Karün ha revolucionado la economía tradicional al instaurar en su producción el desarrollo consciente con miras a la protección y conservación de la naturaleza, modelo que empodera a comunidades rurales e inspira auténtica innovación a través del cuestionamiento. “No somos una empresa de anteojos, somos un grupo de personas apasionadas, que confiamos en que es posible cambiar la manera en que interactuamos con nuestro planeta”. Esa es la consigna. Te invitamos a conocer más de esta startup nacional que para 2023 busca ser la marca líder de anteojos sustentables a nivel mundial demostrando a futuras generaciones que sí se puede crear un producto de calidad respetando el medio ambiente.
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Por Cristian Muñoz – Imágenes cedidas por Karün
Lograron convertirse en la marca oficial de National Geographic bajo un innovador modelo que vincula a las comunidades rurales a través del emprendimiento. Una apuesta arriesgada que se ha consolidado en más de diez países europeos, además de Latinoamérica y Estados Unidos.
Modelo inspirado en La Patagonia y en la conservación de la naturaleza al ocupar en sus marcos el 100% de material reciclado, provenientes de la recolección del nylon de las redes de pesca u otros desechos encontrados en zonas costeras u océanos. De esta forma, Karün apunta a convertirse, de acá a 2023, en la marca de anteojos sustentables líder a nivel mundial.
“Más que aumentar las ventas, buscamos inspirar a las nuevas generaciones demostrándoles que sí se puede hacer productos de alta calidad y proteger la naturaleza al mismo tiempo mediante un desarrollo consciente”, explica el fundador y Ceo de la startup nacional, Thomas Kimber.
Al recordar sus inicios, Thomas relata que dejó la universidad a los 19 años para emprender por cuenta propia. Acompañando a su madre fotógrafa a la Patagonia comprendió esta dualidad entre naturaleza y ciudad, “eso me impulsó a querer dedicar mi vida a armar proyectos, que desde el ejemplo y no desde la crítica, permitieran demostrarle a la sociedad que podemos cambiar la lógica de cómo funciona la economía”.
Y es que la filosofía de Karün está íntimamente ligada a su significado en mapudungun ser naturaleza, al entender que todos formamos parte de un ecosistema y que deberíamos cuestionar día a día cómo nos estamos relacionando con nuestro planeta. ¿Cómo concebiríamos la innovación si entendiésemos que todos somos naturaleza?, ¿cómo serían las empresas o cómo definiríamos el éxito?, son algunas de estas invitaciones a reflexionar.
En poco tiempo, dicha forma de pensar revolucionó gran parte del mercado europeo. Ya en 2014 la marca chilena aparecía en la portada de la revista Cosmopolitan como ejemplo de sostenibilidad desde el sur de Chile, es decir, que aquellos diseños comerciados en grandes casas de moda respondían a una confección a base de desechos y plástico reciclado de los océanos.
NAT GEO
En 2018 se firmaba una importantísima alianza al asociarse con National Geographic para desarrollar los anteojos de aventura, colaboración basada en el mutuo amor por la exploración y las infinitas historias que este inspira. ¿El objetivo? Lograr un impacto positivo en las personas y en el planeta.
Impacto que se extiende por más de diez países europeos – entre ellos Alemania, Dinamarca, Bélgica o Noruega – además de Latinoamérica y Europa. Pero Thomas Kimber va más allá. “Apuntamos convertirnos en la marca de anteojos sustentables líder de acá a 2023. Para ello, tenemos que vender un millón de unidades; vamos por buen camino, nos falta mucho por crecer pero creo que lo vamos a lograr. Esperamos cerrar este año sobre las 100 mil unidades, el 2022 sobre las 350 mil unidades y así lograr el objetivo planteado”.
COMUNIDADES RURALES
Queremos proteger la naturaleza, y para esto entendemos que no estamos solos, manifiestan. Para ello escuchan y aprenden de culturas indígenas milenarias que conocen una forma diferente de habitar este mundo. ¿La idea? Trabajar junto a comunidades rurales como una forma de contribuir a su empoderamiento para que, de este modo, sean capaces de proteger sus territorios.
“En la actualidad estamos trabajando con mayor fuerza con el pueblo de Cochamó (Región de Los Lagos) de dos formas: por un lado, emprendedores rurales van y recolectan residuos – les llamamos nuestros amigos recolectores -. Luego, con esos residuos ellos generan un ingreso adicional el cual invierten en sus propios microemprendimientos”, explica desde Italia Thomas.
Asimismo, gran parte de las utilidades generadas con la venta de anteojos son destinadas a financiar programas in situ con equipos de profesionales entusiastas que colaboran palmo a palmo con diversas comunidades del sur de Chile para proteger la naturaleza. “Hoy día estamos trabajando con alrededor de 150 emprendedores, y esperamos llegar a 600 durante los próximos tres años”, añade el fundador de Karün.
SÍ SE PUEDE
Nueve años atrás un joven intrépido y soñador inició este emprendimiento que utiliza en sus marcos el cien por ciento de materiales reciclados – como redes de pesca, cuerdas y metales – recolectados por habitantes de comunidades rurales. Escalando a gran parte de Europa, Latinoamérica y Estados Unidos la marca ha demostrado que sí se puede construir una empresa de nivel mundial que opere bajo una lógica diferente, donde la rentabilidad económica sea parte de un objetivo primordial, a saber, la protección y conservación de la naturaleza.
Con miras a convertirse en la marca de anteojos sustentables líder en el mundo en 2023 y, para 2030, en la marca más querida, Karün aspira a mucho más pues el planeta lo exige. “Hoy se requiere armar modelos de empresas que sean restaurativos y, en el futuro, ojalá, sean regenerativos”, explica el Ceo de la startup nacional.