La llegada de un hijo es uno de los hitos más importantes en la vida de una mujer. Comienza una nueva experiencia que se suponía tenía que ser perfecta y llena de alegrías, pero en el camino te vas dando cuenta de que existen momentos de angustia, cansancio y de no saber muy bien de qué se trata esto de ser “mamá”. Esta es la historia de Paulina, Catalina y Sofía, quienes nos cuentan eso “que nadie te dijo”, desde realidades cotidianas, historias que comparten en Tribu de Mamás.
Por Marcela Cademartori
Fotografías de Paulina Moraga
IG @tribu.de.mamas
Sentadas en un café, ríen y comparten recuerdos y lo que fue su experiencia de ser mamá por primera vez. Cada una, desde su propia historia y lugar, dan cuenta de un relato que a medida que avanzan los minutos, más se asemeja a testimonios que dan cuenta de la realidad que vive la mayoría de las mujeres cuando se enfrentan a la llegada del primer hijo.
Son tres historias que se unieron en un proyecto llamado “Tribu de Mamás”, el cual busca dar apoyo, contener y ser una compañía para mamás que se sienten solas y que necesitan un espacio, a veces solo para hablar y compartir experiencias.
Paulina Mora es una de las creadoras de la idea de conformar esta agrupación, iniciativa que comienza a dar vueltas en su cabeza cuando se vio enfrentada a un embarazo en plena pandemia. “Mi marido estaba en Australia cuando cerraron las fronteras. No podía volver a Chile. Después de hacer varios trámites logró un permiso que le permitió entrar al país un poco antes de tener a mi hijo”.
Experimentó casi todo su embarazo sola, sin nadie que le dijera cómo era esto de ser mamá. “Siempre escuchas frases como aprovecha de descansar, pero nadie te dice lo mal que se siente pasar noches sin dormir, que dar pechuga puede ser estresante, o la angustia que se produce cuando tu guagua llora. Agrégale a eso los conflictos que suelen aparecer con tu pareja, porque mientras tú estás amantando, él ronca profundamente. En fin, son muchas las cosas que se producen en la dinámica de ser mamá y que, en lo personal, me afectaron mucho”, relata.
Mientras Paulina intentaba asumir esta nueva vida, Catalina González había dejado la Capital para radicarse en Concón junto a su pareja. “Queríamos una mejor calidad de vida y por eso tomamos la decisión de venirnos. Cuando quedé embarazada, me vino una depresión. Estábamos en pandemia y no poder salir me afectó mucho. Durante el embarazo engordé cerca de 30 kilos y me sentí mal hasta como los seis meses. Comenzamos a tener muchos problemas con mi pololo. Pero todo cambió cuando nació mi hijo. ¡Fue maravilloso!”.
Catalina cuenta que cuando estaba embarazada, un día escribió en varios grupos con la idea de conectar con alguien que estuviera pasando lo mismo. Fue el momento en el que Paulina vio el mensaje y la contactó. Comenzaron a hablar, a compartir historias, se dieron cuenta que ambas tenían mucho en común y que algo podían hacer juntas.
Y en este escenario, aparece una tercera protagonista. Se trata de Sofia Errázuriz, “la organizada” del grupo, como la describen Paulina y Catalina. “Mi historia es muy diferente. Siempre quise ser mamá. Tenía todo muy planificado de cómo iba a ser este momento. Me casé con mi pololo de los 16 años y conversamos desde un inicio de que nos embarcaríamos en este camino cuando ambos estuviésemos seguros. Y así fue”.
Pero los planes se adelantaron y en plena pandemia nació su hija. “Fue lo mejor que me pudo haber pasado, ya que estuve sola con ella sin ninguna visita”. Con el tiempo, Sofia se dio cuenta de que estaba muy encerrada con su guagua y comenzó a visitar una plaza donde iban otras mamás con sus hijos. Allí conversó con Andrea, una chica que ya estaba en la Tribu, quien por su parte la invitó a conformar parte de esta comunidad . El destino se encargó de hacer el resto.
EL NACIMIENTO DE TRIBU DE MAMÁS
Las realidades y experiencias de vida de Paulina, Catalina y Sofía eran muy diferentes entre sí, pero se unían en un mismo punto, “ser mamá no era como se los habían contado”.
“Compartir nuestras experiencias nos sirvió para entender que a todas nos pasaba lo mismo. Que era normal sentirse agotada y a veces superada por el llanto de tu bebé”, comenta Paulina.
“Te cambia el cuerpo, comienzas a verte diferente y eso es algo muy fuerte que uno debe asumir”, agrega Catalina.
“Y en mi caso que había estudiado bastante y me había informado, me di cuenta de que no todo es como te lo describen en los libros”, señala Sofía.
Todas estas reflexiones las motivaron a fundar Tribu de Mamás. Rápidamente armaron un Instagram, convocaron a otras mujeres y el grupo creció. “Pero comprendimos que se había perdido un poco la esencia del origen. Entonces decidimos crear sub tribus y hoy existen varias en distintos lugares de la zona. Nos encantaría poder seguir expandiéndonos a más lugares”, explican.
“Ser mamás es maravilloso, pero es mucho mejor si lo compartes con otras mujeres. Por eso autogestionamos actividades de entretención y de acompañamiento todos los meses, las que convocamos por redes sociales y WhatsApp”, agrega Catalina.
Tribu de Mamás organiza diversas actividades como salidas con los niños a las que llaman Play Dates, pero también se buscan espacios para disfrutar sin ellos, las Mom´s Nights. “No debemos olvidar que seguimos siendo mujeres”.
¡DE 10 a 300!
El grupo comenzó con solo diez integrantes y hoy ya son trescientas. El próximo paso es conformar una Fundación que les permita realizar alianzas, convenios y postular a fondos para, de esta manera, entregar nuevas posibilidades y oportunidades a quienes transitan por este camino llamado “maternidad”.
“Ser mamá es algo maravilloso, pero tenemos que hacernos cargo de tantos mitos e ideas instaladas en nuestra sociedad, y que no son ciertas. ¡Es momento de contar aquello que nadie te dijo! Una interesante reflexión que a muchas les hará sentido.