Actor, modelo, deportista y empresario. ¿Cuál de todas estas facetas definen mejor a Matías Assler? La verdad es que todas a la vez. Es esta misma personalidad inquieta la que lo llevó a radicarse en México junto a Juanita Ringeling, desde donde comenzó otra de sus aventuras, la de hacer familia. Matías conversó con Costa Magazine y nos contó de sus proyectos ya de regreso en el país.
- Entrevista: Marcela Cademartori
- Fotografía: Mairo Arde
- Maquillaje y Pelo: Alexandra Cancino
- Estilismo: Sofía Órdenes
- Booking Matías Assler-Esteban Aparicio para Versus Management
Fue en el año 2014, que el nombre de Matías Assler comenzó a ganar notoriedad en el ámbito de las teleseries. Y es que para ese entonces un joven actor debutada en “Vuelve Temprano” de TVN, con el personaje de Ignacio Goycolea. A este estreno le siguieron roles en “Matriarcas”, “El Camionero”, “Wena Profe” y “Amor a la Catalán”, esta última de Canal 13.
De Chile a México se llamaría otro de los capítulos que Matías Assler decidió emprender junto a su pareja Juanita Ringeling y el pequeño Aurelio, su primer hijo. Fue en el país azteca donde inició una etapa de aprendizajes y experiencias que lo llevaron a conocer una nueva faceta en la industria de la actuación.
¿Cómo fue tu aterrizaje de Chile a México?
Fue un aterrizaje muy movido. Nació Loa, nos cambiamos de casa y pusimos en arriendo la anterior, que construimos el 2021. Comenzamos a remodelar nuestra nueva casa “la chanchera” que, como su nombre lo dice, alguna vez otros seres habitaron ese espacio. Construimos un huerto con invernadero, del porte que siempre había soñado.
¿Cuál es el motivo por el cual deciden junto a Juanita radicarse en México?
México ofrece grandes oportunidades en el ámbito actoral y musical. Existen muchos castings y uno está en un constante entrenamiento.
Cuéntanos de tus proyectos allá.
Estuve haciendo una obra de teatro que estuvo en Broadway hace unos años, “Afteraglow”. Me tocó actuar en 64 funciones.
¿Cómo fue tu experiencia tanto en lo profesional como en lo personal?
El acento fue un gran desafío al entrar en una nueva cultura. La comida, el jardín de Aurelio, y mil detalles de la vida cotidiana. ¡Pero bien acompañado, siempre es más fácil!
¿Cómo es la industria de la actuación en México?
Es gigante. Si caes en buenas manos, existen muchas oportunidades. Tuve unos compañeros de escena increíbles, buenos productores y directores comprometidos. Conocí gente linda y por eso están las ganas de volver.
¿Qué aprendizajes lograste internalizar?
¡Muchos! Pasé muchas horas en el escenario y eso me dio una confianza muy enriquecedora y un goce especial. Valorar a quienes están a tu lado y lo importante de compartir la vida con alguien que te quiere ver crecer en tus sueños, es primordial.
BOLETO A CHILE
Luego de una temporada en México, Matías y Juanita deciden regresar al país. La familia para ese entonces había pasado de tres a cuatro integrantes. Nuevos desafíos aparecieron en el horizonte.
¿Por qué decidieron regresar al Chile?
Decidimos volver porque creemos fehacientemente que los hijos en nuestra tierra nacerán fuertes y se criarán mejor que en cualquier lugar. Quedamos esperando y volvimos en la fecha límite que tenía Juanita para volar con guagua.
Ya de regreso en el país, ¿cómo comienzas con nuevos proyectos?
Nunca he dejado mis negocios de lado. Siempre estoy pendiente en el lugar en el que esté. Soy Gerente de Marketing del Club Ecuestre Cala Vicuña. Me puse la misión de empujar este increíble club a su máximo esplendor dada mi pasión por los caballos y el polo, deporte que practico desde hace cuatro años. Este año me subieron a dos goles de hándicap.
Tienes una experiencia además como empresario gastronómico, háblanos más al respecto y qué proyectos tienes en esta línea.
Comencé esta travesía de los restaurantes atendiendo una pequeña cafetería solo. ¡Mentira! Juana siempre estuvo a mi lado, pero pasé varias horas solo, jajaja. Cobraba, cocinaba, lavaba, hacíamos de todo. En un año logramos montar un restaurante, conquistamos a una comunidad increíble en este espacio, y al año y medio, llegamos a ser treinta trabajadores. Así comenzó la historia. ¡Es larga! ¡Ya tendré tiempo de contarles!
¿Existe en algún punto un lugar en donde se encuentre la gastronomía y la actuación?
¡Claro que sí! La actuación te da la habilidad de creer que puedes estar en cualquier lugar, ser versátil. Y en la vida, como en el escenario, he creído donde estoy. Si estoy arriba del caballo, me creo buen jinete, si estoy en la cocina lo mismo, en los negocios por qué no, y así, como papá, hermano y amigo.
¿Cómo se proyecta el futuro de Matías en lo que queda del año?
Para lo que queda del año pretendo estrenar una obra, abrir un nuevo restaurante y preparar una increíble temporada de Polo Cachagua 2025.
¿Algún sueño o desafío que aún te quede por cumplir?
Sí, quiero seguir actuando. Buscar la manera de actuar en cine, teatro o televisión. Y en lo más profundo, cuidar de mi familia, ser un buen papá. Soy muy joven para decir que lo he logrado. Mi sueño es que algún día mis hijos puedan decir con orgullo: “Tenemos un buen papá”.