Uno de los nuevos destinos que Perú está fomentando a nivel turístico es la zona sur. Me refiero específicamente a la provincia de Moquegua, punto medio entre mar y campiña. Quebradas, formaciones rocosas y desiertos te dan la bienvenida a una región donde la buena gastronomía es parte de su identidad, además de guardar gran parte de la historia prehispánica, una variada costa y la ruta del pisco.
A una hora y media del destino fronterizo de Tacna, hacia la montaña, nos encontramos con la ciudad de Moquegua, recorrido que pareciera dirigirnos al desierto mismo, hasta que los valles comienzan a dar cuenta de cómo la geografía va cambiando y se rememora la típica frase de la ciudad: “un secreto por descubrir”.
La zona posee un clima seco y soleado, donde los 365 días del año son templados. Con estrechos y fértiles valles la uva permite grandes producciones de pisco. Se explota también el cobre, además de poseer una costa cercana a una hora de la ciudad, donde se fusiona con la montaña de la capital de la provincia Moquegua.
CIUDAD LLENA DE TRADICIÓN
La capital Moquegua, ciudad a 1410 metros sobre el nivel del mar, ha tenido gran preponderancia desde la Colonia debido a su producción de vino, posteriormente de pisco y enlace preciso a la ciudad del puerto de Ilo, balneario donde los peruanos disfrutan el buen clima de esta región.
En Muqiwa (en quechua) aún se conservan intactas algunas edificaciones de la época señorial como las iglesias o monasterios que pertenecieron a la inquisición española perteneciente al Virreinato del Perú en aquel entonces. Es una ciudad tranquila, llena de historia prehispánica, donde permanece la tradición y costumbres de una típica ciudad del Perú.
TORATA, MISTICISMO V/S INQUISICIÓN
La región se compone de cuatro distritos. Costa Magazine recorrió Torata, un célebre pueblo que se caracteriza por la realización de pan horneado en cocinas de leña, un lugar que está a unos 45 minutos de Moquegua. Una tierra llena de misticismo y hermosas campiñas. Posee en su plaza central la iglesia de San Agustín, que data de 1753, denominada santuario ya que allí se encuentra la patrona virgen de la Candelaria. Anterior a la llegada de los europeos existió allí la cultura Tiaguanaco, los indios Huari y posteriormente el Imperio Inca.
Pero también posee un lado oscuro producto de la “Santa Inquisición” que sometió a centenares de indígenas a convertirse al catolicismo. Mazmorras totalmente visibles donde encadenaban a los indígenas a bélicas torturas y posteriormente bajo los cimientos de las grandes casas coloniales o iglesias, son conservadas como testigos del horror. Asimismo yacen cementerios con los desconocidos restos de la cultura indígena.
LEYENDA DEL TORO DE CERRO BAÚL
Moquegua es capital de los cuatro distritos, una ciudad que cuenta con una arquitectura virreinal. Destacan la iglesia de Santo Domingo, las ruinas de la iglesia la matriz, las ruinas del Convento de los jesuitas, la casa de la familia Diez Canseco, la casa de Martina Fernández y Cornejo, la casa de la familia Fernández Dávila Torres por mencionar algunas en el centro de la ciudad.
Al subir por la parte alta de Moquegua se encuentra el Mirador Turístico de la ciudad donde yace el Cristo Blanco de Moquegua, enclave donde se observa una espectacular vista panorámica de casi todo el distrito. Más al norte, precisamente a 12 kilómetros se puede visualizar el Cerro Baúl, un yacimiento arqueológico que data de la época prehispánica, ubicado en la meseta de este cerro que contiene mucha historia por descubrir y que actualmente yace bajo tierra.
Cuenta la leyenda por aquellos lares que algunas noches aparece un toro, más conocido como el guardián del Cerro Baúl, quien arrastra una cadena de oro, con el fin de proteger que la serpiente salga a la luz para que el agua baje a los valles a fructificar las tierras. Otros comentan que quien ve al toro de noche se enriquece en su vida.
ILO, PUERTO DE ENCANTO
Ilo, más conocido como Puerto de encanto y localizado dentro de la región de Moquegua, es un balneario y puerto donde recalan muchos barcos antes de llegar a puerto “El Callao”. Con una bella costanera, Ilo sorprende por sus maravillosas vistas al mar con hermosas playas que son auténticos paraísos de arena clara y fina con aguas tranquilas, lugares de atardeceres inolvidables donde es posible conocer de cerca parte de la bendecida biodiversidad peruana. Entre sus más populares playas para veranear están Puerto Inglés, Pozo de Lizas, entre otras.
Su costera plaza de armas fundada en 1541, posee dos conchas de agua que representan la riqueza marina y costera de la localidad. La iglesia de San Jerónimo, un referente para toda la comunidad de la ciudad.
Un destino imperdible para quienes visiten el sur del Perú, que comprende historia, arqueología, maravillosos macerados y piscos, así como una gastronomía criolla con platos típicos de la región. Una nueva alternativa para comenzar desde el sur hacia norte conociendo este bello país.
Texto de Carlos Cisternas · Fotografías de Jonathan Arriagada / Gentileza Promperú