Lau Redondo. Arte sin etiquetas

Crear en el silencio y la tranquilidad que brinda la libertad. Este es el espacio que Lau Redondo encuentra para desplegar un talento innato que descubrió por una verdadera casualidad en su vida. De vacaciones en Punta del Este, la creadora trasandina se toma un tiempo para conversar con Costa Magazine de su trayectoria y evolución como artista.

  • Por Marcela Cademartori
  • Imágenes cedidas por la artista
  • IG @lau_redondoart 

Una conversación natural, que fluye en un ambiente de agradable cercanía, es solo el comienzo para descubrir a Lau Redondo, no solo en su faceta artística, sino también en su dimensión humana. De vacaciones en Punta del Este, nos regala un espacio para hablar de su historia y de cómo comenzó en el mundo del arte y la pintura.

“Fue de un momento a otro. Lo de pintar es algo totalmente ajeno a lo que nos dedicamos como familia, que es la producción de golosinas. Surgió al comprar unos cuadros a Jorgelina Rostagno, hoy una gran amiga, quien también fue mi profesora cuando le comenté que algún día me animaría a tomar clases.  Gracias a sus cursos, primero comencé interviniendo muebles, hasta desarrollarme en otras facetas”.

La espontaneidad con que Lau se inició en el mundo del arte la llevó a generar su propio estilo, que da cuenta de un crear que no obedece a reglas, maquetas, ni ideas prediseñadas. “Mi arte es abstracto. La obra se va generando en el proceso. Yo hago algo y las personas pueden interpretarlo como quieran. No tengo ideas preconcebidas, ni maquetas hechas. Es un fluir muy natural”. Esto se traduce en una evolución orgánica de su trabajo, por lo que nunca se sabe cuál será el resultado final. Es un factor sorpresa del cual la artista también disfruta.

El uso de materiales diversos como papel, telas, aerosoles y brea, hacen que su trabajo nunca deje de sorprender. “Es un descubrimiento permanente tanto para mí como para quienes ven mis obras. Una vez utilicé el vidrio de un termo quebrado para realizar una intervención de un cuadro”, confiesa.

“Es por eso que cada uno puede interpretarlas de diferentes maneras. Son obras que incluso pueden adaptarse a diversos ambientes, ya que son muy minimalistas y decorativas. Por ello cuando me encargan un cuadro, me preocupo de conocer el entorno donde se va a colocar y cómo se va a colgar, factores determinantes para poder disfrutarlo”.

ENTRE NEUTROS Y BRILLOS

Una paleta cromática donde predominan los colores neutros, es uno de los sellos que identifica al trabajo de Lau. “Son tonalidades que evocan calma. Sin embargo, el color también ha estado presente en algunos de mis trabajos, quizás asociado a un momento particular de mi vida; no lo sé, pero siempre sobre una base de neutros que son los que entregan una sensación de mayor tranquilidad”.

El uso de blanco y negro también ha sido parte de algunas de sus pinturas. “Mi arte es abstracto, y si bien en general tengo preferencia por ciertas tonalidades, la verdad es que cada creación nace según logro sentirla en ese momento”.

Obras con texturas y aplicación de oro, plata y cobre también han sido parte de este camino de exploración por el que la artista ha transitado. “Si pudiera mencionarte el sello más distintivo en mis obras es el uso frecuente de láminas de oro, plata y cobre.  En una oportunidad hice una pintura que incluyó tonos plateados y grises con un toque de magenta. ¡Quedó hermosa!”

Es acá cuando descubrimos que para Lau no existen límites a la hora de expresar su arte. “Los soportes pueden ser muchos. Intervine el muro de la casa de una amiga y también llevé mis cuadros a pañuelos, cueros, badanas y gamuzas, los que han gustado mucho. Es una manera de llevar mi arte en tu cuerpo”, reflexiona.

En este recorrido la propia artista se abre a la posibilidad de explorar nuevas plataformas y soportes. “En esto siento que no hay límites. El arte lo puedes llevar donde sea, como parte de una prenda o de un elemento decorativo”.

EVOLUCIÓN

De la misma manera en cómo Lau enfrenta cada cuadro, es cómo también se ha dado su carrera artística. Una evolución espontánea y autodidacta, en donde la vida la ha llevado por nuevos caminos y oportunidades de aprendizaje. “Esto es algo que se da día a día. Siempre hay una nueva posibilidad de aprender o de perfeccionarme”.

Para octubre de este 2025, la artista tiene en carpeta la Bienal de Florencia, vitrina que representará un nuevo hito en su trayectoria.

«Estoy muy contenta por estas increíbles oportunidades para quienes vivimos de nuestro arte. También quiero destacar mi participación, por quinto año consecutivo, en el Art Week Chile, realizado a fines de noviembre pasado en la Estación Mapocho.»

“Cuando miro hacia atrás y descubro lo que ha sido este camino, solo puedo decir que el arte me reconforta el alma. Es mi cable a tierra. Desde acá quiero seguir explorando nuevos caminos y desafíos, pero siempre desde lo que se presente de manera espontánea”.

Y así, sin ideas preconcebidas ni bocetos definidos, esta artista asombra con un trabajo que nos sumerge en un espacio de libertad, de calma y sin etiquetas.

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