¿El orden de los factores altera el producto?

Una insulina saludable

Por Lia Godoy

Nutricionista e Instructora Mat Pilates

IG liagodoy_nutricionista

¿El orden de los factores altera el producto? Según las leyes matemáticas, ¡No! Pero al momento de poner los alimentos en tu plato, ¡sí! Al comprenderlo, deberíamos preguntarnos qué tan importante es para nuestra salud el orden en que comemos los distintos grupos de alimentos diarios.

Lo primero es definir qué es un plato saludable, en qué consiste su composición. Básicamente consta de 4 grupos alimentarios: Proteínas – carnes, pescados y mariscos, huevos y legumbres -; Cereales, idealmente integrales como arroz, maíz, quinoa; Verduras y Grasas saludables, tales como palta, aceitunas, frutos secos, aceite de oliva.

Cada uno de estos grupos alimentarios entregan distintos tipos de nutrientes a nuestro organismo, logrando el sinergismo entre ellos y el balance nutricional de la composición.

Efectivamente, el orden en el que consumimos los alimentos puede tener un impacto en nuestra salud y en la respuesta de nuestro cuerpo a la comida. Comer primero las verduras, luego las proteínas y grasas, y por último los cereales puede ayudar a regular la síntesis de insulina, controlar los niveles de glucosa en sangre y controlar el apetito.

Los cereales son el grupo alimentario a cargo de entregarnos la energía (glucosa). Su principal nutriente es el carbohidrato, al cual nuestro cuerpo descomponen en energía disponible para las distintas funciones de nuestro organismo.

Las verduras, al ser ricas en fibra, ayudan a reducir la velocidad de absorción de los carbohidratos presentes en los cereales. Esto evita alzas rápidas de glucosa en la sangre y ayuda a mantener niveles más estables de energía. Además, la fibra de las verduras también contribuye a una mejor salud intestinal.

Al consumir proteínas, se estimula la secreción de una hormona llamada Péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1).  Esta hormona incretina es producida en el intestino delgado y liberada en respuesta a la ingesta de proteínas (también grasas y fibra). La liberación de GLP-1 estimula la liberación de insulina desde las células beta del páncreas, hormona a cargo del metabolismo de la glucosa.

Además, la GLP-1 disminuye la secreción de glucagón, una hormona que aumenta los niveles de glucosa en sangre. En conjunto, estos efectos de GLP-1 ayudan a regular los niveles de glucosa en el cuerpo y también actúan en el cerebro para aumentar la sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el apetito y la ingesta de alimentos.

En resumen, el orden en que comemos los distintos grupos de alimentos puede influir en nuestra salud. Optar por empezar con verduras, seguido de proteínas y grasas, y terminar con los cereales puede contribuir a una mejor dosificación de la energía, mejorar el estado de ánimo y mantenernos saciados por más tiempo.

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