“El voluntariado y la participación son claves para construir ciudades más justas”

Con un enfoque en la equidad territorial y el trabajo colaborativo, la Fundación Reñaca Más Alto ha dedicado los últimos catorce años a mejorar la calidad de vida de la comunidad viñamarina de Reñaca Alto, convirtiéndose así en un modelo de cómo el compromiso y la acción conjunta pueden construir un futuro más justo. Ad portas del evento “Vino & Cordero” – el cual reúne a socios de esta fundación con empresarios, autoridades y representantes de la comunidad -, conversamos con su directora ejecutiva, Bárbara Badilla Fuenzalida, para conocer más sobre el impacto y los desafíos de esta labor transformadora.

Entrevista de Cristian Muñoz

Fotografías: Gentileza de R+A

Con la visión de generar un trabajo colaborativo y de fomentar la equidad territorial, Fundación Reñaca Más Alto se ha convertido en un faro de esperanza y cambio en la comunidad de Reñaca Alto. Cientos de voluntarios han sido protagonistas de la construcción de un espacio donde niños, niñas, jóvenes y sus familias pueden transformar sus realidades.

“A lo largo de estos catorce años, hemos logrado consolidar un equipo de trabajo comprometido y profesional, compuesto hoy por cinco miembros del directorio y un equipo operativo de tres personas, que junto a la energía de 336 voluntarios movilizados entre 2022 y 2023, han hecho posible la continuidad y el impacto de nuestras iniciativas”, detalla Bárbara Badilla Fuenzalida, directora ejecutiva de la fundación.

UN CAMINO DE CRECIMIENTO Y CONTINUIDAD

Caracterizada por su compromiso y energía, Bárbara – quien es diseñadora industrial de profesión – llegó a la dirección de R+A después de haberse involucrado profundamente con la organización desde 2016 como voluntaria, y luego como coordinadora de comunicaciones desde 2019.

Cuando la anterior directora ejecutiva decidió dejar su cargo, fue natural para nosotros buscar la continuidad desde dentro, explica Bárbara. “En Reñaca Más Alto, hemos aprendido que las soluciones se construyen desde la originalidad del territorio y sus comunidades, y por eso, mantener la continuidad del trabajo era esencial para no perder los avances logrados”.

Para la directora ejecutiva de la fundación, el voluntariado ha sido el motor de cambio de esta noble labor. “Hemos logrado construir una red de voluntarios y voluntarias que son el pilar de nuestras acciones. Desde la primera línea, en la cotidianidad de las carencias de nuestro país, ellos y ellas han aportado con sus manos, esfuerzo y alegría para mejorar la vida de muchos”.

“Lo que hacemos en la fundación es dar las oportunidades que el país no ha brindado. Los niños a los que les hacemos reforzamiento tienen las mismas motivaciones y sueños que cualquier otro niño del país, pero lo que les falta son las oportunidades, y eso es lo que buscamos cambiar”.

PROGRAMAS QUE TRANSFORMAN REALIDADES

La Fundación trabaja bajo tres líneas de acción clave, cada una con un enfoque específico pero interconectado en su objetivo de fortalecer el tejido social y fomentar la equidad territorial.

  1. Reforzamiento Escolar (Reforza): Un programa que genera un espacio seguro para el desarrollo integral de los niños, niñas y jóvenes de la comunidad, proporcionando apoyo académico a través de actividades lúdicas y juegos. “Además, realizamos talleres autogestionados para los padres y apoderados, permitiendo que todos los integrantes de la familia se involucren y participen activamente”, añade Bárbara.
  2. Construye: Este programa se enfoca en proyectos de construcción, ampliación y reparación de viviendas y espacios comunitarios, en los que las familias y organizaciones territoriales se involucran desde el diseño hasta la ejecución. Trabajo colaborativo que no solo mejora las condiciones de habitabilidad, sino que también fortalece el sentido de comunidad.
  3. Huertos: Un espacio para el intercambio de saberes y experiencias en torno a la huerta comunitaria, promoviendo la sostenibilidad desde el barrio y el bienestar de quienes participan.

RESPUESTA AL MEGA INCENDIO

Como una forma de ayudar sin importar los límites geográficos, uno de los momentos más desafiantes y a la vez significativos en la historia reciente de la Fundación fue la respuesta al mega incendio de febrero.

En coordinación con el programa “Movidos por Chile” de la Comunidad de Organizaciones Solidarias y junto a la Junta de Vecinos de Villa Independencia, se entregaron 55 kits de alimentos a las familias afectadas en esta zona alta de Viña del Mar y durante 10 semanas, “estuvimos aportando con una olla común, mostrando una vez más la fuerza del trabajo en red y la solidaridad”.

Y si bien el trabajo realizado ha sido tremendo, aún queda mucho por hacer, concluye Bárbara. “Nuestro compromiso sigue siendo el de contribuir a mejorar las condiciones de vida en Reñaca Alto, siempre con los pies en el barro, y con la convicción de que, solo a través del trabajo conjunto y en comunidad, podremos construir una sociedad más justa y equitativa”.

Vino & Cordero: Una Década de Celebración y Colaboración

El evento anual “Vino & Cordero” cumple diez años, consolidándose como un espacio donde se visibiliza la labor de la Fundación y se impulsa la captación de nuevos colaboradores. “Este evento nos permite mostrar lo que hacemos en la comunidad de Reñaca Alto, además de congregar a decenas de voluntarios que, con alegría y dedicación, dan vida a una celebración única. Creemos firmemente en el valor del voluntariado y la participación como factores decisivos para el cambio en nuestra sociedad, y eventos como este refuerzan ese espíritu colaborativo”, asevera la directora ejecutiva de Fundación Reñaca Más Alto, Bárbara Badilla Fuenzalida.

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