El concepto de Ansiedad relacionado a la comida se entiende como ese momento de «Hambre emocional» en que buscamos comer algo que nos satisfaga una emoción. Sí, una emoción, esas ganas de comer algo rico. No es «Hambre Físico» donde bajan los niveles de glucosa en la sangre y la hormona Ghrelina activa el apetito.
Es importante tenerlo claro para entendernos y empoderarnos de nuestras emociones con la comida. Por supuesto sin juzgarnos, aceptando y observando. Una vez aclarado este aspecto, validaremos el Hambre Emocional o Ansiedad como una necesidad, tal como el Hambre Físico.
Tendemos a juzgarnos y a sentenciar esa sensación de “querer comer algo rico” para satisfacer una emoción. Pero ¿es malo esto?, ¿por qué satisfacer una emoción sería algo malo?, ¿deberíamos silenciar y anular nuestras necesidades emocionales entonces? ¡Jamás!
El placer, el disfrute, el goce y el querer calmar esa Ansiedad es algo absolutamente necesario, y biológico. Las hormonas de la felicidad (Serotonina y Dopamina) están necesitando una subida y el Cortisol (principal hormonal del estrés) esta necesitando una bajada.
¿Cuántas veces has estado en esa situación de Ansiedad, juzgándote e intentando mantener el control evitando escuchar esta necesidad? Nos han enseñado a restringirnos con la comida y hemos estado toda la vida en la «cultura de la dieta».
Entonces, satisfacer tu hambre emocional o ansiedad ¡es bueno!, comer con placer ¡es bueno!, disfrutar tu comida ¡es bueno! Pero, si logramos manejar de forma conscientes con qué disfrutaremos, entonces ¡mucho mejor!
¿No sería mejor deleitarnos y calmar esa ansiedad con mejores decisiones?, ¿no sería ideal darnos placer y calma pero sin azúcares, grasas, sodio y aditivos que dañan mi cuerpo? Lamentablemente estos son los ingredientes que comúnmente buscamos en esos momentos de ansiedad ya que son los que más Dopamina y Serotonina nos entregan propiciando un alto detrimento a nuestros funciones orgánicas.
Con esto quiero decir que nunca niegues y juzgues tus emociones. Disfruta siempre de la comida, esta debe ser una herramienta de placer y de aumento de tus «hormonas de la felicidad», pero:
– Debes aprender a comer y disfrutar alimentos reales, funcionales y saludables.
– La comida no puede ser tu único medio de satisfacción. ¡Conecta contigo! Disfruta permanentemente durante tu día. Intenta darte placer la mayor parte del tiempo. Aprecia las cosas simples como el aroma del café, una ducha caliente, el abrazo de un ser querido, un pasatiempo. Presta atención a todo detalle que suscita en ti lindas sensaciones.
Te aseguro que teniendo tantas otras razones para elevar tus hormonas de la felicidad, la comida ni siquiera va a ser necesaria para calmar tus ansias. ¡Refúgiate en tu amor propio!