El buen vivir:
Un espacio en que Patricia Valdés y Paula Pinochet invitan a sentir-nos y descubrir-nos, sin más expectativas que un buen vivir…
No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo.
Virginia Wolf
Al nacer necesitamos los cuidados de nuestros padres y/o cuidadores para sobrevivir; luego en la niñez comenzaremos a adquirir las habilidades del habla, la capacidad de comprensión y razonamiento, como cubrir nuestras necesidades psicosociales y emocionales. En la adolescencia comienza la búsqueda de identidad (¿quién soy yo?) y de autonomía, iniciando la independencia emocional y económica de nuestros progenitores.
Transitamos por distintas etapas de la vida y llegamos a la adultez, donde debemos convertirnos en seres autónomos, independientes y capaces de sobrevivir por nosotros mismos, adaptándonos al medio físico y emocional que nos rodea.
A saber, conseguir el objetivo principal del desarrollo, consolidar el proceso de individuación, definido como “proceso mediante el cual una persona se convierte en un individuo integrado, llegando a ser uno mismo y alcanzando la capacidad de ser totalmente autónomo e independiente, reconociéndose como un ente único”.
El psiquiatra y sicólogo suizo Carl Gustav Jung lo define como un “proceso de diferenciación, constitución y particularización de la propia esencia, de tal manera que el sujeto pueda descubrir quién es y permitiéndole desarrollar su personalidad. Este proceso se identifica también con la autorrealización, siendo parte de un proceso natural e instintivo hacia la propia maduración”.
Ser uno mismo o fiel a uno mismo es hoy un acto de rebeldía. La sociedad nos impone tendencias ideológicas, valóricas y estilos de vida para pertenecer. Este trabajo de separar las exigencias del medio de lo que realmente queremos nosotros puede ser agotador y en el camino podrían ir quedando nuestros sueños y deseos sólo por pertenecer a este sistema o priorizar lo que los demás quieren de ti, abandonándonos y olvidando nuestra esencia.
Y si ser uno mismo es una heroica tarea diaria, ¿qué podemos hacer? Ser capaces de integrar elementos contrarios, algo de lo heredado como de lo elegido, de lo aprendido como de lo significado, lo individual y colectivo.
Lograr ser un individuo único es una tarea ardua, a momentos dura, pero muy satisfactoria, ya que implica ser capaces de aceptarnos y querernos tal como somos. La autoestima es imprescindible para respetarnos en esa individuación que nos costó trabajo, pero que finalmente la logramos.
Si me reconozco y me acepto, si me valoro y me estimo puedo aceptar cambiar por diferentes razones, motivos o circunstancias, o sea ser uno mismo no es sinónimo de ser siempre el mismo, sino que ser cada día nuestra mejor versión y una gran noticia es que nunca es tarde para reencontrarse.