El Museo de Pachacamac nace del territorio, de su topografía, ensalzando como máximo protagonista a las edificaciones prehispánicas con las que convive. Un espacio que, inspirado en la idea del peregrinaje permite al visitante fluir en ese todo conformado por la preexistencia, la nueva pieza y el paisaje. Es evidente en esta propuesta que Llosa Cortegana Arquitectos entienden al visitante como algo más que un mero observador, interactuando ya con la arquitectura en la construcción de una realidad que lo prepara para la experiencia del Santuario Pachacamac.
Pachacamac, ubicado en el Valle de Lurín, a 30 kilómetros de la ciudad de Lima, fue por cientos de años el principal santuario de la costa peruana. En este lugar se yergue majestuoso el nuevo y moderno Museo de Sitio Pachacamac, una construcción que refleja la magnitud del patrimonio cultural del centro arqueológico-religioso más importante del imperio incaico.
Resultado de un profundo estudio sobre el proceso de conformación tanto arquitectónico como espiritual, Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana proponen un edificio actual pero respetuoso con el entorno y la preexistencia. Los autores describen el proyecto desde su relación con el territorio, de su trazo topográfico y de la posibilidad de erigirse como mediador con el Santuario. “Los espacios de recorrido exteriores se jerarquizan en su necesidad de enmarcar los templos prehispánicos. El edificio se adapta al territorio direccionando la mirada, reforzando la relación con las preexistencias”.
El proyecto se inserta en un territorio de ocupación prehispánica, espacio configurado a partir de estratificaciones de edificaciones que se superponen a lo largo de más de mil 500 años y que han ido articulándose a través de capas de memoria. El territorio prehispánico deviene así en un paisaje simbólico, un lugar de peregrinaje definido por el culto al Oráculo Pachacamac, considerado el más importante de la costa peruana y del Qhapaq Ñan – red de caminos que conectaba al imperio inca-.
El moderno diseño intenta aliar al edificio con la topografía del lugar y los vestigios arqueológicos de Pachacamac, contiguos a la edificación recientemente construida. “El museo se posa desde una levedad contrapuesta a los elementos de la arquitectura prehispánica, en donde el muro define su trazo y sus recorridos siempre están en tensión con el Santuario. Este diseño nos permite así construir una realidad museable del territorio”, añaden los socios de la oficina Llosa Cortegana Arquitectos.
El edificio se mimetiza. Dialoga. El propio objeto forma parte de la estrategia de contemplación. Los volúmenes se pliegan en un gesto telúrico, tensionados mediante los vacíos de sus recorridos en rampa, asociados a las calles prehispánicas por donde los peregrinos se aproximaban a sus templos en espacios lineales que ordenaban el rumbo de las multitudes entre sus muros de gran escala.
PROFUNDO RESPETO
Sobre la materialidad del nuevo museo inaugurado en febrero de 2016, los arquitectos responsables asocian los muros de concreto caravista de encofrado en tablón rugoso a los muros de tierra prehispánicos. Asimismo, y en un intento de construir la tipología de la sombra, el proyecto evita la composición de vanos y perforaciones, procurando no competir con las estructuras preexistentes.
La definición otorgada por LLosa y Cortegana consigna además que “el nuevo edificio se coloca en una actitud débil ante su entorno, la escala se manipula en complicidad con la topografía y los desniveles del terreno para evitar irrumpir en el lugar. Es solo al bajar a la plaza de encuentro en donde el edificio se desvela en su escala total».
El proyecto manifiesta un profundo respeto por el territorio sacralizado en donde se inserta y se manifiesta a su vez como una capa de estratificación más en el largo proceso de transformación del Santuario.
EL NUEVO MUSEO
Más de doscientas piezas prehispánicas de cerámica, madera y metal, además de textiles y calzado de hermoso acabado (elaborados artesanalmente) se exhiben en esta moderna estructura, cuatro veces más grande que el anterior museo fundado hace cincuenta años. Las salas cuentan con paneles informativos donde se muestran el Acllawasi y los templos del Sol así como didácticos videos con imágenes del dios Pachacamac.
Denise Pozzi-Escot, Directora del Museo de Sitio Pachacamac, comenta que “este museo nos permite exponer la gran cantidad de piezas que se encontraron como ofrendas en el sitio, pues los peregrinos venían a pedir favores, a curarse o consultar sobre el futuro, ya que el Pachacamac era un conocido oráculo durante el imperio incaico”. El nuevo museo cuenta también con ambientes especiales para las culturas Wari, Ychma y Lima.
Arquitectos: Llosa Cortegana Arquitectos
Ubicación: Santuario Arqueológico de Pachacamac, Lurín, Perú
Equipo de Diseño: Patricia Llosa, Rodolfo Cortegana
Área: 3028.0 m2
Año Proyecto: 2005-2015
Fotografías: Juan Solano Ojasi