Everton de Viña del Mar. 115 años de pasión oro y cielo

“Un club, una ciudad, una pasión, una institución”. Cuatro conceptos que marcan la esencia del club viñamarino que el pasado 24 de junio cumplió un nuevo año de vida. Cuatro conceptos esgrimidos por su presidente corporativo, Cristian Castro, y que marcan la impronta de esta nueva gestión, donde el vínculo de Everton con la ciudad y su gente hacen de este club de fútbol un verdadero patrimonio para la ciudad de Viña del Mar.

Un nuevo año de vida que no hace más que engrandecer a la institución viñamarina identificada con los colores oro y cielo. Acaban de cumplirse 115 años desde aquel 24 de junio de 1909 cuando un grupo de inmigrantes británicos, liderado por David Foxley, fundara el Everton Football Club en Valparaíso.

Y hoy, sus directivos, su gente, la hinchada, los trabajadores del club y ganadores históricos se reúnen para conmemorar este aniversario especial. Un año que marca una nueva impronta del club que en 1942 tomara la decisión de trasladarse a Viña del Mar para mejorar su competencia y liderazgo, estableciendo el estadio Sausalito como su nueva casa, cambio que cimentara su identidad y estrecho vínculo con la ciudad jardín.

“En cualquier parte de Chile que nos toca presentarnos para competir, nos ven como verdaderos embajadores de Viña del Mar”, reconoce Cristian Castro, presidente corporativo de Everton. Y es que el vínculo que une al club de cuatro estrellas con la ciudad es inherente e inmaterial.

Recuerda, a su vez, que el traslado desde Valparaíso a Viña del Mar a mediados de siglo XX significó ingresar al año siguiente a primera división, donde se ha mantenido como un contendiente constante. Pero la verdadera hazaña es haberse convertido en el primer equipo de provincia en ganar el torneo nacional.

En 1950, el club viñamarino rompería la hegemonía de los equipos de la Región Metropolitana. Bajo la dirección técnica de Martín García, Everton superó a Unión Española en el Estadio Nacional con un gol de René Orlando Meléndez. Dos años después, en 1952,  el club volvió a coronarse campeón con Meléndez como máximo anotador del torneo.

Para 1976, bajo la presidencia de Antonio Martínez Ruiz, el equipo volvió a levantar la copa, nuevamente venciendo a Unión Española en el Estadio Nacional. Los goles de Sergio Ahumada, Mario Salinas y José Luis Ceballos sellaron el título.

Treinta y dos años más tarde, y con todo pronóstico en contra, Everton vence a Colo Colo en una “final imposible” en una lluviosa noche en el Estadio Sausalito, dando vuelta un adverso marcador inicial. Así, bajo la presidencia de Antonio Bloise Ramos, y bajo la dirección técnica Nelson Acosta se coronarían con el Torneo de Apertura de 2008.

Logros que no hacen más que engrandecer a una institución centenaria, pero que también marcan vidas, que identifican a muchas personas con el club de la ciudad. “Y es que si tu conversas con cualquier viñamarino, te dirá que algún familiar suyo de una u otra forma ha tenido vínculo en algún momento con el club. Pueden ser parientes de algún jugador, dirigente o trabajador. El asunto, es que la identidad de Everton con Viña del Mar es un nexo que con el pasar del tiempo se hace más fuerte”, asegura Cristian Castro.

LA ERA DEL GRUPO PACHUCA

Ahora bien, para prevalecer en el tiempo, una gran institución debe generar toda una base financiera y administrativa que le permita alcanzar sus objetivos deportivos. Por lo anterior, y bajo el mandato de Antonio Bloise, en 2016 el Grupo Pachuca formaliza la adquisición del 80% de Everton con tal de otorgar estabilidad al club, permitiendo importantes inversiones en infraestructura y desarrollo deportivo.

A comienzos de 2019, el grupo mexicano adquirió la totalidad de las acciones del club, integrándolo plenamente en su conglomerado, que también incluye a Pachuca y León en México, al Atlético Atenas de San Carlos de Uruguay y al Real Oviedo de España.

EVERTOUR

Reafirmando este vínculo indeleble con la ciudad en un nuevo aniversario, su presidente corporativo destaca las actividades organizadas por el club. “Se acordó realizar un tour con letras modulares de Everton apostadas en lugares icónicos de Viña del Mar, como una nueva forma de acercarnos a cada uno de los viñamarinos y de los hinchas de las ciudades cercanas como Quilpué o Concón que se identifican con Everton”.

Destaca como otra de las actividades conmemorativas el partido entre el equipo campeón de 2008 y el Everton Histórico. Y por supuesto, la Gala del Fútbol en el Teatro Municipal de Viña del Mar, con tal de reunir a toda la familia evertoniana que trasciende generaciones, con jugadores históricos, dirigentes destacados, trabajadores e hinchas de toda una vida.

PATRIMONIO DE VIÑA DEL MAR

Es innegable que desde su traslado, Everton ha cultivado una relación estrecha con la ciudad de Viña del Mar y sus habitantes. El estadio Sausalito no solo ha sido su campo de juego, sino también un símbolo del corazón de un equipo y de la ciudad.

Conmemorar un nuevo año, es honrar una historia rica en éxitos deportivos, decisiones estratégicas y un profundo vínculo con la comunidad.  Treinta y dos escuelas de fútbol repartidas por todo el país no es un número menor, sino una muestra del compromiso social que mantiene la institución con los niños y los más jóvenes.

A lo largo de 115 años, el club ha dejado una marca indeleble en la historia del fútbol chileno y continúa siendo una fuente de orgullo y pasión para sus seguidores. Y es que Everton no solo celebra un legado de perseverancia y éxito, sino también una relación inquebrantable con la ciudad como patrimonio inmaterial de Viña del Mar.

LOGRO INTERNACIONAL

Aunque su trayectoria internacional no es extensa, Everton tiene un logro que enorgullece a sus seguidores: el 17 de marzo de 2019, se convirtió en el primer equipo chileno en ganar un partido como visitante en Argentina por la Copa Conmebol Libertadores, al vencer a Lanús por 2-1 con goles de Roberto Gutiérrez y José Luis Muñoz.

ORIGEN DEL NOMBRE

La versión histórica respecto al origen del nombre del club, se relaciona a la gira internacional que realizaba el Everton F.C. de Liverpool, Inglaterra. Precisamente, durante el mes de junio de 1909, disputaba su primer partido en Buenos Aires, Argentina. Aquel día de San Juan, a la hora del té, se eligió un directorio con Francisco Boundy como presidente y David Foxley como presidente honorario y capitán del equipo.

Otras lecturas

Suscríbete a nuestro Newsletter