Carmen Urenda. Desde la contemplación a la creación

La creación de un espacio es más que una composición de formas y colores; es el arte de capturar una esencia, de convertir lo cotidiano en una experiencia. Carmen Urenda lo sabe. Su trabajo, guiado por la contemplación y la innovación, transforma interiores en universos personales donde el diseño no solo embellece, sino que también conversa con quienes lo habitan.

  • Por Marcela Cademartori
  • Fotografía: @aleundurragaphoto
  • IG @carmenurenda_interiorismo
  • www.carmenurenda.cl

Inquieta, meticulosa y siempre un paso adelante, así podría describirse a la interiorista nacional. Su trabajo tiene un sello inconfundible: un servicio boutique donde cada detalle es pensado desde el inicio, con una prolijidad que asombra.

No solo por la selección de materiales y diseños, sino por la forma en que optimiza recursos esenciales, como la iluminación para reducir costos o la distribución eficiente de sistemas de calefacción adaptados a las necesidades del cliente.

Su filosofía es clara: proyectos «redondos», donde nada queda inconcluso. «Todo se aborda de manera integral, buscando satisfacer por completo las necesidades de cada persona. Por eso, soy muy cautelosa al no imponer mis ideas; es fundamental escuchar y entender qué es lo relevante para cada cliente. Desde esta perspectiva, mi trabajo parte desde la contemplación. Las tendencias o modas son solo una inspiración», explica Carmen.

Con un master en Diseño de Interiores en la Universidad Complutense de Madrid, los que complementó con estudios de iluminación en la arquitectura, la profesional de la decoración considera que cada proyecto es único e irrepetible, pues reflejan la identidad de quienes lo habitan.

“El desafío de interpretar a cada cliente con sus distintos gustos e intereses es lo que me motiva a seguir estudiando e investigando todo lo que está sucediendo en interiorismo a nivel mundial.  Esto, se ha convertido en mi pasión”, reconoce.

Asimismo, su constante interés por innovar y estudiar la ha llevado a incorporar tecnologías de manera sorprendente. «El mundo de la domótica es clave en mis propuestas. Nos permite simplificar la vida, optimizar tiempos y hacer un uso eficiente de los recursos. Desde encender y apagar luces a distancia hasta activar una aspiradora o integrar muebles con conexiones tecnológicas, todo es parte de mi enfoque».

Para Carmen, las modas son pasajeras, pero la innovación marca la diferencia. Su misión es clara: ofrecer un servicio boutique adaptado a cada cliente, donde el diseño y la tecnología conviven en armonía.

UN LUGAR PARA TRABAJAR

En el dinámico mundo del diseño interior corporativo, cada proyecto representa la oportunidad de narrar una historia única. Así lo entendió este estudio de arquitectura y diseño, al enfrentar el desafío de transformar una oficina de 80 m² en Nueva Costanera —una de las zonas más exclusivas de Santiago— en un espacio que hablara tanto de modernidad como de raíces ligadas al campo. La propuesta debía reflejar no solo la identidad empresarial del rubro exportador de frutas, sino también la personalidad de sus socios propietarios.

Las ideas comenzaron a fluir: tonos negros y marrones, hierro y ladrillo para dar textura a los muros de hormigón, y madera en los pisos, manteniendo su textura original. «Se incorporaron elementos distintivos como ladrillos, moldaje de hormigón, calefacción eléctrica en el piso, nubes acústica y persianas automatizadas de Hunter Douglas, a pesar de las restricciones del edificio».

La distribución de los espacios fue diseñada para una óptima funcionalidad, incorporando tecnologías de aislación acústica tanto entre pisos como dentro de las oficinas. «En la sala de reuniones incluimos tecnología integrada: un elevador de televisión invertido y una cámara de 180 grados. También adaptamos una zona de café y una pequeña cocina con elementos reversibles».

El diseño equilibra elegancia e industrialidad, con detalles pensados para la comodidad del cliente y la eficiencia en el mantenimiento. Materiales duraderos y fáciles de cuidar fueron clave en la selección.

El proyecto incluyó una terraza con muebles brasileños y elementos decorativos que evocan la naturaleza del negocio del cliente.

Este trabajo demuestra cómo el diseño interior puede ser una herramienta poderosa para transmitir identidad y propósito. Con una mirada sensible y contemporánea, el estudio logró fusionar lo urbano con lo rural, la tecnología con la calidez, y la estética con la funcionalidad, dando como resultado una oficina que no solo responde a las necesidades operativas, sino que también inspira y representa a quienes la habitan.

Detalles, materialidades, innovación y vanguardia convergen en cada propuesta de Carmen Urenda. Una fórmula sencilla pero certera, basada en dos pilares esenciales: contemplación y creación. ¿El resultado? Proyectos que trascienden.

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