Una apuesta diferente, en donde el centro de atención se deposita en la mezcla de detalles, telas, texturas y tamaños, llenan de energía a una marca que establece un relato entre el lado oscuro, con el cual popularmente se relaciona a comunidades como los punks, y una faceta rosa que forma parte del ADN de toda niña buena. Así es el mundo Bad Pink.
Por Marcela Cademartori
@badpink.cl
Badpink.cl
En la última pasarela de moda Andes Fashion Week simplemente deslumbró. Con una puesta en escena exhibiendo una colección de “jeanería”, la diseñadora María José Ramírezdemostró que un modelo diferente, algo alocado – a veces – y disruptivo, puede ser una excelente carta de presentación para triunfar en las grandes pasarelas del mundo.
“Lo que presenté en esta ultimo desfile fue una colección realizada con ropa reciclada. Mucho jeans, chaquetas grandes, mezcladas con otras prendas más pequeñas. Busqué jugar con el cuerpo, basándome en una armonía, mostrando y no mostrando a la vez. Es una propuesta que no se encasilla con hombres o mujeres”, destaca la creadora de Bad Pink.
Un concepto de diseño a partir de prendas recicladas fue algo familiar para la autora pues lo había realizado siendo pequeña. Retomar esta idea y llevarla a una propuesta creativa diferente y que llamara la atención, fue el desafío que se impuso.
Sin grandes planteamientos previos o bosquejos predefinidos, para María José la clave de su talento está en la espontaneidad. Para la modista capitalina el juego de telas, las superposiciones o simplemente el montaje de una sobre otra, le van entregando la directriz del diseño que posteriormente toma forma en una alocada prenda.
“Me gusta jugar y que sean las telas las que hablen por si solas. El trabajo de mezclar colores y texturas es maravilloso. Es así como nace el proceso creativo. En cada prenda existen retazos de telas, cada una con un relato de por medio, lo cual hace que cada una, además, tenga un sentido y una vibra que le entrega el sello a mi marca”.
DISEÑANDO SUEÑOS
La vida de María José Ramírez Mella se inicia mucho tiempo antes de su debut en pasarelas. Su madre Lidia Mella es modista, por lo que las telas se convirtieron en su mundo de juego siendo una niña.
“Desde los 14 años comencé a tomar diferentes cursos y en el liceo donde estudié tuve la oportunidad de sacar un técnico en vestuario”, recuerda con un sueño fijo en mente: Llegar a Nueva York.
“En el 2019 viajé por primera vez para ver cómo era el mundo del diseño allá. En el 2022 volví a ir, pero esta vez pude hacer contacto con algunas personas. Escribí a varias partes a ver si recibían mis trabajos, pero no fue sino hasta el 2023 que comencé a tener algunas respuestas”.
El camino de la fundadora de Bad Pink en New York fue mágico, como ella misma lo describe. “Yo quería conocer a Patricia Field, que es la Fashion Editor Stylist de la película Emily en Paris, El diablo viste a la moda y Sex and the city. Cuando llegué a su galería escuché su voz y pedí una cita con ella. ¡Y logré conocerla, hablar con ella y mostrar mis trabajos! Se quedó con toda esa primera colección, la que tenía mucha lentejuela y bastante brillo”.
Todo el esfuerzo y pasión que por años María José había depositado en su trabajo, finalmente se vio coronado. Pero ella quería ir por más Es así como nace su segunda colección. Esta vez marcada por la energía y la fuerza.
“Fue el resultado de un año muy duro familiarmente. Sentí que tenía que descargar toda esa emocionalidad. Así nace esta colección de jeans, con telas recicladas y que es la propuesta que mostré en la última pasarela Andes Fashion Week”.
Su próxima parada será en septiembre en el Fashion Week de Nueva York, en la semana de la moda. Se trata de nuevo hito en la trayectoria de esta diseñadora que no le teme a lo diferente, que se atreve a salir de los cánones tradicionales para imponer un concepto en donde un relato disruptivo atrapa, seduce y encanta.