Isidora Niemeyer. Desafíos

Paraguay se convirtió en el país que concedió esa anhelada medalla de oro a Isidora Niemeyer, en los Juegos Odesur 2022. Con un tiempo de 7 minutos, 49segundos y 49 centésimas, la seleccionada nacional de remo logró el primer lugar en la categoría single peso ligero damas. Una victoria que vino a coronar un largo trabajo, durante el cual debió enfrentar problemas de salud y la partida de su padre.

Por Marcela Cademartori

Fotografías de Sebastián Chumman

IG @isi_niemeyer

Los últimos dos años no fueron fáciles para Isidora Niemeyer. La pandemia, la partida de su padre, una lesión en su cadera y el diagnóstico de artritis, la tuvieron alejada de los primeros lugares de las competencias en remo, disciplina que se ha convertido en su gran pasión desde que tenía once años.

Pero con el mismo espíritu ganador que la ha caracterizado desde que comenzó en este deporte, la “Isi” logró sobreponerse y nuevamente está en las primeras planas de las noticias, a la luz de sus últimos resultados competitivos.

Una medalla de oro en los Juegos Suramericanos (Odesur) 2022 en Asunción, Paraguay, la llevaron al primer lugar del podio, desatando un mar de emociones contradictorias luego del duro recorrido transitado en los últimos dos años. “Estaba a punto de llorar. Verme ahí después de todo lo que había pasado no fue fácil. Pero estaba muy contenta, porque siento que todo vuelve a la normalidad”.

Algunos de los hitos recorridos por Isidora durante este 2022 tuvieron lugar en Brasil en el sudamericano Sub- 23, donde obtuvo oro en el single ligero y en el doble libre. Destaca a su vez, el Top 5 conseguido en la Copa Mundial de Remo disputada en Serbia. Ganó un single en los Juegos Bolivarianos, mientras que ganó la final B en el Mundial Sub-23 efectuado en Italia.

Hoy, la remera de 20 años se encuentra disfrutando de unas merecidas vacaciones,momento perfecto para repasar sus logros y proyectar sus próximos desafíos.

Y TODO COMENZÓ…

Isidora tenían tan solo once años cuando se animó a remar por primera vez. “Era muy buena para todos los deportes. Jugaba tenis en un club ubicado frente a la laguna de Curauma, hasta que su presidente le comentó a mi mamá que veía en mí las condiciones para practicar remo y que por qué no lo intentaba”, recuerda.

Así fue como la deportista nacional dio los pasos iniciales en esta disciplina. Una primera competencia realizada en la ciudad de Valdivia despertó su gusto por un deporte que la ha acompañado hasta el día de hoy.

A los 14 años, Isidora visualizó que podía hacer del remo algo más profesional. Comenzó a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Curauma (CEO), algo que para ella se convirtió en el ambiente perfecto en su desarrollo como deportista de alto rendimiento.

“Me encantaba ir al CEO. Mis compañeros se convirtieron en una familia. Era un ambiente muy rico”. Cuando cumplió 18 años, la Isi tomó la decisión de vivir en este centro deportivo con miras a lograr las metas y desafíos que para ese entonces ya se había planteado como deportista de elite.

“Exigencia, orden y perseverancia son todos valores que debes incorporar para alcanzarresultados. Si llegas tarde a un entrenamiento, quedas fuera. Esta disciplina me ha servido en muchos aspectos, y es lo que me permite compatibilizar el deporte y mis estudios”.

La deportista nacional reconoce que el remo ha tenido mayor notoriedad gracias a los triunfos alcanzados por una nueva generación de remeros, entre ellos, las mellizas Abraham. “Ellas han hecho un gran camino en el remo. Hoy viene una buena generación denuevos deportistas, lo que es muy bueno para Chile”, comenta.

MEDICINA

Aunque los Juegos Olímpicos de Francia 2024, figuran como uno de los desafíos más importantes de la deportista viñamarina, que ya se prepara para los Panamericanos de Santiago 2023, Isidora también proyecta una carrera académica. “También está dentro de mis planes ingresar a estudiar medicina, lo que se convierte en otra de mis metas personales”.

Pasión, disciplina, perseverancia y compromiso, cuatro pilares que han llevado a Isidora Niemeyer Walbaum a sobresalir en un deporte que exige remar sin parar, pero que a la vez le ha enseñado a vencer grandes obstáculos, a manejar frustraciones y penas cuando las cosas no resultan según lo planeado. Una actitud de vida que nos lleva a entender que  vencer los límites depende únicamente de no rendirse.

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