Underwater

Cuando cumplía ocho años de vida, Benjamín Riquelme se mudó junto a su madre a una de las islas vecinas de Ibiza y Mallorca, un codiciado “paraíso” con interminables playas de aguas limpias y cristalinas. Aprovechándolas al máximo, cada mañana recorre unos 150 metros desde su hogar para darse un baño en aguas mediterráneas en compañía de su perra Koda, encontrando la calma bajo el agua.

Por Cristian Muñoz

Fotografías de Benjamín Riquelme

Bajo el mar encontró la calma, esa quietud en el silencio de las cristalinas aguas del Mediterráneo. Y no es para menos, pues de sus 34, Benjamín Riquelme ha vivido los últimos 26 años en Menorca, una de las islas Baleares de España que posee más de 200 kilómetros de costa con un litoral abrupto de acantilados y playas salvajes en el norte, y relieve suave con calas de arena blanca por el sur.

Un pequeño paraíso terrenal digno de ser fotografiado no solo desde la superficie oceánica, sino también bajo ella. Al menos así lo entendió este avezado fotógrafo y videoproductor, que ha dedicado los últimos años a inmortalizar mágicos momentos a varios metros de profundidad.

Un submundo en el que Benjamín encontró un verdadero alivio cuando fue diagnosticado con ansiedad. Al estar siempre acompañado de su cámara comenzó a capturar con una GoPro aquellos momentos de quietud. “Al eliminar los sonidos bajo la superficie, te abraza una increíble sensación de paz”, reflexiona.

Tan simple como eso. Bajo el mar Benjamín encontró la cura, una vía de escape que se ha transformado en una nueva forma de trabajo, una nueva forma de expresar su arte fotográfico no solo en las cálidas y cristalinas aguas del mediterráneo, sino también en los surrealistas cenotes de México, increíbles producciones que han capturado la atención de famosos y miles de seguidores.

En esta última edición del año 2021 queremos transmitir mediante este Foto-Reportaje esa misma sensación de calma y quietud a unos cuantos metros de profundidad donde las cristalinas aguas y la nitidez de las imágenes nos permiten soñar y liberarnos de todo aquello que nos aqueja sobre la superficie terrestre.

VIAJES DE “PLACER”

Con una personalidad abierta y extrovertida, Benjamín no es capaz de estar quieto por mucho tiempo en un mismo lugar. Si bien reside y permanece trabajando en la isla de Menorca durante la temporada más calurosa   – de mayo a septiembre -, luego empaca sus cosas para recorrer el mundo.

Grecia, Costa Rica, Costa Brava, Egipto aparecen como destinos visitados durante los últimos meses con motivos laborales haciendo fotografías o videoproducciones.

“Hemos rodado algunos programas de viaje al montar una pequeña productora con un compañero, producciones audiovisuales que luego vendemos a la televisión”, explica Benjamín quien disfruta cada viaje de trabajo como una experiencia de placer.

“El año pasado fui a hacer un rodaje con una productora belga al Mar Rojo; después viajé también a Costa Rica para unos clientes que tengo en la selva. Tras las imágenes que hicimos en los cenotes de México, estuve en Ibiza, Costa Brava y finalmente en Grecia”, detalla.

LA RUTA DE LOS CENOTES

Al ir haciéndose conocido entre sus clientes mexicanos, con el famoso boca a boca, Benjamín se propone viajar en más de una oportunidad a México invirtiendo gran parte de su tiempo en la isla de Cozumel.

“En cozumel me siento como en casa, es facil que tus clientes mexicanos pasen a ser amigos en cuestión de poco tiempo”. Luego me muevo por la ruta de los cenotes de Puerto Morelos, Playa del Carmen y Valladolid en Yucatán, esta última ubicada más al interior del país”, añade el fotógrafo de 34 años.

Y es en estos enormes agujeros de agua donde reflota el arte de Benjamín Riquelme. Una afición que terminó por calmar sus ansiedades y que hoy es todo un must para los turistas y residentes que desean inmortalizar esos 20 o 30 segundos sumergidos en 5, 10 o hasta 15 metros de profundidad.

“Ante el impacto visual, cualquier persona que vislumbre por primera vez estos pozos naturales quedará sorprendida. Más aún si entras a un cenote que tenga bóveda con una proyección perfecta de un rayo de luz dentro del agua”, explica Benja que también aprovechó su última estadía en México para certificarse en apnea.

“Tenía la asignatura pendiente de certificarme – explica – pues había aprendido la apnea de forma autodidacta. Y es súper importante saber técnicas de rescate en caso de algún imprevisto”.

Actualmente, el fotógrafo y artista español, baja 20 metros tras 4 días de entrenamiento y nuevas clases teóricas, superando en el doble su desempeño. “Con algo de entrenamiento – mención especial a los chicos de Pranamaya – cualquier persona no debería tener mayores inconvenientes en sumergirse hasta 30 metros”.

SEGUNDOS DE CAPTURA

Teniendo claro tu objetivo – explica – puedes tardar de 20 a 40 segundos en hacer una fotografía bajo el agua, desde el momento en que te sumerges hasta volver a la superficie. Para ello Benjamín utiliza cámara Sony, aprovechando su dualidad para hacer filmaciones, con carcasa de la marca italiana Nimar.

“Precisamente – añade Benja – una de las últimas fotos que hice en diciembre fue a Pedro Tapia, récord nacional mexicano sin aletas, ostentando los 74 metros de profundidad. Hicimos la fotografía a unos 15 metros”.

Una sana envidia. Viajar por placer, viajar por trabajo o simplemente viajar a parajes naturales de enorme belleza conociendo islas paradisíacas o rutas poco exploradas. Así es el rumbo que ha decidido emprender Benjamín Riquelme, donde el amor por la fotografía y el mar se han conjugado para ser el centro de su vida. ¡Y qué vida!

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