Para Magdalena Frezza, la santiaguina con corazón viñamarino, el fútbol es su zona de confort. Siente que dentro de la cancha nunca se siente juzgada, y es donde, además, encontró la pasión que terminó moviendo sus objetivos en muchos aspectos. Su agitada y variada agenda, con participación en Prensa Fútbol, Radio Z y animadora de eventos, además de una marcada vocación social, demuestran que esta deportista amateur abraza la vida desde el corazón con actitud y energía.
Lleva el fútbol tatuado en su ADN, al igual que los 14 tatuajes que tiene y que describen a la perfección la historia de su vida. Una personalidad empapada de energía, es el comienzo perfecto para hablar de esta relacionadora pública que descubrió el fútbol siendo sólo una pequeña niña.
“Tengo dos hermanos hombres, ellos me obligaron a jugar desde chica, al igual que a mis dos mejores amigas de la vida, porque siempre faltaba gente para completar los equipos. Durante mi época de colegio, fui muy inquieta. Me sentía una niña distinta, y si bien hice casi todos los deportes que existían en el colegio, era una época en la cual no se fomentaba la práctica del fútbol en las mujeres, menos se veía como una posibilidad el llegar a ser profesional. Tuve la suerte de ir a algunos partidos de clasificatorias a Francia 98 con mi familia y ahí agarré el gusto de ir al estadio, cosa que sigo haciendo hasta hoy”.
Cuando la Mane entró a la universidad, decidió formar Infectas FC, su propio equipo y en el que estuvo hasta que dejó las ligas hace cerca de tres años. Ahí pasó a formar parte de @pichangasfem, un grupo de cerca de 50 mujeres que se juntan todas las semanas a jugar fútbol.
¿Y cuándo nace el gusto por el box? “Fue cuando trabajé en la Municipalidad de Lo Barnechea. Llegué indirectamente. Abrimos un taller de box y había que buscar gente. Reclutando llegó Andrés Campos, actual campeón nacional y quien estoy segura va a ser el próximo campeón mundial”.
“Cuando me fui de la municipalidad, dejé de practicarlo. Nos reencontramos el 2017 gracias a Juvenal Olmos, quien me invitó a entrenar con él y de ahí no pare más. Entré como embajadora de Dragon Fire, y por las lindas vueltas que tiene la vida, Andrés hacia clases ahí. Así que también me reencontré con él, incluso me alcanzó a entrenar un tiempo. Después él se dedicó a su carrera profesional y yo me puse a entrenar con Francisco Acevedo, con quien sigo hasta hoy”.
Una lesión grave en el tobillo y un accidente automovilístico tuvieron a Magdalena alejada del deporte por algún tiempo. Hoy volvió a retomar sus dos amores, y además empieza un nuevo desafío incursionando en el surf junto a su pololo que fue quien la motivó.
LOS GOLES DE LA MANE
Más allá de ser una apasionada deportista amateur, a medida que avanza la conversación, la Mane nos revela una linda faceta de vocación social. Trabaja hace más de un año en el Sename como encargada de organizar actividades deportivas y culturales en todos los centros de Chile. “En lo concreto, buscamos entregar herramientas y oportunidades a nuestros jóvenes de Sename, confiando en que pueden rehabilitarse y que nosotros somos el factor clave para que su reinserción en la sociedad. Es un trabajo conjunto donde la ciudadanía también debe participar y dejar sus prejuicios de lado”.
“Mi mamá es asistente social. Ella y mi abuela me educaron haciéndome entender que nacimos en el lado de los privilegiados, que había otro lado que no había tenido la misma suerte y que debíamos retribuir con todo lo que pudiéramos a esas personas. Ambas trabajaron siempre para diferentes causas sociales, y desde chica entendí que ese también sería mi mundo”.
En paralelo, Magdalena realiza hace 5 años un programa de fútbol que pueden ver todos los días lunes en Prensa Fútbol; los martes la escucharán por la mañana en Radio Z. Además, anima diferentes eventos. El último fue “Eternas Campeonas” y lo recuerda con especial cariño, ya que es la primera serie de fútbol femenino en Chile. “Entre el año 2017 y el 2019 tuve la oportunidad de trabajar como comentarista y productora en el Canal del Fútbol. Este deporte me ha abierto muchas puertas. Quizás lo único que me quedó pendiente, fue intentar llegar al futbol profesional”.
POR QUÉ FÚTBOL
El fútbol fue para la Mane ese espacio para canalizar la frustración de siempre sentirse diferente. “Era el lugar donde sentía que era parte de algo. Que era parte de un grupo que no me juzgaba. Hoy es mi zona de confort. Y si bien soy fanática del futbol por todo lo que implica un deporte en equipo como las metas comunes, la perseverancia, el trabajo en equipo y los valores de este, lo que me gusta del boxeo es que es individual y me desafío a mí misma, compito contra mi mente, y eso también me genera una adrenalina que me encanta”.
“El fútbol me enamoró porque en la cancha somos todos iguales. No existen diferencias, a nadie le importa quién eres o de dónde vienes. Basta una pelota y buena onda para vivir un momento feliz. Con el tiempo hice grandes amistades que conservo hasta hoy”.
“Este deporte me ha ensenado a ser responsable, perseverante, a valorar el trabajo en equipo, lejos del individualismo. Es que al final es mucho más bacán cuando hay objetivos en común y se logran entre todos. Eso no corre solo para el fútbol, sino para todos los ámbitos de la vida”.
Una sencillez deslumbrante, una actitud 100% empoderada para lograr sus objetivos y una mujer que ha logrado demostrar que cuando los sueños se persiguen desde el corazón, no hay límites ni obstáculos que se interpongan. Así es Mane Frezza, una mujer que trabaja para hacerse un espacio en lo social y en lo deportivo.