RECONECTARNOS EN CUERPO Y ALMA

 

T

enemos la mente cargada de numerosas ideas, cosas por hacer, algunas importantes y muchas otras rutinarias, que terminan por hacernos perder la capacidad de  diferenciar lo importante de lo urgente por hacer durante el año. Experimentamos que toda esta demanda diaria, afecta al ritmo familiar y a la relación con los hijos, que siempre esperan que los padres lleguen temprano a casa, para poder contarles los últimos logros o dificultades de su día, hechos simples o cotidianos, tal vez sin mucha importancia a los ojos de los adultos, pero que sin duda son experiencias vitales en el desarrollo personal de nuestros hijos.

Actualmente sabemos que los estudios llevados a cabo en las familias de países desarrollados como Estados Unidos, revelaron que el promedio de tiempo que el padre dedica hoy a sus hijos es menor a una hora diaria. A lo anterior debemos sumar que la mayoría de las mujeres/madres, trabajan fuera del hogar y en muchos de los casos se tiene que dejar a los hijos en guarderías infantiles, con la nana o en los colegios.

Reconocer entonces que el tiempo es la materia prima para crear vínculos con la familia y aprovechar al máximo las vacaciones como la oportunidad por compartir y salirse de los horarios es central. Para contrarrestar entonces lo inevitable del paso del tiempo en esta vida actual que nos encierra, debemos buscar en lo posible -según  los medios y preferencias de cada uno- retornar a lo natural, a lo tradicional, con la disposición de estar con aquellos que nos interesan y amamos, en forma real, es decir, presente en cuerpo y alma, buscando los momentos en que podamos despejarnos.

El tiempo de las vacaciones – o un fin de semana largo – posibilita  estar sin tiempo y  es donde  se pueden alargar las horas en diferentes actividades provocando conexión entre toda la familia. Es vital conectarse de otra manera con lo que hay que hacer,  decidir optar por una actitud abierta y relajada, aspecto que se puede lograr durante el año escolar y laboral, pero que dependerá de esta capacidad de desarrollar la actitud de apertura y relajo a pesar de los deberes.

Algunas sugerencias para lograr este espacio interno y de conexión que aporten a reforzar la comunicación:

  • Ideal que como padres y madres se concentren con su propios deseos para escoger cuales podrían compartir con sus hijos, trasmitiéndolos la pasión por alguna actividad como pescar, nadar , cocinar, pintar.
  • No olvidar hacer turnos para compartir de manera exclusiva con los hijos, no solo para que cada uno tenga espacio para descansar, sino porque provoca una conexión diferente cuando los niños están solos con uno de los padres.
  • Atreverse en hacer algo muy poco habitual y que le guste a todos.
  • Compartir con otras familias cocinando y preparando juegos en grupo.
  • Y por cierto y en algunas tardes, permitirse simplemente estar, aburrirse un rato para que compartan también el no hacer nada.

 

Sandra  De la Garza Talavera

Psicóloga Clínica

UNAM / UV/ UCH

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