Con el propósito de contribuir al patrimonio intangible de la memoria visual y escrita en Chile, el pintor nacido en Valparaíso 70 años atrás y que ha residido gran parte de su vida en París, donde acató las exigencias del propio Roberto Matta – dirigidas en ese entonces a los surrealistas latinoamericanos –, retorna a nuestro país con “Hola & Ola. Brama el huemul en el libro Poema de Chile de Gabriela Mistral”, exposición permanente en los salones del Palacio Vergara y Palacio Rioja que realza la enriquecedora relación entre literatura e imagen.
IG @ elunicomurua
Escrito por Cristian Muñoz
Fotografías de Olivier Maugis
Composiciones llenas de color y trazos únicos demuestran el talento pictórico de Mario Murúa, pintor nacido en Valparaíso, surrealista y figurativo, que viviendo en París durante gran parte de su vida recibió del propio Matta en los años ochenta las exigencias para rescatar mediante su obras la cultura y raíces de aquella Latinoamérica precolombina.
De retorno a nuestro país y con el propósito de contribuir al patrimonio intangible de la memoria visual y escrita en Chile, Murúa presenta en esta ocasión “Hola & Ola. Brama el huemul en el libro Poema de Chile de Gabriela Mistral”, exposición que permanece hasta el mes de abril en los salones del Palacio Vergara y Palacio Rioja.
“El tema central de la exposición es el Poema de Chile”, explica Murúa mientras da las últimas pinceladas de óleo al huemul, como tótem de la escultura precolombina y de la mitología mistraliana.
¿En qué consiste? – pregunta el propio pintor -. “En una escritura de 130 poemas que cuentan la historia de Gabriela Mistral, quien con toda su memoria psíquica, mental y física regresa a Chile en una especie de viaje fantomático flotando en el aire junto al huemul y el niño diaguita”, se responde a sí mismo.
Consciente de las significaciones e interpretaciones en torno a la visión aborigen latinoamericana en la literatura de Lucila Godoy, el pintor explica en términos coherentes el viaje de la poetisa chilena. “Busqué el lado simple, dibujando un viaje donde Gabriela y sus personajes aparecen en la Quinta Región para luego retornar a La Serena”.
Exponiendo óleos de gran tamaño Murúa demuestra una vez su admiración hacia la Nobel de Literatura, indagando aspectos vinculados a su infancia y juventud, sus raíces. Con vívidos colores el artista pinta a una poeta alegre, fuerte, inserta en mágicos paisajes, conectada con la naturaleza y los parajes del Valle de Elqui.
Mario Murúa se define como Artista viajero, Diaguita universal y Lucilamente enamorado
ARTISTA VIAJERO
Nacido en el puerto de Valparaíso siete décadas atrás, Murua se define como diaguita universal por su abuela alfarera y su profesión de vender imágenes. Vio el mar y la curva de la tierra antes de conocer la selva paraguaya y las icónicas metrópolis de Buenos Aires, Río de Janeiro y Sao Paulo.
El haber ganado un premio de afiche en Colombia significó su estadía en Francia donde no hizo más que pintar y pintar. “Viví en Paris y cuando nos juntamos los amigos creamos el Grupo Magia Imagen, un grupo magnifico, único y singular donde se cruzaban las pistas de eso afroindolatino. Roberto Matta fue quien nos puso la exigencia (que venía de los surrealistas), que fuésemos fuertes y nos casáramos con la Pachamama”, relata.
De retorno a su país natal, Mario fundó en 1994 la Escuela Urbana Canimagista destinada a promover su teoría y formar nuevos cultores de ella en Santiago. Se interesó asimismo por mostrar Valparaíso, recreando la vida nocturna del puerto, los viajeros, los amores fugaces y las despedidas con escenas cotidianas sencillas de gran colorido.
Hispanoparlante que además domina el francés, Murúa ha demostrado un especial interés por las tradiciones nativas chilenas y por los poetas, especialmente Gabriela Mistral, ilustrando el libro Carta de Amor de Enrique Lihn a Gabriela Mistral en el 2001, intervenido como libro-objeto.
Kilómetros de cuadros y más de medio siglo de lecturas, viajes y visitas a museos, esconden la creación de mundos donde las reglas se asemejan a un delirio de colores tropicales y musicales, “donde el hacer más temas misteriosos y poéticos para seducirnos de imagen”, según narra. Hoy, a sus 70 años recién cumplidos, el pintor Mario Murúa se yergue entre los surrealistas latinoamericanos más aclamados y reconocidos internacionalmente.
La presentación y postulación de Mario Murúa al Premio Nacional Artes Plásticas 2021 se basa en la vida y obra del artista, pintor y grabador, en su aporte para el género de las Artes Plásticas, posicionándolo como “Maestro de la Gráfica”, a través de la técnica surrealista, que con sus colores y trazos únicos transforma su obra en un potente catalizador de las culturas de los pueblos originarios de América Latina.