El buen vivir: Autocuidado

Un espacio en que Patricia Valdés y Paula Pinochet invitan a sentir-nos y descubrir-nos, sin más expectativas que un buen vivir…

Vamos entrando en tiempos de aparente normalidad, llevamos más de un año con bombardeos de información disonante, cargados de mensajes e instrucciones semanales que han aportado al miedo, al aislamiento y a la incertidumbre, ¿cómo estas frente a este escenario? Hoy es un buen momento para hacer una revisión de lo que ha sido la pandemia en cada uno de nosotros, tomando especial atención a los posibles daños intangibles que son difíciles de dimensionar. Algunos dicen que las enfermedades psicológicas serán la segunda pandemia…

¡Paren el mundo que me quiero bajar! Creemos que es la mejor frase para describir la energía existente en todo el planeta, seguimos en pandemia y muchos hablan de que tendremos que vivir con esto por varios años. Es tiempo de escucharnos desde el fondo de nuestro corazón y si encontramos tristeza, cansancio, soledad o miedo demos un giro de timón y vamos por el autocuidado.

El concepto básico del autocuidado lo desarrolla Dorothea Orem, quien lo define como “El conjunto de acciones intencionadas que realiza o realizaría la persona para controlar los factores internos o externos que puedan comprometer su vida o su desarrollo posterior”, es decir, el autocuidarse no es un lujo es una prioridad, significa realizar aquellas conductas y acciones en función de uno mismo de manera consciente e intencional, logrando así consecuencias positivas para nuestro bienestar físico y emocional. Simplemente el autocuidado es querernos bien.

Recuerda que vinimos a este mundo a ser felices, por lo tanto, el estar bien física y emocionalmente es una necesidad básica; y si somos nosotros quienes construimos realidades, hagamos que estas sean como las soñamos.

 Como el autocuidado es una actividad aprendida te sugerimos:

  • Al despertar respira profundamente tres veces y pregúntate cómo estás, qué esperas de este día y qué puedes hacer para sentirte bien, piensa en algo que te da felicidad y luego solo levántate.
  • Realiza actividades que te hagan bien, yoga, caminar, gimnasio, leer, rezar. Y atrévete a probar cosas nuevas.
  • Identifica los pensamientos que te boicotean, frénalos e imaginariamente redúcelos a un punto negro hasta que desaparezcan.
  • Haz un listado de buenos momentos y logros que te han hecho feliz y cuando no te sientas bien, léelo.
  • No te comprometas hacer más de lo que puedes en el día, sé fiel a ti mismo.
  • Antes de dormir, agradece por este día y date las buenas noches.

La invitación es a que fortalezcamos nuestro cuerpo y nuestra mente para estar preparados frente a cualquier adversidad. Recuerden que la compañía, el apoyo y la ternura sana el corazón y alivia la mente, el amor es el opuesto al miedo. Entonces pongamos la atención en nuestro autocuidado con amor, si tú estás bien el entorno enciende su luz, es mágico.

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Por Catalina Marowski Aguayo Psicóloga clínica Psicoterapeuta de adultos Certificada en EMDR y Coaching (PUC)

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