Simplemente Gonzalo Yañez

Rodeado de música, desde su infancia en Uruguay hasta su vida en Chile. Hoy, con cuarenta años cumplidos y ad portas de sacar un nuevo disco, el fundador de la banda No Me Acuerdo y ex guitarrista de Los Prisioneros, Gonzalo Yañez conversa con Costa Magazine haciendo un repaso de una toda una trayectoria, de una vida vinculado a lo que más ama, a aquello que le apasiona: la música.

  • Entrevista de Cristian Muñoz
  • Fotografías cedidas por el músico

Todas las tardes, tras salir del colegio, Gonzalo Yañez pasaba el rato probando instrumentos y escuchando los discos recién llegados en la primera tienda de instrumentos de Uruguay, negocio local fundado por sus bisabuelos. Hoy, a sus cuarenta años, el cantante, compositor y productor radicado en Chile hace un repaso de su vida, de su familia, del vínculo con nuestro país, y de la música.

Ad portas de sacar su nuevo disco, el fundador de la banda No Me Acuerdo, y ex guitarrista de Los Prisioneros, explica su decisión de abrirse paso como solista, de su amistad con Millaray Viera, y se da tiempo para decretar un enorme y auspicioso 2024.

Comencemos por el principio. Por tu infancia en Uruguay.

Fue una infancia lleno de música y de experiencias con los discos y con los instrumentos. Primero porque mi padre natural, digamos, es músico, compositor y guitarrista. Dicho sea de paso, mis padres siempre estuvieron separados, desde que yo tenía tres años, pero mi mamá era la nieta de los fundadores de la primera tienda de instrumentos y discos de Uruguay. Se llamaba El Palacio de la Música, era toda una manzana gigante de discos e instrumentos, una tienda muy reconocida en el país.

Como vivíamos en el departamento de arriba, todos los días bajaba, o cuando llegaba del colegio y me pasaba por la tienda. Parte de mi rutina natural era ir a tocar los instrumentos, agarrar los discos que habían llegado recién y me los escuchaba después. Era mucha la oferta musical a mi alrededor como para no haberla tomado, digamos.

Participaste en algunos discos cuando tenías unos diez años, ¿correcto?

Justamente la esposa de mi padre también es cantante de un grupo para niños en Uruguay – muy famoso desde los ochenta para acá – y me invitaba a cantar en los discos infantiles que hacía. Así tuve presencia en estos álbumes cuando tenía unos diez años de edad. No eran discos míos, yo solamente cumplía un rol de cantante. Lo hacía a modo de juego, no de manera profesional ni mucho menos.

¿Cómo es que deciden venirse a Chile, especialmente cuando te ibas desarrollando en el mundo de la música?

Mi vínculo con Chile tiene que ver con una decisión familiar del esposo de mi madre, de un ofrecimiento laboral que le hacen, y que termina por venirnos cuando yo tenía unos catorce años. Y por razones naturales, rápidamente comienzo a buscar a gente con intereses similares a los míos. Como te digo, la música era mi vida, siempre lo fue, siempre fue lo que me quitó el sueño y yo ya tocaba la guitarra desde muy chico, desde los diez años o nueve incluso. De hecho, de niño en Uruguay conduje como tres programas de televisión y siempre terminaba tocando alguna canción, porque la música era parte de mí.

¿Hablemos de esta banda colegial? No Me Acuerdo…

Como te decía, la música realmente ocupaba un lugar en mi vida que fluía sin ningún esfuerzo y sí como parte de mí. Y bueno, en Chile empiezo a buscar gente que tocara y terminamos por armar bandas con gente de otros cursos, más grandes generalmente, yo era chico igual. Así armamos las primeras bandas hasta llegar a una depuración que fue lo que terminó siendo mi primer grupo formal, No Me Acuerdo, que llegó a ser un grupo profesional.

Y ¿cómo se dio esta transición de banda colegial a un grupo profesional, a hacerse famosos?

En cuarto medio tenemos la suerte de que a través de gente conocida nos escucha Carlos Fonseca y le encantó, se volvió loco y quiso ser nuestro manager. Él fue nuestro gran impulsos. Convengamos que Fonseca es el gran e histórico manager de Los Prisioneros, de La Ley, y de un montón de proyectos importantes de Chile, él es el impulsor de que, No Me Acuerdo, se convierta en una banda que salga al mercado.

Posteriormente firmamos con Warner Music, quienes apostaron por nosotros y terminamos sacando varios singles que fueron muy exitosos. Tuvimos el tema central de una teleserie, una canción que fue número uno harto rato, “Lentamente”, pero todas sonaron mucho. Por ejemplo “El verano que viene” fue número uno en Argentina por un par de meses. “Fanática de mí” también fue super hit. Fuimos nominados a montones de premios, estuvimos muy expuestos y duró lo que duró ese disco.

