El desafío de cambiarnos a nosotras mismas

Sandra  De la Garza Talavera                                  

Psicóloga Clínica

UNAM / UV/ UCH

La vida está en constante cambio. Queramos o no, este minuto no es igual al anterior, y el actual contexto de pandemia claramente nos ha desafiado a cambiar en nuestra vida diaria. Y sí, ya no somos las mismas de ayer. Hace un año no podríamos haber siquiera imaginado que íbamos a tener que lidiar el cuidado de los hijos, las obligaciones domésticas y para muchas también el teletrabajo, lo que en muchos casos se hace sin la ayuda de una pareja, familia o apoyos externos. Todo lo anterior, sin duda, ha provocado respuestas de ansiedad y estrés más intensas a lo habitual.

Si nos detenemos a reflexionar sobre los cambios en nuestras vidas, pensando en que es cualquier movimiento, o aquello que es diferente  en las cosas y en las personas con el paso del tiempo, indudablemente estamos enfrentando el mayor cambio en los últimas tres décadas, no solo a nivel de nuestro país sino del mundo. Podemos optar por negarlo o aceptarlo,  hacer limonada o no con los limones que nos entrega la vida, lo que es muy complejo cuando no han sido situaciones gestionadas por cada una de nosotras.

En la situación actual se hace necesario empoderarnos, ver el vaso medio lleno; una gran oportunidad para crecer y ser madres, en su justo balance, escogiendo, a pesar de las dificultades,  nuevas rutinas dentro del encierro que nos ha tocado vivir enfrentando las múltiples tareas a realizar. Para esto necesitamos tener identificado “qué es lo que hoy yo puedo y quiero cambiar”.

Por lado de las mujeres que son madres aún se  autoimponen la carga y deber de hacer todo, existiendo también como creencia general, por ello el mayor y urgente cambio es que todos en casa participen de las actividades diarias, distribuyendo equitativamente las tareas del hogar. Por otro lado, la vida misma y el confinamiento — requieren de rutinas, pero debemos tener cuidado de no llegar al extremo de reducir cada día a lo mismo, ya que claramente producirá en todos los que habitan el hogar desánimo y mal humor.

Aprovechemos este tiempo como una oportunidad, pongamos la mirada en hacer cambios en el cómo se hacen las cosas y vivamos cada día con la firme  decisión de vivir lo mejor posible  la realidad en la que estamos. ¿Qué podemos hacer para poder conectarnos con nosotros mismas y nuestras necesidades? Incluir en la rutina algo distinto, hacer pausas conscientes para meditar, hacer ejercicio, leer o ver una serie, aunque aún no se hayan terminado algunas tareas. Al final podremos decir “pude, lo hice, lo logré” sintiendo que somos personas y madres más felices y plenas.

Tener presente:

*Hacer pequeños cambios en la rutina diaria, te ayudará a mantenerte flexible y a darte cuenta de que hay muchas maneras de hacer las cosas.

*Acostúmbrate a observar constantemente las plantas, los animales y, especialmente, a las personas que están a tu alrededor. Al hacer esto te darás cuenta de los cambios que se producen y será más fácil para ti saber cuándo necesitas cambiar y valorar el cambio.

*Desarrolla_  una actitud positiva para descubrir y valorar. A pesar de lo difícil del contexto,  – hay situaciones positivas que ayudan a crecer y desarrollarte.

Una de las razones por las cuales es tan difícil cambiar es porque nos aferramos a las rutinas, las cosas, las personas y la forma de hacer las cosas.  En este momento de grandes cambios, que muchos llegaron para quedarse, es importante hacer  algo nuevo durante la semana, para cuidar como Madres nuestra salud mental y la de la nuestra familia.

 Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”, Viktor Frankl.

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Por Catalina Marowski Aguayo Psicóloga clínica Psicoterapeuta de adultos Certificada en EMDR y Coaching (PUC)

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