Enclavada en la exuberante vegetación de Mérida, Casa Zen es mucho más que una vivienda: es un manifiesto de respeto por la naturaleza. Su diseño se integra al paisaje en lugar de dominarlo, creando un refugio donde la arquitectura y el entorno conviven en perfecta armonía. Cada rincón de este espacio invita a la serenidad, mientras la luz natural, el viento y la sombra de los árboles dictan el ritmo de la vida cotidiana. Un santuario que demuestra que el diseño consciente puede ser tan estético como funcional, sin renunciar al compromiso con el medioambiente.
- Mérida, México
- Arquitectos: Garrido Lizarraga Arquitectos
- Área: 400m²
- Año: 2022
- Fotografías: Manolo Solís
En el corazón de Mérida, Yucatán, donde la vegetación exuberante y el clima cálido marcan la identidad del paisaje, se encuentra esta residencia concebida como un santuario de paz y equilibrio. Diseñada por Garrido Lizarraga Arquitectos y finalizada en 2022, la obra no solo responde a las necesidades de habitabilidad contemporánea, sino que también se erige como un ejemplo de respeto por el entorno natural.
Desde su concepción, Casa Zen tuvo un objetivo claro: preservar la mayor cantidad posible de árboles en el terreno, evitando su tala y permitiendo que la fauna local siguiera habitando la zona. De esta manera, la construcción se convirtió en un refugio tanto para sus residentes como para colibríes, loros, cardenales y ruiseñores, que encuentran en su arquitectura un espacio donde seguir anidando y descansando.
COMPROMISO CON LA NATURALEZA
Uno de los principales desafíos al edificar en una ciudad en constante crecimiento como Mérida es la conservación de sus recursos naturales. En este caso, el diseño arquitectónico se planteó desde una filosofía de intervención mínima, buscando adaptarse a la vegetación preexistente en lugar de imponerse sobre ella.
Como resultado, se preservaron 45 árboles endémicos, lo que no solo ayudó a mantener el ecosistema original, sino que también generó un microclima dentro de la propiedad, reduciendo la temperatura ambiente y favoreciendo la ventilación natural.
Este enfoque bioclimático minimiza la dependencia de sistemas artificiales de enfriamiento, promoviendo un estilo de vida sustentable.
DIÁLOGO CON SU ENTORNO
La residencia se organiza en torno a un pórtico de doble altura que actúa como umbral entre el exterior y el interior, permitiendo una transición fluida y armoniosa. Este acceso da paso a un espacio de doble altura interrumpido por un puente curvo, que a su vez conecta el comedor con la cocina y, en el segundo nivel, la sala familiar con las recámaras.
La distribución de los espacios favorece la integración, fomentando la convivencia y la interacción constante con la naturaleza circundante.
La materialidad del proyecto refuerza esta visión de armonía: los muros de concreto expuesto, los pisos de cemento blanco desbastado y las amplias cancelerías en tonos oscuros crean un lenguaje arquitectónico sobrio y sereno.
A lo largo del día, la luz natural y el follaje de los árboles proyectan sombras cambiantes sobre los muros, convirtiéndolos en lienzos vivos que dialogan con el entorno.
INTROSPECCIÓN Y EL BIENESTAR
Uno de los aspectos más singulares de esta vivienda es la integración de un espacio específico para la práctica del yoga, diseñado para su propietaria, una maestra de esta disciplina. Este salón, ubicado en un sector de menor altura dentro del conjunto, está orientado de manera que recibe luz natural indirecta, favoreciendo un ambiente de calma y concentración.
El diseño de este espacio responde a la búsqueda de serenidad: los materiales nobles, la paleta cromática neutra y la apertura hacia la vegetación circundante generan una atmósfera propicia para la meditación y la relajación. Este concepto de arquitectura como un medio para el bienestar se extiende a toda la vivienda, donde cada rincón está pensado para favorecer la introspección y el contacto con la naturaleza.
En un mundo donde la urbanización avanza rápidamente, proyectos como este demuestran que es posible construir sin sacrificar el equilibrio natural. La combinación de diseño bioclimático, materiales nobles y una planificación que respeta el entorno convierte a esta residencia en un modelo de arquitectura sustentable.
Garrido Lizarraga Arquitectos han logrado materializar una visión en la que la arquitectura no solo cumple una función habitacional, sino que también contribuye activamente a la preservación ambiental. La vivienda es, en esencia, un recordatorio de que la mejor arquitectura es aquella que dialoga con su contexto y promueve una relación armoniosa entre el ser humano y la naturaleza.
Con su diseño sobrio, su integración con la vegetación existente y su enfoque en el bienestar de sus habitantes, esta construcción se posiciona como un referente de la arquitectura contemporánea en México. Un espacio donde la tranquilidad y la naturaleza conviven en perfecta sintonía, demostrando que la belleza arquitectónica puede ir de la mano con la responsabilidad ecológica.