Seis años atrás la viñamarina e influencer Marianna Gómez Lozano entendió que pese a sus 1,62 de estatura existía un nicho poco explorado en el modelaje. Un viaje a Barcelona derribó sus inseguridades aprendiendo a destacar con otros estándares en el mundo de las pasarelas.
Por Catalina Jiménez
Encantadora, hermosa y decidida la modelo Petite Size, Marianna Gómez Lozano, ha marcado tendencia en estándares pocos usuales del mundo de las pasarelas. Posando profesionalmente para campañas publicitarias, sesiones fotográficas y catálogos desde hace seis años, la influencer viñamarina siempre ha trabajado con marcas que la identifiquen o se alineen con su estilo de vida y aspiraciones a futuro.
Amante del skincare y la vida saludable, la Beauty Blogger que en su cuenta de Instagram @marianna.gl posee casi 40 mil seguidores, se ha preparado arduamente para proyectar una imagen y seguridad única al pararse frente a una cámara. No ha sido fácil reconoce, tuvo que abrirse camino en un modelaje que exige figuras sobre el metro 70 de altura. Menos viviendo fuera de Santiago.
Pero un viaje a Barcelona sepultaría definitivamente sus inseguridades. Conozcamos un poco más a Marianna, quien conversó con Costa Magazine para contarnos además cómo ha podido subsistir a la pandemia del coronavirus en un mundo altamente competitivo.
¿Siempre supiste que querías ser modelo?
La verdad, quería ser profesional en el mundo de la moda, diseño, arte y producciones editoriales, eso siempre me atrajo. Entrar al mundo del modelaje se me fue dando de manera espontánea; claro que por mi estatura había agencias que no me aceptaban. Allí entendí que existía un nicho de modelos publicitarias que cumplíamos con otros estándares y comencé a explotar esta área, a conocer gente, a hacer campañas y de a poquito se empezaron a dar las cosas.
Imagino que es difícil dedicarse al modelaje viviendo fuera de Santiago.
Sí, lo fue. En Viña no está muy establecido el tema de las agencias y los castings. Todo se hacía en Santiago, así que al iniciar mis primeras campañas y comerciales – a los 19 años – me organizaba para viajar una o dos veces por semana mientras cursaba paralelamente la carrera de Hotelería y Turismo.
¿Sentiste alguna inseguridad o dificultad por ser modelo petite size?
Luego de un tiempo de dedicarme cien por ciento al modelaje decidí irme por un año a Barcelona a hacer un intensivo profesional de Asesoramiento de Imagen y Personal Shopper, complementando el estudio con algunos trabajos de modelo. Eso me abrió muchas puertas y significó una linda experiencia porque sentía mucha inseguridad de la modelo pequeña, pero me dijeron “si tu trabajo es bueno, si lo que haces destaca, eres responsable y sigues desenvolviéndote como lo has hecho hasta ahora, no tendrías porqué dudar o sentirte menos”.
¿Cuánto trabajo hay detrás de una foto?
Como cualquier otro trabajo requiere de compromiso, responsabilidad, horarios… y por supuesto, estar de buen humor. Si te sientes mal o tienes frío nadie debe notarlo. Debes proyectar que todo marcha bien. Esto, porque habitualmente las producciones duran cerca de ocho horas, y en muchas estás de pie. Detrás de todo lo glamoroso que vemos hay un trabajo arduo de un laborioso equipo. A pesar de ello, y de que todos tenemos altibajos en la vida, en el modelaje las cosas malas debes dejarlas de lado para no interpretarlas en el resultado final.
¿Qué es lo mejor y lo más difícil del modelaje?
Lo mejor es que siempre va variando, es dinámico. Trabajas con equipos distintos, cambian al maquillador, al fotógrafo, etc. Entonces conoces distintos enfoques y estilos. Siempre surge un nuevo desafío o locación, distintas temáticas que te siguen sorprendiendo.
Ahora bien, todo trabajo tiene sus matices. Lo malo es que a veces las locaciones son duras, se pasa frío, otras veces estás en un momento difícil y tener que ponerle ganas para que en el resultado final no se note, es duro. Hay que estar bien, dar todo de ti y siempre con humildad y respeto, para mí eso es primordial.
¿Cómo cambió tu trabajo con la llegada de las redes sociales?
Creo que el modelaje y las redes sociales son dos ámbitos muy distintos que hoy he logrado congeniar. Para el modelaje es importante el rol que cumple tu agencia, encargada de derivarte a los casting en que se requiere tu perfil. Una modelo sin nombre que cumpla con las características que necesitan, es un mundo mucho más hermético que te exige características físicas y aptitudes blandas. En cambio en Instagram por ejemplo, las marcas llegan a ti por tu nombre, el contenido que creas, el tipo de seguidores que forman tu comunidad y por la veracidad de tu contenido.
¿Sientes que tus estudios te impulsaron para donde estás?
En mi carrera como modelo no, seguramente muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero no creo que haya que estudiarlo. Sí estoy consciente de que va a llegar un punto en mi carrera en que por temas de edad no voy a lograr el mismo éxito alcanzado hasta ahora. En tal punto creo poder aprovechar mis estudios enfocados en el backstage, aquello que ocurre fuera de cámara. Siempre me ha gustado la producción, la iluminación y escenografía, el maquillaje o styling, la puesta en escena. Gracias a mi trabajo actual he llegado a conocer muy bien este mundo, por eso he estudiado, me he preparado para el día de mañana dedicarme al asesoramiento de imagen o a la producción editorial.
¿Cómo cambió tu trabajo con el encierro?
Al principio sentí un poco de susto, pensé esto se va a paralizar ¿qué voy a hacer con mi trabajo? Como soy totalmente independiente, vivo de esto, finalmente como a cualquiera me dio un poco de susto esta inestabilidad. Pero me siento muy agradecida y afortunada de haber continuado trabajando.
¿Dejaste de asistir a castings en forma presencial?
Los castings se empezaron a hacer de manera online, las campañas se externalizaron, debíamos generar contenido desde las casas lo cual implicó adaptar los espacios, adquirir una cámara pro y mejorar la iluminación. Esto fue súper rico, abrió una nueva oportunidad para crear contenido súper cercano, porque no es lo mismo en mitad de una pandemia una foto en la playa que una tomando café mientras haces teletrabajo real desde la casa. La gente se sentía mucho más identificada con eso porque también lo estaban viviendo.
¿Rescatas algo positivo de la pandemia?
Creo que la pandemia tiene una connotación negativa, pero también nos acercó mucho, es cosa de meterse a las nueve de la noche a Instagram y ver la cantidad de cuentas haciendo lives, esto dio la oportunidad para que las comunidades se afianzarán, que la gente conociera a sus influencers. El cambio en mi trabajo me abrió las puertas y me dio el empuje que necesitaba para soltarme un poco más con la cámara, ya era hora de empezar a perderle el miedo y esto me permitió ser mucho más transparente. Ahora me siento más en sintonía y acorde con lo que estoy comunicando y la forma en que soy realmente, siento que eso fue algo muy positivo.
¿Qué consejo darías a alguien que quiere empezar con el modelaje o influenciar en redes sociales?
Que pierdan la vergüenza, no tengan miedo a que la gente te vea como ridícula o al qué dirán. Hay que dejarlo de lado, ser tu misma e ir por el buen camino. Mi consejo es ser constante, ver la forma de seguir con una línea estética o algún tema en particular, algo que te apasione y darle. No tengas miedo de intentarlo ¿qué es lo peor que puede pasar?