Un espacio en que Patricia Valdés y Paula Pinochet invitan a sentir-nos y descubrir-nos, sin más expectativas que un buen vivir…
“Solo en el mutuo respeto es posible la colaboración y eso requiere escucharse, tiempo para estar y ver el mundo del otro»
(Humberto Maturana)
Empezando el año 2022 esperamos hayan logrado tener unas lindas fiestas y cerrar con gratitud y alegría el 2021. Siempre es bueno detenerse a evaluar e impulsarse a mejorar. Esperamos comiencen con mucha energía y esperanza en este nuevo ciclo.
Hemos terminado un año diferente. Las elecciones presidenciales dejaron ver un país totalmente polarizado y con profundas diferencias; si agregamos a eso el enfrentamiento de las posturas oficiales y disidentes de la presente pandemia nos damos cuenta de que algo nos pasó como país.
Simplemente comenzamos a faltarnos el respeto unos a otros, el pensar distinto fue una causa para ofendernos. Esta es la razón que nos motivó presentar esta columna, ¿el respeto ha perdido su valor?
Los tiempos han cambiado, las tecnologías, las redes sociales y la inmediatez nos han quitado tiempo, tiempo necesario y fundamental para conocer y escuchar al otro. Cómo podemos entenderlo sino sabemos nada más que lo que muestra en Instagram, Facebook o Twitter.
El problema es que, si la escasez de tiempo es un común denominador de nuestro país, ¿cómo podremos respetarnos y convivir de buena manera sin poner nuestro tiempo al servicio de tan relevante tarea?
Las buenas maneras no van de la mano de pensar, sentir o vivir parecido. Solo debemos asignar a cada persona su valor por existir y no por coincidir con nosotros.
Queremos recordar a Humberto Maturana un humanista que apelaba al respeto mutuo entre seres humanos para crear una convivencia armónica. En su libro Emociones y Lenguaje en Educación y Política (1992), dice: “Sin aceptación y respeto por sí mismo uno no puede aceptar y respetar al otro, y sin aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia, no hay fenómeno social”.
Somos seres sociales, nacemos y somos parte de la sociedad, necesitamos de los demás y los demás nos necesitan. Las buenas relaciones requieren tiempo, busquemos ese tiempo e invirtámoslo en conocer al otro para dejar de asustarnos ante lo distinto y valorarnos por simplemente ser.
¿Se imaginan un mundo donde todos pensemos, vivamos o sintamos igual? Cada persona es un universo. No nos perdamos la maravillosa experiencia de conocer sin miedo esas nuevas miradas.
Si pertenecemos a una familia, a un equipo, partido o empresa es porque sabemos convivir y damos valor a pertenecer, así también pertenecemos al país llamado Chile y todos y cada uno somos responsables de hacer que el respeto sea un valor nacional. Merezco ser respetado tanto como el otro merece respeto.
Buena invitación para iniciar el año: ganarnos el respeto del otro, simplemente respetándolo.