El presente

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

(Instantes, Jorge Luis Borges)

 

En este momento, antes de continuar leyendo, queremos pedirte cinco minutos. Por favor respira tres veces sintiendo lo bueno que es respirar. Luego regálate un abrazo – ya sea te lo des o solo lo imagines – expresando lo que quieras decirte o agradecerte o, tal vez, simplemente abrazarte experimentando la paz y la armonía del momento. ¿Te imaginas comenzar cada día de esta forma?

Es nuestro segundo otoño en pandemia, todos estamos más desgastados, los miedos se han acomodado, la energía se ha diluido, nos sigue una constante nostalgia por el pasado y luego nos aparece la ansiedad por el futuro. El hoy, el ahora, resumen nuestra nueva invitación, vivir en conciencia el presente. No es sencillo si llevamos mucho tiempo al compás de otra marcha, pero se puede, es un poder que tenemos todos y que debemos utilizarlo.

Para vivir en el presente debes tomar conciencia que tú eres la o el protagonista de tu vida y eres quien eliges dirigir tu atención plena en el hoy. Mary Tabor en su libro “Fiel a Ti Mismo” relata sobre una persona que en la puerta de su casa tenía un aviso magistral que decía: “A las visitas:  mientras vuestro cuerpo esté aquí, les ruego que se queden aquí. Cuando se marchen, les ruego que se lleven su cuerpo”. A cuántos de nosotros nos pasa lo mismo.

El presente es la certeza y es donde debo vivir, es este día donde haré las cosas que a mí me gustan, que me hacen feliz, me realizan, hoy es el momento perfecto para decirle a mis seres queridos cuánto los quiero, hoy es el día perfecto para reencontrarme conmigo mismo y escucharme.

Muchos de ustedes dirán: hacer lo que yo quiera es imposible, tengo demasiadas responsabilidades, ¿y si cambias la mirada y eliges realizar lo que hoy te toca, pero no como una obligación sino como una elección? Es diferente percibir tu trabajo como una carga a verlo como una oportunidad, sentir que “acarreas” a los hijos al colegio o aprovecharlo como un momento para compartir.

Al volverme protagonista de mi día a día y poner toda mi atención en este momento, veré lo que antes pasaba por alto: detalles en los colores, olores, paisajes, música y situaciones con los otros y conmigo mismo.

El cometido en nuestra vida es buscar la felicidad, pero disfrutando el camino y en él, hacer feliz a nuestros cercanos, en plena atención, en plena armonía, en plena paz en este viaje hacia nuestro verdadero hogar. Entonces, del pasado agradecer, aprender y recordar con gratitud y al futuro desearlo y planificarlo, pero viviendo en el ahora. El presente es un gran regalo que nos permite honrar la vida que se nos ha entregado.

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Por Catalina Marowski Aguayo Psicóloga clínica Psicoterapeuta de adultos Certificada en EMDR y Coaching (PUC)

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