Durante el año se nos hace evidente que una constante de la vida actual es la falta de tiempo, con numerosas cosas por hacer. Tenemos la mente cargada de ideas, algunas relevantes y muchas otras cotidianas, no logrando diferenciar lo importante de lo urgente por hacer. Por esto las vacaciones, más allá de lo que escojamos hacer, nos ofrecen el mejor momento para invertir en la familia, en nosotros mismos.
Tiempo vital para estar juntos en un clima relajado sin prisas ni demandas de horarios, ideal para hacer lo que se nos antoje. Tiempo de calidad para entregar lo mejor de nosotros, fortaleciendo los vínculos con la pareja, con los hijos y con las personas que nos son queridas.
Con tal de aprovechar al máximo el verano, es importante tener de antemano algunas ideas para programar actividades, pero sin caer en la típica animosidad de tener que cumplir con lo acordado dentro de un horario exigido. Proponer sí; pero si no resulta, ser flexibles e inventar, surgiendo la instancia para aprender cosas nuevas o, por momentos, simplemente descansar.
Tomar contacto contigo es la principal inversión de las vacaciones, siendo fundamental aprender a desconectarse de los problemas que dejamos atrás y estar dispuestos a vivir plenamente el presente, adoptar una actitud mindful, un concepto derivado del Budismo que implica concentrarse en el aquí y ahora, para romper con lo que debe ser, logrando cierta distancia de lo cotidiano y tener una nueva perspectiva de nosotros mismos y de nuestra familia.
Recordar que no es importante el lugar que visiten, sino la posibilidad de estar en un lugar diferente, donde los niños se relajen y cambien de actividades, surgiendo la novedad que es muy revitalizante para nuestro cerebro, ya que se estimula la producción de una serie de hormonas como la Dopamina, que en dosis moderadas funciona como un estimulante para el cerebro, generando en nosotros sensaciones placenteras.
Para contrarrestar no caer en la desesperación por aprovechar este tiempo, debemos en lo posible -según los medios y preferencias de cada uno- retornar a lo natural, dormir un poco más, sentir el viento en el campo o en la orilla del mar, comer otros alimentos, sin preocuparse tanto por cocinar, estando presentes y ojalá, sin la tecnología de por medio.
Tomar vacaciones es la mejor inversión ya que:
• Disminuye el nivel de estrés y tensión.
• Se reducen los pensamientos negativos.
• Mejora el estado de ánimo. Nos sentimos más felices.
• Aumenta la energía.
• Surgen los momentos de fortalecer los lazos con los seres queridos.
• Se potencia la creatividad, generando nuevas ideas.
• Mejora la Salud fortaleciendo el sistema inmunológico.