GUARDIANES DE OCÉANO

Por más de cien años National Geographic se dedicó a difundir y compartir con el mundo fascinantes imágenes de la geografía y biodiversidad del planeta Tierra. Pero en 2008, el doctor Enric Sala, explorador residente de NatGeo, inauguró el proyecto Pristine Seas para identificar, proteger y restaurar los últimos lugares verdaderamente salvajes del océano. Costa Magazine conversó con uno de los actores protagónicos y director para  Latinoamérica de esta loable iniciativa, el abogado y ex director de Oceana Alex Muñoz, quien además incidió directamente en que Chile sea líder mundial en conservación marítima a través de la creación de cuatro parques marinos.

 

Redactado por Cristian Muñoz Caces

Fotografías: Gentileza de Enric Sala, National Geographic

 

 

Los últimos lugares salvajes del mar están desapareciendo. Pocas personas conocerán dichas zonas  prístinas, de una belleza y fragilidad incomparables, a salvo del impacto del hombre. En su búsqueda, Pristine Seas de National Geographic junto a Oceana y a la Armada de Chile realizó en 2010 una expedición a la isla Salas y Gómez, localizada a 3.220 kilómetros al oeste de la costa de Chañaral. La abundancia de vida marina  hallada fue tan extraordinaria que se presentaron los resultados al Presidente Sebastián Piñera, quien  decidió proteger ese tesoro de la naturaleza creando el parque marino Motu Motiro Hiva de 150 mil kilómetros cuadrados.

Desde ese año hasta el 2017 el biólogo marino Enric Sala, fundador de Pristine Seas y Alex Muñoz, director (desde 2015) para Latinoamérica del proyecto de National Geographic han liderado la recuperación, conservación y protección del océano en nuestro país. Costa Magazine se reunió con el abogado y ex director de Oceana para conocer más a fondo los alcances de este admirable trabajo, y las impresiones de uno de los hombres que se ha convertido en un guardián de la vida en nuestro territorio marítimo.

El programa Pristine Seas busca los últimos lugares silvestres del mar, sitios remotos que reflejen cómo era hace 500 años, antes de que la pesca industrial lo vaciara de animales grandes. Debido a su tradición pesquera, Chile no parecía un candidato idóneo a esa lista de zonas marítimas prístinas. 

 

ISLAS DESVENTURADAS

A pesar del mal vestigio, un puntito verde surgió a 850 kilómetros de distancia de la costa norte de Chile: las Islas Desventuradas. Una de ellas, San Félix, alberga una pequeña pero estratégica base de la Armada de Chile. La otra isla, San Ambrosio, se encuentra deshabitada, excepto por un puñado de pescadores de Juan Fernández que se desplazan estacionalmente para pescar langosta desde 1901.

La expedición a las Desventuradas se desarrolló en febrero de 2013,  junto a la organización conservacionista Oceana, con el propósito de explorar los fondos marinos y medir su estado de salud produciendo un documental de National Geographic para compartir los hallazgos con el resto de Chile. “Antes de nuestra expedición no había ni siquiera una imagen submarina de las Islas Desventuradas, fue una exploración absoluta. Terminamos con 300 horas de grabación, cerca de 12 mil fotografías, incluyendo imágenes de hasta 2 mil metros de profundidad”, comenta Alex Muñoz, actual director para América Latina de National Geographic Pristine Seas y para esa fecha aún director de Oceana. 

Tal como reporta Muñoz junto al biólogo Enric Sala en la propia revista de Nat Geo, durante nuestras inmersiones en el sumergible observamos tiburones de aguas profundas, cangrejos que se paseaban sosteniendo una esponja de cristal sobre sus cabezas, nuevas especies de corales de profundidad y de peces –incluyendo una quimera con forma de transbordador espacial–, y cientos de langostas de hasta siete kilogramos […] Bancos de peces, como nunca habían sido reportados para las islas chilenas, nos rodeaban cada vez que saltábamos al agua: desde pampanitos plateados con aletas amarillas hasta jureles de metro y medio de puro músculo que nadan como torpedos.

El reporte final reveló que 96% de los peces observados durante la expedición pertenecen a especies que solo se encuentran en las Islas Desventuradas y el archipiélago Juan Fernández.  Para Alex Muñoz (43) la inmersión hasta los 400 metros en el submarino DeepSee, cobró un significado especial al ver por primera vez los montes submarinos intactos. “Estaban llenos de vida. Peces, langostas, corales y toda la riqueza que poseen cuando no son arrasados por el hombre, aparecían mágicamente en el fondo marino”. Mientras aún permanecía a cargo de la oficina de Oceana en Chile  (desde 2008 a 2015), el abogado de la Universidad de Chile especialista en Derecho Internacional,  logró la aprobación de una ley que prohibiera la pesca de arrastre en todos los montes submarinos de Chile y la ley para prohibir el aleteo de tiburones.

