La respuesta la dilucida la psicóloga clínica de la Universidad Diego Portales y especialista en comunicaciones, Javiera de la Plaza, quien se refiere a lo que nos está pasado a los chilenos con respecto a la falta de empatía y cómo es posible revertir esta situación a partir de un trabajo personal y colectivo.
¿Has notado que las personas están menos tolerantes o que sobre reaccionan ante ciertos episodios con mayor violencia? La psicóloga clínica de la Universidad Diego Portales Javiera de la Plaza nos hace una breve radiografía con respecto a un tema que no nos puede dejar indiferentes.
¿Qué se entiende por empatía?
La empatía es la capacidad que tenemos las personas de ponernos afectivamente en el lugar de otra. Muchas veces cuando alguien nos cuenta un problema, nuestra cabeza se pone a pensar en qué consejos le podemos dar para solucionar lo que le pasa. Sin embargo, esto no es empatía. Desde este lugar, no se juzga ni se dan consejos.
Desde la empatía tenemos una “escucha activa” de lo que nos cuenta la persona y luego la idea es comprenderla, contenerla y aceptar su situación, sin poner nuestros pensamientos por sobre lo que esta siente.
¿Estamos siendo poco empáticos los chilenos?
Un estudio realizado por DNA Human Capital, que se realizó en distintos países de la región, constató que los altos ejecutivos nacionales prefieren enfocarse en los resultados y procesos, por sobre afianzar las relaciones interpersonales.
Según este estudio, establecer relaciones que les permitan desarrollar empatía y afianzar el proceso de feedback en los equipos de trabajo no son las mayores preocupaciones de los líderes organizacionales chilenos.
Cómo lo evalúas desde tu experiencia.
En lo personal, y después de trabajar más de 25 años haciendo clínica, a muchos pacientes les falta un repertorio y conocimiento del lenguaje emocional, lo que dificulta una comunicación desde la emocionalidad.
Muchas veces he realizado el siguiente ejercicio con pacientes o alumnos. Después de haberles comentado algo que me preocupa, les pido si me pueden repetir lo que les conté. Los resultados son diferentes. Sin embargo, muchísimas personas narran una historia que no está completa o que ha sido arreglada a su manera de pensar. Es decir, no han escuchado con la suficiente atención y así, difícilmente podrán comprender el relato completo.
¿Se agudizó este escenario a raíz de la pandemia?
Lo que ocurrió es que se evidenció, ya que precisamente es en los tiempos difíciles cuando es más relevante poner en práctica la empatía. Sin embargo, uno de los déficit educacionales y formativos que tenemos en Chile, es la falta de desarrollo emocional para la vida y sus diversas situaciones.
En esta gran crisis ocasionada por la pandemia, se pudo evidenciar una falta de humanidad impactante, agravada por la situación de cansancio crónico. Todo acto empático tiene un costo. Si una persona decide ayudar a otra y comprenderla, ya en ese acto está quedando con menos tiempo, dinero, etc. Pero precisamente cuando se regala amor y humanidad, es cuando somos congruentes con los valores que decimos tener.
Entonces ¿Cómo podemos trabajar los sentimientos fraternos y de amor al próximo, si no estamos dispuestos a hacer ni un mínimo esfuerzo?
Considero que nos falta mucho camino por recorrer para llegar a “leer” los sufrimientos del prójimo. Es fundamental ayudar al que está desamparado y muchas veces debilitado psicológicamente. Cabe mencionar que, según la OCDE, Chile figura como el segundo país, después de Corea del Sur, en tener las más altas tasas de suicidios.
¿Qué consecuencias trae para una sociedad como la chilena la falta de empatía?
Las personas con poca empatía se vuelven individualistas, se centran en su mundo interior y pueden ocasionar sufrimientos a una persona producto de ser indiferentes con ella. Existen quienes que, por haber vivido situaciones muy difíciles y dolorosas en su vida, van perdiendo su capacidad de empatía. Pero si como sociedad perdemos esa capacidad o bien no la presentamos, estamos involucionando en nuestra calidad de seres humanos y de sociedad en su conjunto.
Las personas que incomprendidas por la sociedad en la que viven y por los gobiernos de turno, experimentan inquietud, angustia, indignación, entre otras emociones que van generando consecuencias en la salud mental.
CAMINO HACIA LAS SOLUCIONES
¿Cómo revertimos la falta de empatía?
Por ejemplo, la próxima vez que conversemos con alguien centrémonos en tratar de comprenderlo y entenderlo, y no empecemos a darle indicaciones de cómo manejarse en la vida o lo que no debiera haber hecho. Acordémonos que es mucho más importante alguien que nos escucha con atención y nos permita desahogarnos, y no minimizar. Cada individuo es único y vive sus experiencias de diferentes maneras.
Y una frase que considero muy valiosa entre las personas es preguntarle: ¿hay alguna manera en que pueda ayudarte?
¿Cómo influye la comunicación asertiva en este proceso?
La comunicación asertiva es un estilo de comunicación desde el cual se emiten los mensajes o contenidos, pensamientos, sentimientos y opiniones de una manera respetuosa con la persona que los emite y con los demás. El ser consciente de los derechos de las demás es el punto de partida para la empatía y para llegar a acuerdos.
Si aprendiéramos a realizar pausas antes de lanzar contenidos hirientes a las personas, y pudiéramos pasar del borrador al limpio nuestros mensajes con el fin de que estos sean claros y se atengan a las conductas y no a degradar a las personas en el caso de formular una diferencia de opinión o una crítica, nuestras relaciones interpersonales serían mucho más cercanas, humanas y empáticas.
Aprender a comunicarse asertivamente nos permite evitar pelear con aquellos que piensan diferente y no engancharnos aquellas agresivas.
¿Cómo educar a los niños con este principio básico de empatía?
Como padres y madres somos los primeros agentes de socialización de nuestros hijos. Por tanto, la manera en que nos comportemos será el principal modelo que nuestro hijo o hija va a aprender a imitar.
Si somos cuidadosos en cómo les decimos las cosas que tienen que cambiar, pero respetando sus sentimientos; si les preguntamos en el día que sintieron en el colegio o si los vemos con carita triste y le decimos que sería bueno que se desahogaran y que dijeran qué le pasa para poder comprenderlo. Estas serían conductas que, a través de la socialización, nuestros hijos también incorporarían.
La preocupación que nosotros como adultos mostramos ante personas desvalidas, enfermas o tristes, por ejemplo, también serán comportamientos que ayudarán a que los niños se preocupen de cómo se sienten las otras personas y traten de ayudarlos.