Hace algunos días tuve la oportunidad de reunirme con el seremi de Economía, Javier Puiggros para analizar y acoger el llamado del ministro José Ramón Valente en el sentido de buscar fórmulas para solucionar la problemática que denunció la Fiscalía Nacional Económica con la venta de los textos escolares a los apoderados de los colegios particulatres.
Y más que en mi calidad de concejal o persona vinculada al servicio público, lo hice como padre y apoderado de niños en edad escolar. Nadie puede negar el significado que tiene para una familia de clase media el tener que comprar cinco o seis textos escolares por hijo a un valor promedio de $38 mil aproximadamente. Es de sentido común que todo padre queremos brindarles la mejor educación a nuestros niños y que por ello es el esfuerzo de que estudien en el mejor colegio posible para que el futuro sea mejor.
Hay que derribar esos mitos que muchas veces falsamente sectores de nuestra sociedad crean en torno a que la educación particular significa “educación de elite”; muy por el contrario, es tratar de entregar lo mejor a nuestros hijos pese a que tampoco hay que negar que existen establecimientos públicos que cumplen una tremenda función educativa.
Pero independiente de ello, me reuní con el seremi Puiggros para consensuar una idea que debe ser mirada con un objetivo a mediano corto o mediano plazo y que dice relación con la posibilidad de crear una mesa compuesta por la propia seremía de Economía, la de Educación, el Sernac y representantes de los padres y apoderados para generar una propuesta que nos permita que finalmente sea el estado quien adquiera los textos y posteriormente se los venda a los colegios particulares.
El Ministerio de Educación, aproximadamente al año, adquiere 18 millones de textos para la educación pública. Frente a ello, es totalmente factible que se busquen las fórmulas y finalmente sea el Estado quien compre los libros ya que por lógica a mayor volumen menor costo, el que finalmente será traspasado a los padres quienes deberían pagar cifras absolutamente menores en materia de textos y darle un respiro a la clase media que en el mes de marzo con la cantidad de gastos que se generan los deja prácticamente ahogados.
Hay que terminar con el abuso por parte de ciertas editoriales que cobran precios absolutamente elevados, sin ninguna conciencia del fundamental rol que cumplen.
Agradecemos y valoramos la disposición del seremi Javier Puiggros para escuchar nuestro llamado que representa a cientos, por no decir, miles de padres de Concón quienes ven esta opción como una gran alternativa para ayudar a la clase media con una medida real y concreta que le servirá a muchas personas.
Por Jaime Varas Valenzuela
I. Municipalidad de Viña del Mar
Concejal