La historia del genio detrás de La metamorfosis

Por Isabel M. Saieg

La metáfora de la transformación de un hombre en cucaracha se ha convertido en una imagen mundialmente reconocida y, últimamente, muy viralizada en redes sociales. El origen de ésta radica en una novela escrita por un autor nacido en Praga en 1883, en aquel momento perteneciente al Imperio Austrohúngaro, que es hoy considerada uno de los clásicos contemporáneos más importantes.

Franz Kafka nació en el lecho de una familia judía, estudiando derecho en la Universidad Alemana de Praga a principios del siglo XX. “Mi infancia se vio marcada por la presencia de mi padre, siempre muy autoritaria,” mencionaba. “Nuestra relación fue turbulenta y esto ha influido en mi obra, de una forma u otra.”

Kafka trabajaba en una compañía de seguros por el día y se dedicaba a la escritura por las noches. Sin embargo, lo único que publicó en vida fue relatos en revistas literarias, siendo su amigo Max Brod el que se encargaría de publicar sus más célebres obras, incluyendo La metamorfosis, póstumamente.

“A la edad de 34 años, me diagnosticaron tuberculosis, haciendo que mi salud se deteriorara con el pasar de los años, llevándome a un estado crítico. No permití que eso me detuviera, yo seguí escribiendo hasta el final de mis días.” Franz falleció a la corta edad de 40 años, en 1924. Pocos meses antes, conoció a Dora Diamant, quien le proporcionó apoyo emocional y cuidado hasta el día de su muerte.

En el año 1952 se publica el libro Cartas a Milena, el cual consta de una compilación de trescientas cartas que Franz Kafka le envía a Milena Jesenská, periodista y traductora de nacionalidad checa que es por muchos considerada como el amor de la vida del autor. “Nos conocimos en 1920 porque Milena estaba traduciendo algunos de mis cuentos. Desde ahí comenzamos a enviarnos cartas, convirtiéndose así en una de las personas a las que más he querido en mi vida.” La importancia de estas cartas no radica solo en dejar expresa la inmensa conexión emocional y espiritual que había entre ambos, sino también la profunda visión de los pensamientos, miedos y deseos de Kafka, evidenciando así muchas de las motivaciones que lo llevaron a escribir sus obras, como la lucha con su enfermedad, la soledad y la ansiedad.

Por más que se quisieran, fue una relación muy poco llevadera, ya que Milena estaba casada y Franz estaba enfermo. Una de las frases más célebres que Kafka le escribió a Milena Jesenská es la siguiente: «Te quiero como sólo se puede querer una vez en la vida, desesperadamente y con toda el alma.» Su relación y las cartas que seenviaban se han convertido en uno de los testimonios más valiosos de la vida personal del autor y la profundidad de su pensamiento.

Si bien el legado de Franz Kafka no fue muy reconocido en vida, hoy se ha convertido en uno de los más grandes símbolos de la literatura europea del siglo XX, impactando profunda y duraderamente en la historia por su particular estilo y la exploración que realizó en los aspectos más oscuros y absurdos de la existencia humana.

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