Cuántas veces te ha pasado que terminas tu plato de comida sin haberlo disfrutado. ¿Te resulta familiar la escena de comer mientras estás en el teléfono o manejas camino al trabajo? Probablemente has escuchado el concepto “Mindfulness”, en español “atención plena”.
Se refiere a la experiencia de estar completamente atentos al momento presente; a activar todos nuestros sentidos de manera intencional a nuestros pensamientos, emociones y sensaciones físicas que surgen del momento presente, sin juicio ni reacción.
Estar atentos al “ahora” es mucho más que una práctica: es una manera de vivir. El cultivo de la atención plena nos ayuda a estar más conscientes de cada uno de nuestros actos y decisiones, máxima aplicable en todo ámbito de nuestra vida, por ejemplo, al momento de comer.
ALIMENTACIÓN CONSCIENTE
En la sociedad actual se habla muchísimo sobre el “qué comer”. Pareciera que lo único que nos importa es contar calorías y gramos de proteínas, carbohidratos y grasas. Pero muy pocas veces le damos importancia y valor al “cómo comer”.
“Mindful eating” o “alimentación consciente” implica utilizar todos los sentidos para estar presentes y atentos a lo largo de toda la experiencia de comer, incluyendo la elección y preparación de nuestros alimentos. También nos invita a conectar con el origen de estos, honrar su presencia en nuestra mesa y agradecer la posibilidad de poder disfrutar lo que sea que estemos comiendo.
Dista muchísimo de ser una dieta de moda: mindful eating es una manera compasiva y amorosa de acercarnos a nuestros alimentos. Implica que aprendamos a escuchar nuestras señales internas de hambre, saciedad, plenitud y satisfacción, y en base a estas logremos tomar sobre qué, cuándo y cuánto comer.
Uno de los principales beneficios que nos trae esta práctica es mejorar nuestra relación con la experiencia de comer y con los alimentos que tenemos disponibles.
Consejos para aplicarlo en el día a día:
- Observa y reflexiona unos minutos antes de comer: ¿cómo te sientes, cómo está tu cuerpo, cuánta hambre tienes?
- Honra los alimentos: haz el ejercicio de pensar de dónde vienen y cómo llegaron a tu plato.
- Pon atención al momento de servir y elaborar tu plato: qué tienes ganas de comer y en qué cantidad.
- Asegúrate de que el lugar donde estés sea tranquilo, agradable y cálido.
- Evita distractores: apaga la televisión y aléjate del computador y teléfono.
- Conecta con cada uno de tus sentidos al momento de comer: pon atención en las texturas, aromas, colores y sabores.
- Come lento y pausado: ¡disfruta y saborea tu plato!
- Conecta con la sensación de satisfacción: es importante reconocer las señales de tu cuerpo al momento de alimentarte.
Recuerda, El mindful eating es un estilo de vida en donde comer no solo significa alimentarse, sino generar un vínculo emocional con ese proceso y elegir qué, cómo y dónde llevarlo a cabo para que sea mucho más que una necesidad fisiológica.