Siendo uno de los spots de escalada deportiva más emblemáticos del país y cumpliendo diez años de la apertura de sus primeras vías, el Valle de los Cóndores congregó el primer encuentro de Rockeras, movimiento femenino de escalada sostenible que en abril pasado reunió durante cuatro días a treinta mujeres de entre 22 y 40 años provenientes de Chile, Argentina y Ecuador como una actividad sin precedentes de camaradería y aporte al medio ambiente.
“Con el auge que ha tenido el último tiempo la escalada en nuestro país, decidimos convocar a un grupo de mujeres para practicar juntas este intenso deporte. Pero sentí que debíamos contribuir en sensibilizar a la comunidad y movilizarnos respecto al cuidado y conservación de los ecosistemas donde escalamos; por ello, junto a Patagonia impulsamos la verdadera misión de rockeras: asumir como movimiento femenino de escalada sostenible un rol protagónico en la protección y promoción de buenas prácticas”, explica su fundadora Pilar Elorriaga.
La también fotógrafa especializada en deportes outdoor, confiesa que buscó a Patagonia por ser una marca de ropa sustentable que trata de reutilizar la mayor cantidad de productos. “Es ecológica y sólo patrocina proyectos ligados al cuidado del medio ambiente. Por eso, al gustarles tanto nuestra iniciativa – añade Pilar -, fuimos trabajándola en conjunto hasta formar una alianza súper buena”.
CIENCIA CIUDADANA
En primera instancia se estudiaron los antecedentes del ecosistema alto andino de la Región del Maule trabajando junto a Acceso Panam – organización internacional que se dedica a conservar y mantener abiertos los accesos a las áreas de escalada y montañismo en Latinoamérica – y a otros investigadores en la recopilación de datos con el fin de generar una escala de prioridades y proponer acciones a tomar.
Para Chris Moscoso, director de Acceso Panam Chile, iniciativas como rockeras son importantes porque incorporan a más gente dentro de la comunidad, insertando un nuevo segmento para el cuidado del medio ambiente. “Visibilizan sus conflictos y puntos de vista respecto a diversas zonas de escalada, abordando el tema desde la sustentabilidad y generando un aporte desde su visión”.
Pero más allá de identificar el problema desde la percepción, este movimiento de escaladoras se contacta con científicos que trabajan las zonas a visitar, acudiendo para esta ocasión a la bióloga Dayana Vásquez, quien precisamente llevaba un tiempo realizando un catastro de especies endémicas en el Valle de los Cóndores.
“Este lugar se caracteriza por tener un tipo de vegetación baja adaptada a ciertas condiciones climáticas extremas. Además posee una biodiversidad única con especies de plantas y animales que solamente viven aquí, formando parte del patrimonio natural. No obstante, en muchas ocasiones los científicos no podemos acceder a áreas naturales donde sí lo hacen las montañistas”, menciona la bióloga al dictar una charla educativa in situ a la treintena de deportistas.
“Por lo tanto – añade la investigadora -, trabajando colaborativamente con las escaladoras, tendríamos acceso a potenciales áreas de presencia de especies que son importante para la conservación”. Sin dudarlo, las rockeras ayudaron a tomar muestras de lugares de difícil acceso haciéndose parte del objetivo de transformar esta zona en un área protegida. “Eso se llama ciencia ciudadana, motivar a las personas a aportar en estas iniciativas”, asegura la escaladora líder del movimiento femenino.
Por ello, también se optó por colocar tres carteles en el Valle de los Cóndores. “Dos de ellos explican los principios de la sostenibilidad, cómo comportarse al aire libre, con el prójimo, con el medio ambiente, donde ir al baño, por qué no hacer nuevos sectores de fogata o dónde caminar”, desglosa Pilar Elorriaga.
Además de escalar el valle compartiendo momentos gratos y únicos de camaradería, se realizó un taller de comida y vida sustentable dictado por la agrónoma de la Universidad Católica, Bruna Garretón, con tal de educar sobre la mejor elección alimentaria desde el punto de vista medioambiental.
ENCUENTRO 2019
Para el segundo encuentro anual de Rockeras en 2019 se ha escogido el Boulder por ser ésta una disciplina que implica escalada de rocas de baja altura. “Así podemos reunir a más chicas y mantener un mejor control”, comenta una motivada Pilar, quien ya se encuentra realizando un scouting del lugar para ver qué problemas medioambientales están ligados al nuevo spot.