A muchos nos emocionó “El Agente Topo”, un documental que más allá de relatar lo que sucede en un hogar de ancianos, deja en evidencia el abandono que muchos de ellos tienen por parte de sus familias. Junto a su directora Maite Alberdi nos adentramos en el backstage de este rodaje.
Partamos por una breve sinopsis. Rómulo es un detective privado. Cuando una clienta le encarga investigar la residencia de ancianos donde vive su madre, Rómulo decide entrenar a Sergio (83 años), que jamás ha trabajado como detective, para vivir una temporada como agente encubierto en el hogar. Ya infiltrado, con serias dificultades para asumir su rol de “topo” y ocultar su adorable y cariñosa personalidad, el octogenario se acaba convirtiendo, más que en un espía, en un aliado de sus entrañables compañeros.
Rápidamente, el relato cautiva a una audiencia que se comienza a sensibilizar con el abandono en el cual tenemos a muchos de nuestros ancianos. “A partir de micro mundos se puede reflexionar sobre la sociedad en general. En la experiencia íntima del cotidiano de espacios reducidos o grupos específicos se revela la sociedad en su conjunto. La vida permea en aquellos lugares. Al delimitar un espacio de observación, el entendimiento de la realidad finalmente es más abarcador que al querer mostrarlo todo”, comenta su directora Maite Alberdi.
“Son las experiencias personales las que nos ayudan a conectarnos con los grandes temas del mundo – añade la cineasta -. Creo que el documental tiene que invitar al entendimiento, a la tolerancia y a la empatía. Esos son los cambios que se pueden generar desde el cine, y eso sucede desde la conexión del espectador con la experiencia cotidiana”.
Con 300 horas de material grabado, se armó un relato en el cual se rescata el valor de la experiencia directa que vive el “agente” al interior del hogar. La comunicación y la observación que él realiza en terreno ayudan a entender ese mundo, a conocerlo, a quererlo, y a reflexionar sobre cómo nos relacionamos.
Para Maite, profesora de la carrera de Dirección Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el problema no radica en la mera existencia de las residencias de adultos mayores u hogares de ancianos. Los familiares los escogen como alternativa y quieren saber qué sucede al interior de aquellos establecimientos pero no los visitan – razona – asumiendo el aislamiento como una opción natural para la tercera edad, quedando totalmente marginados de la vida social, familiar y cultural.
Es quizás el motivo por el cual Maite Alberdi se ha interesado en la filmografía de la tercera edad. “Es un grupo que permite construir relatos universales y particulares. Universales porque todos nos podemos sentir interpelados desde algún lugar con el tema, y particulares porque a las personas que viven esa etapa les suceden distintas cosas todo el tiempo. Están en una fase de cambios y en un momento crucial de la vida, donde los procesos son palpables para los personajes y para el espectador”.
DE CHILE A LOS PREMIOS OSCAR
La nominación de El Agente Topo como Mejor Documental a los Premios Oscar a mediados de marzo fue recibida con sorpresa por sus realizadores, quienes recibieron gran apoyo y cariño de muchas cineastas latinoamericanas que se sintieron representadas.
“Sí, en algún punto sentimos que habíamos roto una barrera. Esperamos que este avance para la industria documental chilena sea una oportunidad también para otros cineastas latinoamericanos”, manifiesta Maite.
Con este largometraje se marca un hito, ya que es la primera vez que un documental chileno es nominado por la Academia y la primera vez que una cineasta es nominada a un Oscar en Chile. “Este es un ejemplo que espero sirva para que otros cineastas latinoamericanos sueñen lejos, y aunque mucha veces este tipo de cosas no están en su mente, sí se puede trabajar como un objetivo.”
Maite Alberdi orgullosa reconoce que El Agente Topo es para ella una oportunidad de seguir rodando de la forma que le encanta hacerlo. Es entender que los documentales pueden reflejar temas importantes y universales desde micro mundos. Cómo desde una vida individual se puede hablar del mundo y con un estilo que no es el tradicional del documental. “Para mí esta nominación también significó un apoyo para seguir trabajando con el mismo método que me interesa, con los tiempos y recursos que esto implica”.
Y más allá de este gran logro fílmico, nos quedamos con el mensaje de trasfondo. ¿Qué espacios les estamos dando a nuestros adultos mayores?, ¿por qué somos una sociedad incapaz de incluir en nuestro sistema la sabiduría y la experiencia de los años? Un gran tema que invita a reflexionar.