Las madres somos imprescindibles en el desarrollo de los hijos y uno de los factores claves para lograr una maternidad consciente es no perderse de vista a uno misma. ¿Cuántas veces te has cuestionado cómo es la relación con tus hijos e hijas? ¿Por qué a veces sientes que hay algo que te molesta de ellos, que te colma la paciencia?
Generalmente, en la vida cotidiana con los hijos e hijas, proyectamos en ellos de manera inconsciente y sin darnos cuenta, lo que no queremos ver de nosotros mismas, lo que no aceptamos, nuestras frustraciones y nuestros sueños no cumplidos. Darnos cuenta qué nos pasa con cada unos de nuestros hijos, nos da la posibilidad de llevar una mejor relación con ellos y finalmente crecer y ayudarlos a ser personas integrales. Sin embargo, para poder ver y reconocer lo que interfiere en nuestra relación, se hace inevitable ser valiente, explorando lo que nos pasa, haciendo conscientes nuestras emociones y sentimientos respecto a la infancia que vivimos, y a la relación que tuvimos con nuestra propia madre.
Ser madre consciente y presente, nos desafía a revisar nuestras penas, abandonos y pérdidas durante nuestro crecimiento, para recuperar al mismo tiempo las buenas experiencias y la forma de haber sido amadas, con lo que ganaremos la posibilidad de vincularnos con nuestros hijos e hijas de manera más espontánea y libre, respetándolos y sin traspasarles nuestra propia historia, a veces no conocida o aceptada. Amar a nuestros hijos e hijas pasa primero por saber amarnos a nosotros mismas, desde la aceptación de la propia historia para generar los espacios de encuentro, mostrándoles de manera consciente quienes son, con aprobación y alegría, así como también nuestro desacuerdo, cuando sea necesario en forma respetuosa e incondicional. Las madres tenemos el inmenso poder de guiar e influenciar a los hijos e hijas, somos el espejo en el cual ellos se miran. Por esto es importante conocerse y saber cómo nos vemos a nosotras mismas.
Algunos ideas para ser una madre consciente.
No olvides gestionar espacios para estar contigo misma.
Invierte en tu crecimiento para reconocer patrones de conducta que no te ayudan en la relación con tus hijos e hijas.
Propicia reunirte con amigas y compartir la experiencia de ser madre, te ayudara a ampliar la mirada sobre ti misma.
Importante pedir ayuda si percibes que estas con miedos y dudas en tu rol de madre concediéndote sanar el pasado.