En octubre de 2015, la Presidenta Michelle Bachelet anunció la creación del Parque Marino Nazca-Desventuradas. Con 305.000 kilómetros cuadrados, se convertiría en la mayor área protegida del continente americano.  Con una sola decisión nuestro país pasó de tener  4 a 12 por ciento de sus mares protegidos en parques donde no se permite la extracción. La ilusión de encontrar más lugares prístinos en territorio nacional no se hizo esperar. De inmediato, en el extremo sur de Chile y del continente surgió como candidata la región de Magallanes.

 

PARQUE MARINO DEL CONO SUR

A comienzos de este año – contando con el patrocinio de la Armada de Chile –  el equipo de Pristine Seas se sumergió en las gélidas aguas del rincón más austral del continente americano, una zona conocida por lo peligroso de su marea, fuertes vientos y gran oleaje. Se trata de Cabo de Hornos y las Islas Diego Ramírez, probablemente unos de los últimos lugares más vírgenes del planeta y que pronto se convertirán  en el mayor parque marino del Cono Sur. 

El relato del fundador de Pristine Seas junto al director para América Latina continúa… Para nuestra fortuna, el Cabo de Hornos nos abrió una ventana bondadosa, de vientos suaves y mar calmo […] Estábamos en el dosel de un bosque submarino, con columnas de huiros  (o kelps gigantes) de 15 metros de altura. El fondo estaba tapizado de invertebrados: estrellas de mar, caracoles y alguna centolla con patas largas y espinosas. Desde la superficie recibimos la visita de un lobo marino austral, con un cuello y una cabeza enormes, seguido por dos hembras que nos observaron con mucha curiosidad.

Consultado por algún momento atesorado de aquella expedición, Alex Muñoz recuerda uno en particular  buceando en los bosques de kelps, algas tan densas que impiden la visión a sólo dos metros. “En un momento vi que el fondo marino se estaba moviendo. Al acercarme veo miles y miles de centollones, unos arriba de otros, como si fueran un verdadero cerro. Apenas salí a la superficie le conté a todo el equipo quienes de inmediato se lanzaron al agua consiguiendo capturar imágenes nunca antes vistas. Fue una verdadera fortuna”.

Aprovechando el buen tiempo, la expedición se aventuró a la zona más extrema de Chile, las Islas Diego Ramírez – 60 millas náuticas al suroeste del Cabo de Hornos – descubriendo un lugar salvaje, prístino, con un ecosistema intacto entre peces, pingüinos, albatros, petreles, ballenas y lobos marinos. “Cuando dejamos las islas para regresar a tierra firme, nuestro  primer  pensamiento  fue  que  este  lugar  único merecía ser protegido”, destacaron los investigadores.

 

JUAN FERNÁNDEZ

El director para América Latina de National Geographic Pristine Seas, Alex Muñoz Osorio, reconoce que durante estos siete años de expedición e investigación, las expectativas fueron superadas con creces por la abundancia de especies endémicas en el territorio marítimo chileno, sobre todo en Juan Fernández.  Cabe señalar, que en 1935 los pescadores decidieron que, si iban a depender de la pesca, evitarían sobreexplotar la langosta. 

Además de una pesca sostenible, en la investigación del equipo de Nat Geo en marzo de 2017 mediante buceo por las tres islas – Robinson Crusoe, Alejandro Selkirk y Santa Clara –, se observó más abundancia de peces que en ningún otro lugar reportado para Chile. Nuestros estudios mostraron que casi 99% de los peces que observamos pertenecen a especies endémicas de Juan Fernández y las Desventuradas. Los dos archipiélagos son un mundo aparte, islas de biodiversidad única en el Océano Pacífico, consigna el reporte.

En una nueva demostración de visión a largo término, la comunidad local remitió una petición a la Presidenta solicitando una nueva área protegida desde las 24 hasta las 200 millas. El 1 de junio del presente año, durante su cuenta pública ante el Congreso Nacional, Michelle Bachelet anunció que se sumarán dos nuevos parques marinos: uno en el archipiélago de Juan Fernández de 450 mil kilómetros cuadrados y otro en la zona de Cabo de Hornos e Islas Diego Ramírez de 100 mil kilómetros cuadrados, otro hito histórico que coloca a nuestor país como líder mundial en conservación marina: Más de un millón de kilómetros cuadrados de mar están ahora totalmente protegidos en Chile.

¿Cuál es el trabajo que queda por delante? Alex Muñoz responde: “Es primoridial  que junto a la creación de parques marinos se destinen recursos suficientes para vigilarlos, de lo contrario el anuncio no se hace efectivo. Hemos conversado con el Gobierno y la Armada para adoptar tecnología de punta a través de satélites y nuevos mecanismos de análisis que permitan anticipar barcos ingresando ilegalmente a nuestra zona”.

 

 

 

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