Descubrió el amor por el paisajismo siendo un niño, y con el tiempo ello se convirtió en la pasión con la cual aborda su profesión. El ingeniero agrónomo argentino, Tomás Nadares, nos relata, desde su experiencia, lo que ha significado su trabajo y lo que es para él la naturaleza como arte puro de expresión.
Por Marcela Cademartori
Fotografías de Constanza Miranda
Conectar a través de la naturaleza con emociones y sensaciones, es para el ingeniero agrónomo y paisajista, Tomás Nadares, un desafío cada vez que se enfrenta a un nuevo proyecto. “El paisajismo es para mí un arte súper puro que te entrega las herramientas por las cuales transmites emociones que deben conectar con un otro, en este caso mis clientes”.
Tomás relata que era tan solo un niño cuando descubrió una especial inclinación por la naturaleza y el paisajismo. “Fue en el campo de mis abuelos que me entretenía cambiando o entregando una nueva imagen a ciertos espacios. Esto que nació como una entretención,con el tiempo se convirtió en mi profesión. Fue en el año 2018 cuando decidí dedicarme definitivamente a esto como un trabajo, ya que hasta hace momento lo hacía de manera amateur”.
Rápidamente su talento comenzó a esparcirse como verdaderas semillas. Participó en Casa FOA durante varios años y este año no fue la excepción. “Esta nueva versión de Casa FOAse organizó en El Retiro y el concepto con el cual se debió trabajar fue “escenarios futuros”. En mi caso hice una propuesta de espacio exterior con expansión de cafetería.
Utilicé varios materiales sustentables y reciclables, y se rescató el valor del patrimonio. Denominé a mi propuesta “Trabajo de Hormiga”, haciendo alusión a que en tiempos modernos existen muchos detalles que no vemos. Esta es una invitación a descubrirlos”.
“En un escenario futuro, debemos ser capaces de utilizar materiales amigables con el medioambiente, reciclar otros, disminuir el consumo de agua. dar oportunidades a las especies nativas de cada sitio y respetar el entorno que habitamos para intervenirlo manteniendo el equilibrio que este ha logrado con el paso de los años. En mi trabajo presentado en Casa FOA, quise incorporar el reflejo de las ramas de una flor típica de Argentina como el Ceibo, dispersas por el espacio, lo que nos lleva a tomar conciencia del valor de los recursos existentes”, reflexiona Tomás.
DESCUBRIMIENTOS
Para Tomás el desafío de descubrir los espacios de un jardín se puede tornar en un entretenido desafío en cada proyecto. “Últimamente estoy trabajando bastante en esta línea, recreando diferentes espacios para distintos usos como, por ejemplo, en la pileta, el leñero o, simplemente, lugares para soñar o compartir. Lo importante es conectar con lo que cada cliente busca”.
El factor sorpresa siempre debe estar presente en el proceso evolutivo que ofrece un paisajismo. “Y es que la naturaleza es viva y dinámica. En ella conviven no solo plantas y flores, sino también insectos y un sinfín de seres vivos que le entregan la riqueza al resultado final. Además, va cambiando y madurando. En palabras simples, un paisajismo te va sorprendiendo en el tiempo”.
Si bien cada proyecto que el profesional aborda es único y obedece a las necesidades de cada cliente, existe una tendencia hacia la cual se está orientado el paisajismo en la actualidad. “La escasez hídrica y la falta de tiempo de las personas, ha derivado a que hoy un paisajismo se diseñe en torno a especies autóctonas, que requieren poca agua y mantención. Sin embargo, y como decía anteriormente, es el requerimiento de cada persona el que entregue el lineamiento final al diseño”.
Pasión y amor depositado en cada trazo de un paisaje que Tomas diseña, hacen florecer un trabajo cargado de sensibilidad, emoción y experiencia que develan un arte al más puro estilo natural.
@paisajismotomasnadares