentía ha inspirado a quienes lo rodean. A pesar de la dura realidad que enfrentan, Cristóbal y Carolina han decidido no rendirse y continuarán luchando incansablemente por el bienestar de su hijo. La esperanza y la determinación son sus aliadas en esta batalla, y gracias a ellas, Santino sigue adelante, escribiendo con fuerza y coraje el capítulo más emotivo de su historia.
Reportaje de Cristian Muñoz | Fotografías de Guille Vargas Pohl @guillevargaspohl