Ahora bien, tras esta algarabía musical, tomas una importante decisión…

En un momento determinado sentí que necesitaba expresar musicalmente otro tipo de cuestiones, las cuales No Me Acuerdo no me permitía, en parte porque los chicos que tocaban conmigo, que eran mis grandes amigos, quizás no se tomaba la música como algo para siempre, sino que algo del momento, y para mí la música sí era para siempre. Era un compromiso mucho más fuerte, mucho más serio y quizás en algún momento sentí que hubo una desconexión. Por eso decidí terminar con la banda y empezar mi carrera como solista.

Hay una historia que vincula el single Lentamente en los MTV Latino con Los Prisioneros.

Claro. Al asistir a la premiación de los MTV Latinos con mi banda No Me Acuerdo conocí a Jorge González. Yo estaba en el lobby del hotel para salir a los premios y de repente Los Prisioneros pasan por el lobby seguidos de un montón de flashes y de cámaras.

Punto aparte, mi mamá que es vestuarista de teatro me había hecho una polera que decía “We are South American Rockers” para la alfombra roja de los premios. Precisamente Jorge me vio y se me acercó sin conocerme y me dijo ´Loco, qué buena tu polera´. Yo le dije ´sí, me la hizo mi mamá´. Y él me dijo ¿en serio?, como que le encantó que le contara que me la había hecho mi vieja. Y en esa especie de momento medio mágico nos caímos muy bien.

¿Pero tú seguiste como solista?

Así es. A la vuelta de ese viaje, le mandé mis demos de mi primer disco solista, justamente porque ya me había separado de mi banda. Estaba empezando a preparar algunos temas como “Volvemos a Caer”, “A Mis Veinte”, “No Me Lo Pidas”, entre otros. Y le mando esas maquetas a Jorge, me vuelve a llamar y me dice ´Loco, me encantaron, vente para mi casa´.

Ahí me voy yo para su casa en el cajón del Maipo, sellamos una amistad mucho más grande y mucho más sustanciosa, porque empezamos a hacer música juntos, que es lo que nos apasiona. Y generamos un vínculo de hermandad tal que termina por yo tener una injerencia mucho más alta en el último disco Los Prisioneros, que se llama “Manzana”, donde grabé guitarras, arreglos de cuerdas, voces. Y tal fue así que Jorge me termina invitando a formar parte de Los Prisioneros para una gira bien importante por México, Estados Unidos, Canadá, y también para salir en la etapa del disco, lo cual a los veinte años que tenía yo, o a cualquier edad, es una locura, sobre todo cuando sos muy joven.

Entonces, ¿llegas a formar parte de Los Prisioneros y paralelamente te desarrollas como solista?

Tal cual. Coincidentemente salió mi primer disco, que también fue increíble, que era “Volvemos a caer”, que fue un super hit, mientras yo estaba de gira con Los Prisioneros. Fue una época muy loca, teniendo en cuenta que estaba de gira por el mundo con la banda más importante del rock chileno, mientras mi disco en Chile se hacía muy fuerte, muy potente, con canciones que hasta el día de hoy siguen sonando y siguen siendo importantes.

Volviendo a la actualidad, aún nos queda en retina la presentación junto a Millaray Viera en la Teletón.

Bueno, con respecto a Millaray, estamos terminando un proyecto a dúo, que nació desde lo más genuino. Millaray es como mi familia, una amiga entrañable, somos amigos hace muchísimos años, y siempre también mis vínculos tienen que ver con la amistad y la música, todos juntos. Siempre cantamos, escuchamos música y nos conectamos desde ese lugar.

Esta relación se terminó convirtiendo en, ¿por qué no hacemos un proyecto juntos? Sabiendo que ella está en el mundo más televisivo, y que yo estoy con mis cosas como solista o vinculada con mi propia carrera personal, ¿por qué no hacemos este proyecto para divertirnos, para pasarlo bien?

¿Cómo se llamaría el disco?

Se llamará “Milla y Gonza”, y ya está casi listo. Ve la luz este verano. Podríamos decir que es una especia de proyecto boutique, un regalo, una choreza, que no tiene mayor pretensión que la de simplemente mostrarle al mundo o al resto lo que hacemos puertas adentro con mucho cariño y con mucho respeto, y hacer la música con mucho amor.

Y de Gonzalo Yañez como solista, ¿veremos un nuevo disco?

Mira, uno necesita pintar un momento de su vida en canciones y en conceptos y eso es un disco. Por lo mismo, este 2024 también va a salir mi disco nuevo, no solamente el proyecto con Millaray. Es un año que viene con mucha música por un lado, lo que en parte se lo debo a los vínculos.

Te refieres a rodearse de la gente indicada…

Exacto. Es fundamental, sobre todo cuando uno lleva muchos años en este mundo, empiezas a darte cuenta de que a veces es más importante la calidad de las personas que incluso cuán profesionales puedan ser. Ojalá puedas encontrar una mezcla de las dos cosas, porque en este momento tengo un equipo de gente que quiere mucho lo que hago, que disfruta de lo que yo hago, que eso para mí es clave, le gusta estar a mi lado, demuestra una incondicionalidad y una fuerza y unas ganas de estar, más allá de cualquier circunstancia. Realmente gente incondicional, muy buena en lo que hace y de buena calidad humana. Estoy feliz con eso, por eso he decretado que este 2024 será un muy importante y auspicioso año.

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