- Por Isabel M. Saieg
Dentro de los intelectuales judíos del siglo XX, una política y abogada destaca por sus contribuciones en la lucha por los derechos humanos tanto en Francia como en Europa, convirtiéndose eventualmente en la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo y siendo quien le da el nombre a la ley que despenalizó el aborto en Francia en 1975.
Nacida en el seno de una familia judía en la ciudad francesa de Niza en 1927, Simone Annie Liline Jacob, posteriormente conocida como Simone Veil, se ha convertido en una de las figuras más relevantes del feminismo francés. En 1944, a la edad de 16 años, fue deportada a Auschwitz junto a su familia, donde fallecieron su madre y su hermano.
Simone y su hermana fueron liberadas un año más tarde, lo cual tuvo gran impacto en ella y fue lo que la llevó a velar constantemente por la justicia y el cumplimiento de los derechos humanos. “Tras acabar la guerra, ingresé en la Universidad de París para estudiar derecho”, comenta.
“Posterior a eso – añade -, comencé a trabajar en el área de la administración pública, específicamente en el Ministerio de Justicia, trabajando en la reforma del sistema penitenciario y la mejora de las condiciones de las mujeres encarceladas”.
Se casó con Antoine Veil, quien se convertiría en el padre de sus tres hijos, en el año 1946. En 1974 fue nombrada Ministra de Salud durante el gobierno de Valéry Giscard d’Estaing. “Fue en esta posición cuando comencé a luchar por la legalización del aborto. La Ley Veil fue finalmente aprobada en el año 1975, la cual sigue vigente hasta el día de hoy.”
Su carrera política continuó creciendo desde entonces, siendo elegida como la primera presidenta del Parlamento Europeo, cargo que ocupó hasta 1982, enfatizando especialmente en la integración europea y la defensa de los derechos humanos, fortaleciendo así los lazos, las instituciones y la cooperación dentro de Europa.
Tras dejar su cargo dentro del Parlamento Europeo, siguió involucrándose tanto en la política francesa como en la europea, siendo ministra de Asuntos Sociales, Salud y Ciudad en el gobierno de Édouard Balladur desde 1993 hasta 1995 y formando parte del Consejo Constitucional francés desde 1998 hasta 2007.
Escribió también sus memorias sobre el holocausto, su experiencia en los campos de concentración y su trayectoria política en el libro Une vie, el cual fue publicado en 2007.
Falleció en el año 2017 a la edad de 89 años, siendo trasladada un año más tarde al Panteón de París en reconocimiento a sus grandes logros. En el Panteón de París también se encuentran enterradas célebres figuras como Jean-Jacques Rousseau, Victor Hugo y François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire.
Su legado tanto a nivel francés como a nivel europeo es incuestionable, siendo considerada
hasta el día de hoy como uno de los personajes más importantes del feminismo europeo del siglo XX y trascendiendo a la historia tanto de su país como del mundo.